Pablo Laso y el Real Madrid, el reencuentro más esperado: “Ganarles, ahora mismo, es como ganar tres o cuatro partidos”

‘Infobae España’ analiza uno de los encuentros más especiales de la temporada para la sección de baloncesto blanca de la mano de Jota Cuspinera, exayudante del técnico vitoriano, que vuelve a la capital española como entrenador del Bayern de Múnich

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Pablo Laso en su último partido de Euroliga al frente del Bayern de Múnich (EFE/EPA/GEORGIA PANAGOPOULOU)
Pablo Laso en su último partido de Euroliga al frente del Bayern de Múnich (EFE/EPA/GEORGIA PANAGOPOULOU)

Barcelona, 19 de febrero de 2012. Pablo Laso se ve obligado a ahorrarse la primera de las dos charlas prepartido del Real Madrid de baloncesto antes de disputar la final de la Copa del Rey contra el FC Barcelona. O, al menos, da un speech que se sale de la norma. “Simplemente, dijo que no había podido dormir la siesta. Estábamos en un hotel que daba al Club de Polo en Barcelona, donde había equitación. Su ventana daba adonde estaban entrenando a un caballo. Estas situaciones en las que lo tienen atado de una cuerda y van dando vueltas en círculo. De repente, apareció un perrillo que se metía entre las piernas del caballo, le empezó a putear, a ladrar… De aquella especie de guerra que hubo entre los dos, acabó ganando el perrillo. Y él hizo una equiparación”, recuerda Jota Cuspinera, una década más tarde y con el que fuera su jefe reencontrándose este jueves, en el marco de la máxima competición europea, con un pasado glorioso, ahora en las filas del Bayern de Múnich.

¿Cuál fue la metáfora con la que motivó a la plantilla para ganar el primero de los hasta 22 títulos del Madrid a sus órdenes? “Dijo que el caballo le recordó al Barça, que hasta aquel momento era el equipo invencible para el Real Madrid. El caballo majestuoso, el purasangre, el que está bien entrenado, el que parece inalcanzable. Pero, de repente, el perrillo metiéndose entre las piernas, ladrándole, escapándose, volviendo. Dijo ‘me ha recordado a nosotros’. Y dio la casualidad de que ganamos aquella Copa”, apunta a Infobae España el entonces ayudante de Laso. Cuando este alcanzó su primera Euroliga, Cuspinera volvió sobre aquel episodio al felicitarle por el éxito: “No te olvides de que a partir de ahora tú eres el caballo purasangre y otros van a ser el perrillo”.

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Es el proceso que, a buen seguro, le gustaría seguir a Laso también en Alemania. Pero, a día de hoy, el rival a batir es, como si nada hubiese cambiado desde la anécdota equina y canina de aquel entorchado iniciático, ‘su’ Madrid. “Ahora mismo, es una apisonadora. El nivel que están exhibiendo es tan grande que los dos partidos que han perdido, uno en ACB y otro en Euroliga, los han perdido en el último segundo. Tienen ese punto de nivel, ahora mismo, de excelencia. A lo mejor les dura toda la temporada, si son capaces de repetir ese curso que ya hace muchos años se dio, donde ganaron absolutamente todo. Las sensaciones que están dando, desde luego, son espectaculares. Es un equipo que juega de memoria. ¿Por qué? No tiene ningún jugador nuevo, y siendo cierto no es del todo verdad, porque hay jugadores que se han vuelto a incorporar, que ya han estado antes”, avisa Cuspinera.

Sergio Llull entra a canasta contra el Panathinaikos (EFE/EPA/GEORGIA PANAGOPOULOU)
Sergio Llull entra a canasta contra el Panathinaikos (EFE/EPA/GEORGIA PANAGOPOULOU)

Campazzo, Sergio Rodríguez, Tavares, Deck, Musa, Hezonja… Todos han contribuido a mostrarse “inalcanzables para la mayoría de equipos”. Un problema, pero, además, una oportunidad, tal y como lo ve alguien que conoce muy bien a Laso: “Cuanto más ganas, más te conviertes en el foco de los rivales. Es decir, ganar ahora mismo al Madrid no es ganar un partido, es ganar como tres o cuatro. Están en ese grado de excelencia donde una victoria contra ellos es como un subidón extra. Es como que nadie es capaz de alcanzarles. Si eres capaz de meterles mano, es verdad que en el casillero de victorias es una única victoria, pero a nivel emocional creo que es un chute. Cada partido que ganan, ellos cogen la confianza de que son cada vez mejores, pero también hacen que los rivales vayan afilando cada vez más los colmillos”.

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Así pues, las espadas del Bayern de Laso estarán en alto por si se diera el caso. “Está compitiendo bien. Además, cada vez va mejor. Está consiguiendo que un jugador como Ibaka cada vez esté más asentado, y para ellos es importante en la rotación que tienen”, opina Cuspinera. “Fue cuando el Palacio de los Deportes se empezó a llenar de nuevo”, destaca sobre el breve periplo del exNBA en el conjunto merengue, motivado por un cierre patronal en la mejor liga del mundo (aterrizó de la mano de, en su primera venida, Rudy Fernández) y de importancia no precisamente menor, tal y como se desarrollaron luego las cosas. Otro regreso especial que añadir al inventario de un choque de gran toque emotivo.

“Laso es cercano dentro de la exigencia”

“Una de las cosas que más me ha sorprendido siempre de él es esa capacidad de conjugar exigencia con cercanía con el jugador. Él es un exjugador, conoce las emociones por las que pasan los jugadores. Creo que en eso es un auténtico maestro: ser capaz de exigir a la vez que dar. Y eso es algo de lo que le convirtió en un grande en su etapa en el Real Madrid”, valora el asistente de Laso durante tres temporadas.

Conocerle un poco mejor es muy fácil gracias a las descripciones de Cuspinera. “Es un tío muy cercano, muy extrovertido. Afable, divertido, muy reflexivo sobre todo lo que ocurre. Y suele mantener la calma, que es otra de las cosas que me agradan de él. No pierde el tiempo en aquello que no puede controlar, y además le acaba dando poca importancia. Mantiene la calma en las cosas que él puede controlar y entiende que hay días que salen las cosas y días que no. Esa es otra de las facetas que yo creo que le hacen grande”, continúa.

“También tiene su carácter, las famosas lasinas. Sin embargo, con su gente cercana, él es muy cercano. Es exigente en el trabajo. Le gusta escuchar mucho las opiniones de los que tiene al lado, da margen de trabajo a la gente que le rodea. Y yo creo que consigue que la gente que le rodea se sienta a gusto rodeándole”, añade Cuspinera. En resumen: “El día a día, en el trabajo con él, es cercano dentro de la exigencia”.

Chus Mateo ha sabido recoger el testigo del legado que Laso dejó en la calle Goya. “Eso es inteligente por su parte. Las cosas que funcionan no hace falta cambiarlas. Retocas aquellas cosas que se adaptan más a tu forma de entrenar. Pero ha mantenido ese estilo vivo, de juego ofensivo, donde el talento de los jugadores está por encima de lo demás y se saca provecho de dónde es bueno cada uno para que se sientan cómodos en el campo. Ese Madrid de jugar rápido, de salir a correr cada vez que podía, de enamorar al público, estuvo presente en la década de Pablo. El Madrid, como él dice, era un equipo reconocido por los títulos y reconocible por su juego”, señala uno de los predecesores del madrileño en el banquillo madridista, en el que ascendió hasta convertirse en el sucesor del vasco.

Laso cuando todavía entrenaba al Real Madrid (EFE/ Juanjo Martín)
Laso cuando todavía entrenaba al Real Madrid (EFE/ Juanjo Martín)

¿Cómo puede ser el duelo de pizarras? “Chus conoce perfectamente a Pablo y Pablo conoce perfectamente a Chus. Han estado ocho años juntos y además lo han ganado todo. Con lo cual, es difícil que uno tenga secretos con respecto al otro. De hecho, si alguien tiene secretos, probablemente tenga algún secreto más Chus respecto a Pablo que Pablo respecto a Chus. Cada uno tiene un equipo distinto y los condicionantes del equipo también te condicionan. Chus sabe que Pablo, en momentos determinados, le va a sacar variantes para intentar fastidiarle, pero es que Chus también lo hace”, advierte Cuspinera.

“Pablo siempre tiene alternativas en la cabeza. Y por lo que veo de Chus, es del mismo estilo. No son de los entrenadores que se ciñen al plan A y si no sale el plan A ellos siguen con el plan A. Si las cosas se les complican, tienen recursos. Son dos entrenadores que evidentemente tienen mucho baloncesto en la cabeza y que son capaces de sacar esa magia en un momento dado para darle la vuelta a lo que esté ocurriendo”, completa.

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En el futuro, no tiene dudas de que su amigo “puede establecer un estilo que guste en Alemania y que se le reconozca por ello”, viéndole, por lo menos, como contendiente a nivel doméstico: soñar con la Euroliga, en la actualidad, le parece “difícil”. Por otro lado, ni siquiera descarta un regreso a ese Madrid en el que, el propio Jota lo resalta, “se quedó a nada de igualar el récord de títulos de Pedro Ferrándiz”.

“¿Por qué no? La vida da muchas vueltas y el baloncesto es parte de la vida. Ahora no es el momento. Evidentemente, ha habido un cambio y el Madrid decidió que él no siguiera. Fue algo que creo que nos dejó en shock a todos los del baloncesto. Independientemente de que te guste o no el Madrid. ¿Pero por qué no? Pablo es un tío del Madrid. Lo ha dicho siempre y entiendo que el Madrid será el club de su vida. Es que, además, esos diez años que ha estado son mágicos. Con lo cual, yo no descarto la posibilidad. Si lo hace Dusko Ivanovic en el Baskonia, ¿por qué no va a poder hacerlo Pablo en el Madrid?”, se despide Cuspinera. Está por ver si la fábula del purasangre y el perrillo acabará llevando a Pablo Laso, otra vez, a la casa blanca. De momento, tendrá que conformarse con el cariño que recibirá aun como rival.

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