La deuda de las administraciones públicas continúa descendiendo en relación con el PIB y se sitúa ya en el 109,9% en el tercer trimestre de 2023, según ha publicado este viernes el Banco de España. Esta es una barrera que el Ejecutivo pretendía superar en 2024, según comprometió en el Programa de Estabilidad, pero cuya fecha de consecución se ha ido adelantando impulsada por un mayor crecimiento del PIB aflorado en las revisiones.
Si se cumplen las últimas previsiones del Gobierno, las recogidas en el Plan Presupuestario, la deuda pública se situará en el cuarto trimestre en el 108,1% y caerá en 2024 al 106,3%. Pese a estos notables descensos, la ratio de deuda sigue estando por encima de los niveles anteriores a la pandemia. En el cuarto trimestre de 2019 la ratio se situó en el 98,2% del PIB, consiguiendo bajar por primera vez en años del 100%, pero con la llegada de la COVID en marzo de 2020 volvió a subir hasta el 101,9%.
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En términos nominales, la deuda sigue aumentado y ya alcanza los 1,58 billones de euros, lo que supone un crecimiento interanual del 4,8%. Por subsectores, la deuda de la Administración Central se elevó a 1,435 billones de euros en septiembre de 2023, lo que representa el 99,9% del PIB y una ligera caída por debajo del 100% por primera vez desde el primer trimestre de 2020. El crecimiento en términos interanuales de la deuda de este subsector en el tercer trimestre de 2023 fue del 5,5%.
Por su parte, el saldo de deuda de las Administraciones de Seguridad Social se situó en 106.000 millones, un 7,4% del PIB, con un crecimiento interanual del 7%. En cuanto a las administraciones territoriales, la deuda de las CCAA creció hasta los 320.000 millones, un 22,3% del PIB, con un aumento interanual del 1,6%, mientras que la deuda de las entidades locales se situó en 23.000 millones, lo que representa un 1,6% del PIB y supone un 1,9% más que el saldo registrado un año antes.
En cuanto a la evolución de la deuda por instrumentos y plazos, la deuda materializada en valores a largo plazo experimentó un crecimiento interanual del 5,8%, mientras que los préstamos a más de un año se redujeron en el 5,6% con respecto a septiembre de 2022. Por su parte, el incremento interanual en el tercer trimestre de 2023 de los instrumentos a corto plazo fue del 13,7%.
Atendiendo a la distribución del saldo según este desglose de instrumentos, en septiembre de 2023 la deuda se encontraba materializada principalmente en pasivos a largo plazo, al representar un 94,2% del total, siendo especialmente significativo el peso de los valores a largo plazo con un 83,3%, mientras que el porcentaje de la deuda a corto plazo era de un 5,8%.
La deuda se estancará en el 105% del PIB, según la AIReF
Volver a las cifras anteriores a la pandemia se antoja una tarea complicada y prolongada en el tiempo, más si se tienen en cuenta los avisos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), según la cual la deuda retomará una tendencia creciente a medio plazo en ausencia de medidas adicionales.
En concreto, este organismo prevé una estabilización en torno al 105% del PIB cuando desaparezca la “notable contribución” del crecimiento nominal (impulsado también por la inflación). En el largo plazo, la evolución de la deuda “es desfavorable”, según la AIReF, debido al elevado endeudamiento inicial y a unas cuentas públicas “lastradas” por el impacto del envejecimiento y del endurecimiento de las condiciones monetarias.
De producirse este escenario chocaría con lo que exigirán las reglas fiscales comunitarias a partir de 2024: una senda continuamente descendente de la ratio de deuda en todos los escenarios de previsión, también en los de estrés financiero. Para que esto se cumpla, la AIReF calcula que es necesario un ajuste fiscal de 0,64 puntos del PIB al año durante el periodo 2025-2028.