La anécdota de Djokovic con Nadal en Roland Garros que le motivó en sus inicios: “Me estaba cabreando, intimidando”

Novak Djokovic va a terminar 2023 como número uno del mundo en el tenis. Una condición que ya ha atesorado 409 semanas a lo largo de su carrera, resultando el jugador que más ha vivido en la cima en la historia del circuito masculino. A los 36 años, el serbio sigue en un estado de forma inmejorable, con siete títulos esta temporada. Entre ellos, se cuentan todos los Grand Slam del calendario, excepto Wimbledon, que le arrebató Carlos Alcaraz. Pero nadie pudo con él en el Abierto de Australia, Roland Garros y el US Open.

El balcánico ha sido el único componente del Big 3 que ha competido en la ATP durante los últimos meses. Sin embargo, esta realidad está a punto de cambiar, puesto que uno de los grandes rivales de Djokovic durante toda su trayectoria va a reaparecer en enero: Rafa Nadal. El español volverá tras 11 meses apartado de las pistas por su lesión en el psoas ilíaco y la expectación ante la posibilidad de que se enfrente de nuevo con Nole es mayúscula.

Te puede interesar: Djokovic aclara de una vez por todas su postura sobre las vacunas contra el coronavirus

En estos momentos, el historial de partidos entre ambas leyendas del deporte de la raqueta favorece ligeramente a Djokovic: 30 victorias suyas por 29 de Nadal. Ambos son los dos hombres con más grandes de todos los tiempos, con el de Belgrado en posesión de 24 y el de Manacor con 22 en su poder. Eso sí, la complicidad entre los dos fuera de la competición nunca ha sido como la que el balear y Roger Federer han tenido.

Djokovic lo ha reconocido muchas veces en la época reciente. También durante su entrevista para 60 Minutes, el icónico programa de la televisión estadounidense (CBS). “Obviamente, no nos hemos llevado muy bien durante nuestras carreras fuera de la pista. No somos amigos porque somos rivales y es difícil ser cercanos siendo competidores. En ciertas cosas que se comparten sobre tu vida o cómo te sientes, pueden ser usados en tu contra. Pero hemos compartido escenario por muchos años y creo que el máximo respeto siempre está ahí, por lo menos por mi parte hacia ellos. Ojalá algún día seamos más cercanos, capaces de sentarnos, hablar y reflexionar. Sería increíble”, reconoció.

Te puede interesar: Alonso lanza un dardo a Alpine

En la charla que mantuvo con el periodista Jon Wertheim, Djokovic volvió a una escena de sus primeros pasos en la élite que le marcó sobremanera: jugar contra Nadal en Roland Garros y cuando este ya empezaba a marcar una época en la tierra batida de París. “Estaba jugando contra Nadal en Roland Garros y tenía su taquilla al lado de la mía. Estábamos muy cerca. Estábamos tratando de dejarnos espacio el uno al otro, pero ese vestuario tampoco es tan grande. Cuando saltas como lo hace Nadal antes de salir a la cancha…”, recordaba primero.

“En el vestuario, él se pone a hacer sprints a tu lado. Incluso puedes oír la música que está escuchando en sus auriculares. Me estaba cabreando. Al principio de mi carrera, no me di cuenta de cómo todo eso forma parte del escenario. Aquello me estaba intimidando. Pero también me motivó a hacer cosas yo también y demostrar que estoy preparado para la batalla, para la guerra”, añadió. Sin duda, ese momento con Nadal en el torneo que el manacorense ha dominado como nadie (14 títulos) sirvió a Djokovic para mejorar.

Fijarse en su adversario ayuda al líder tenístico mundial, y no duda en asegurarlo. “Hay mucho contacto visual, eso siempre. Cuando cambiamos de lado y nos sentamos durante los descansos, por ejemplo, siempre hay una gran pantalla que muestra al oponente bebiendo agua. Yo siempre le miro. Quiero ver cómo bebe agua, si está sudando más de lo habitual, cómo respira, etc. También observo cómo interactúa con su equipo. Hay muchos elementos diferentes que intervienen y que pueden afectar a tu juego”, explicó. A buen seguro que no perderá detalle de lo que haga Nadal si sus caminos vuelven a cruzarse.