12 años han pasado desde que Colombia diera a conocer sus planes para incorporar nuevos aviones de combate con el fin de sustituir su veterana flota de cazas Kfir, aeronaves adquiridas de segunda mano a Israel a finales de la década de los años ‘80. Sin embargo, cuatro gobiernos más tarde y tras varios modelos analizados, el proyecto continúa siendo tan solo un anhelo. Con su llegada al poder, Gustavo Petro concretó distintas compras largamente pospuestas en beneficio de las Fuerzas Armadas -entre ellas la construcción en el país de cinco fragatas para la Armada-, pero los nuevos cazas aún se hacen de rogar.
A punto estuvo Petro, a finales de 2022, de sellar un acuerdo con Francia para la compra de aviones Rafale, pero a último momento las negociaciones fracasaron. Ahora, el Gobierno colombiano ha vuelto a posar su mirada en España y ha indagado sobre la posibilidad de hacerse con entre 12 y 16 Eurofighter en servicio en el Ejército de Aire. Petro está decidido a ser el presidente que otorgue a la Fuerza Aérea Colombiana la tan esperada “superioridad aérea” que busca desde hace más de una década.
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Para hacer realidad de una vez por todas este proyecto, valorado en hasta 3.800 millones de dólares, Bogotá ha solicitado a la empresa Airbus y al Gobierno español una nueva oferta para unidades Eurofighter, según ha publicado el medio especializado Infodefensa. “Colombia fue muy específica en que los aviones deben ser, como mínimo, de la versión Tranche 2, es decir, aviones que cuenten con actualizaciones que le permitan tener superioridad técnica con respecto a otros cazas que actualmente hay en el continente”, ha detallado a Infobae España el analista colombiano en temas de defensa y seguridad Erich Saumeth.
Lo cierto es que la Fuerza Aérea de Colombia, años atrás, ya había mostrado interés en incorporar aeronaves españolas de segunda mano, incluso en su momento fueron las mejor valoradas tras una evaluación técnica en la que se comparó también al caza F-16, de origen estadounidense, y Gripen, avión de fabricación sueca que Brasil ha escogido como su aeronave de combate. No obstante, el Eurofighter fue descartado posteriormente debido a los altos costes de operar las unidades. Esta nueva oportunidad para su caza ha sido muy bien recibida por Airbus, al punto que en la feria colombiana Expodefensa, una de las más importantes del sector militar de América Latina y que tuvo lugar en Bogotá en los primeros días de diciembre, dio al Eurofighter un destacado protagonismo, algo que había dejado de hacer en las últimas ediciones del evento.
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A lo largo de todo 2023, el gobierno de Petro, más inclinado en hacer negocios militares con Europa que con Estados Unidos, ha seguido manteniendo conversaciones con la empresa francesa Dassault por el caza Rafale, principal avión de combate del país galo, pero estas no habrían prosperado debido a la negativa de París a ofrecer mejoras respecto al precio y financiamiento de las aeronaves. De esta manera, el renovado interés por Eurofighter españoles también podría leerse como una estrategia de Colombia en sus negociaciones con Francia.
Flota de Eurofighter de España
En la actualidad, España posee una flota de 69 Eurofighter repartidos en el Ala 11 de la Base Aérea de Morón de la Frontera (Sevilla) y el Ala 14 de la Base Aérea de Los Llanos (Albacete). Las unidades hoy en servicio provienen de distintas fases de la producción del caza, que su fabricante denomina Tranche y en las que se le fue incorporando nuevas capacidades al diseño. Así, el Ejército del Aire posee 17 aviones del Tranche 1, 32 del Tranche 2 y 20 del Tranche 3. La última aeronave fue recibida en 2020.
El Gobierno español dio luz verde, el pasado septiembre, a la compra de 25 Eurofighter, por 4.593,6 millones de euros. Esta inversión supone la segunda fase del denominado programa Halcón, lanzado por el Ministerio de Defensa con el objetivo de reemplazar la flota de sus anticuados F-18 de origen estadounidense, en específico aquellas con base en la península.
Con anterioridad, en junio de 2022, el Ejército del Aire firmó el acuerdo para comprar otros 20 de estos aviones para sustituir también a unidades F-18 (primera fase del mencionado proyecto Halcón), pero en este caso aquellos destinados en la Base Aérea de Gando, en Gran Canaria, los más antiguos de la flota española. Con las dos nuevas compras anunciadas, España contará con 114 de estos cazas, cifra que podría disminuir en hasta 16 unidades en caso de prosperar las negociaciones con Colombia.