Como cada 10 de diciembre, la familia real sueca se ha reunido en la Sala de Conciertos de Estocolmo para presidir la entrega de los Premios Nobel 2023, una fecha imprescindible en su calendario. En ella no solo se reconoce el trabajo y labor de las personas o instituciones que han contribuido de forma notable a la humanidad en el año anterior, sino que además es una oportunidad para que los royals luzcan sus mejores galas.
Así ha sucedido en esta nueva edición, en la que los reyes Carlos Gustavo y Silvia han vuelto a ser el centro de las miradas al ocupar los sitios de honor en el escenario. A su lado, como es habitual, su heredera, Victoria, y su marido, el príncipe Daniel. Cerraban la composición los príncipes Carlos Felipe y Sofía, siendo los grandes ausentes la princesa Magdalena y su marido, Chris O’Neil. Si bien es cierto que el matrimonio regresó hace poco a Suecia tras varios años viviendo en Estados Unidos, su agenda todavía es muy limitada.
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Enfundada en un elegante vestido de color rosa con aplicaciones brillantes en el pecho, la reina Silvia logró acaparar todas las miradas al elegir una de las joyas más impresionantes de la familia real. Se trata de la tiara de las nueve puntas, una antigua joya que perteneció a Sofía de Nassau, esposa del rey Óscar II, y que cuenta con un impresionante diseño que combina diamantes de talla brillante con nueve puntas rematadas en nueve soles de diamantes. Completó su look con un collar de chatones, pendientes de topacio rosa y diamantes y un broche a juego.
Por su parte, la heredera al trono escogió un llamativo vestido largo de color morado de Camilla Thulin y que estrenó el año pasado en una cena de gala celebrada con motivo de la visita de los reyes Guillermo y Máxima de los Países Bajos. Con manicura a juego, Victoria de Suecia combinó esta pieza con unas impresionantes joyas.
Las que ella escogió tienen además una gran historia, pues se trata de un juego que perteneció a la emperatriz Josefina, la esposa de Napoleón Bonaparte, y que después pasó a ser propiedad de una de sus nietas, la reina Josefina de Suecia. Llevó así la tiara de amatistas, a juego con el vestido, pendientes a tono y un broche que llevó colgado en el vestido.
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Su cuñada, la princesa Victoria, estrenó para estos Premios Nobel un sencillo vestido de color negro al que supo hacer brillar gracias a los complementos. Sofía estrenó dos collares de Swarovski que no pertenecían al mismo juego, pero que quiso combinar con su look, logrando un resultado cuanto menos llamativo. Mientras que uno es de estilo chocker, el otro es más largo y combina cristales de diferentes tallas.
En su cabeza volvió a lucir su tiara, aquella que sus suegros le regalaron por su boda en el año 2015. Se trata de una pieza sencilla, formada por diamantes y esmeraldas que, sin embargo, permiten un gran juego, pues las piedras se pueden cambiar a gusto.
Llevó además unos pendientes de esmeraldas y un broche de diamantes que colgó de la banda que cruzaba su vestido, la de la Orden de los Serafines.