¿Qué harías si, un día ordinario, un vídeo de índole sexual en el que apareces junto a uno de tus alumnos de instituto circula por todas las aulas y llega, incluso, a esos tediosos grupos de WhatsApp conformados por los padres de los estudiantes? Esa era la principal premisa de Todos Mienten, la serie creada y dirigida por Pau Freixas en la que los engaños se convierten en el menú diario de sus protagonistas. En una ciudad aparentemente perfecta, Belmonte, un escándalo -con una clara diferencia de edad- se convierte en el naipe que hace caer al resto de cartas.
La ficción original de Movistar Plus+ estrena este jueves su segunda temporada, mucho más cañera y dinámica: Macarena (interpretada por Irene Arcos) ya no es la única señalada. Todo su círculo se introduce en el infierno de Dante. “El punto de partida es la continuidad inmediata”, indica Freixas en una entrevista con Infobae España. “Arranca donde acabó y los personajes y las situaciones están muy calentitas, listas para que la segunda temporada camine”, añade.
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Para el creador, los nuevos capítulos encuentran “el punto de cocción perfecta” a la hora de mezclar la comedia con el drama y el misterio. No en vano, los cadáveres que van apareciendo en la trama se entremezclan con situaciones (casi) cotidianas de confusión inocente que se traducen en una carcajada. Los personajes cargan, en esta segunda entrega, con un “peso dramático de las personas que han muerto alrededor de Belmonte”, un progreso que convierte el drama de Todos Mienten en “más poderoso”.
“Esa primera ficha que tiró el personaje de Macarena ha tenido consecuencias para todo el mundo”, añade Eva Santolaria, guionista de la serie, a este medio. El refrán ‘pagan justos por pecadores’ adquiere un sentido completo en la nueva hornada de episodios, pues los personajes van tomando partido, apostando por quién es culpable y quién inocente, y haciéndose su propio croquis del evento. “Se han convertido en cómplices porque han tenido que tomar decisiones y preguntarse qué hacer con ese secreto”, apostilla.
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Acción, reacción
En Todos Mienten suena de fondo la canción del meme de Robert B. Weide. Tragedia hecha comedia y risas enlatadas en situaciones grotescas. La ficción de Movistar Plus+ es un Élite maduro, una especie de núcleo de familias exitosas corrompido por el sexo y la mentira. Las interpretaciones, sin embargo, están muy por encima de las de la serie de Netflix. Los personajes, envueltos en un aura de misterio que intentan comprender a toda costa, “actúan de manera impulsiva creyendo que es la mejor de las ideas”, indica Santolaria.
La trama principal de la serie ha sido una de las grandes polémicas de la ficción española de los últimos años. No en vano, en Escándalo, relato de una obsesión, protagonizada por Alexandra Jiménez y estrenada en Telecinco, la relación de una profesora con su alumno, menor de edad, fue motivo suficiente para que un sector de la audiencia considerara que promovía la “pederastia”. “Es mucho más incómodo ver una trama en la que un hombre maduro de 50 años se acuesta con una chica adolescente que si lo ponemos al revés”, dice Freixas.
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“Lo que hemos intentado con la serie es que no se esté en igualdad de condiciones”, explica la guionista. “Lo de menos es que sea un hombre o una mujer, la cuestión es que haya un adulto formado que está manteniendo relaciones con una persona que no tiene las herramientas suficientes para poder gestionar esa situación”, indica Santolaria.