Ya está aquí la Navidad, y con ella los atracones, los empachos, las cenas largas y esa sucesión de comidas y cenas que casi obligan a la ingesta de antiácidos. Son fechas especiales y las familias ya van teniendo todo preparado para la llegada de estos días. La comida es el centro de todo y las compras ya han comenzado. Hay que evitar las largas filas del supermercado y conseguir llegar cuando todavía hay género en los mercados.
La cena de Nochevieja, además de marisco, asados, polvorones, turrones y esas cosas navideñas, tiene un final específico que la distingue del resto de noches del año: las 12 uvas. La tradición de hacer coincidir las 12 campanadas que dan paso al año nuevo con comer 12 uvas. Hay quien no sigue esta tradición, o bien porque no la tiene arraigada o porque no le gustan las uvas, que en ese caso lo sustituyen por ejemplo por doce gominolas o doce chocolatinas. La tradición marca también que las uvas suelen crecer su precio en estas fechas, especialmente en un año en el que la inflación ha sido tema de conversación en estos últimos meses. Las uvas, este año, también serán más caras.
Te puede interesar: Un experto en finanzas explica lo que hay que hacer para ahorrar en Navidad
En este escenario la sequía pasa factura a aquellos alimentos que han estado durante más tiempo expuestos al impacto de la crisis climática. Especialmente, en frutas y hortalizas, las uvas de Aledo, típicas en Nochevieja, apuntan que subirán sensiblemente porque la cosecha ha sido mala en toda la cuenca mediterránea, según ha explicado el vicepresidente de la Asociación de Empresas Mayoristas de Mercabarna, Jaume Flores.
Los distribuidores de frutas y hortalizas continúan luchando por conseguir que haya uvas suficientes de cara a fin de año. “Habrá producto, eso está garantizado, pero será más caro”, ha agregado Pere Prats, vicepresidente del gremio de frutas y hortalizas.
“Estamos viviendo, sin duda, el impacto de la inflación climática, pero también es cierto que después de unos meses en que la tormenta ha sido intensa, hasta septiembre, ahora parece que entramos en cierto periodo de normalidad”, ha afirmado Flores.
Gambas, pescado y marisco, los productos más típicos y más caros
Los consumidores han reducido la compra de pescado, carne y aceite de oliva por la subida generalizada de los precios que arrastra el mercado español desde principios de año, según ha informado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Llega la Navidad y, con ella, los esfuerzos de las familias para poner en la mesa todos esos alimentos que en otras épocas del año no se pueden permitir.
Te puede interesar: Los españoles compran menos pescado, carne y productos frescos tras la subida de los precios
No obstante, gracias a la presencia de los productos de piscifactoría y congelados, se ha podido aguantar el empuje de la inflación y la caída de capturas causadas por los recientes temporales marinos. Por ejemplo, en la gamba langostinera congelada, que baja un 30% respecto a 2022, y el salmón de acuicultura, que también registra un descenso de en torno al 15%.
Las aves en general sostienen su precio en el mercado
Al contrario que en los pescados, los precios de los pollos y las aves en general no se han visto muy afectados, según detalla Josep Capdevilla, gran mayorista de este tipo de carnes en Mercabarna y miembro de la Academia Catalana de Gastronomia i Nutrió. “Las producciones este año se han normalizado gracias al descenso del precio de los cereales y eso ha permitido que, por ejemplo, haya habido buena producción de pato”, ha indicado Capdevila.
Otro afectado de la sequía es el cabrito, para aquellos que sean amantes de este plato al horno en Navidad, lo van a tener complicado para encontrarlo en los supermercados, “va a haber muy poco y va a estar caro”, según ha confirmado el portavoz del sector cárnico de Mercabarna en el Diario de Mallorca.