La cuenta atrás para la Lotería de Navidad ha comenzado. Los españoles depositan toda su confianza en el sorteo con la esperanza de ganar uno de los premios más elevados. El 22 de diciembre, todas las miradas están puestas en los niños y niñas del Colegio de San Ildefonso, que tienen el destino de cientos de familias entre manos. Este año se reparten 2.590 millones de euros, pero son muchos —por no decir casi todos— los ciudadanos que se quedarán con las manos vacías después del sorteo. La probabilidad de ganar un premio en la Lotería de Navidad es del 15,304%, aunque el porcentaje se reduce si reparamos solo en El Gordo, dotado con 400.000 euros por décimo.
Los bombos tienen 100.000 bolas de números, que van desde el 00000 hasta el 99.999. Las posibilidades de ganar El Gordo son de 1 entre 100.000, es decir, del 0,001%. Este ínfimo porcentaje se repite para el segundo y el tercer premio, donde los afortunados ganarán respectivamente 125.000 euros y 50.000 euros por décimo. Las colas y la ilusión para hacerse con el décimo ganador son evidentes desde hace semanas. Los jugadores sueñan con abrazar sus principales metas: comprar una casa, viajar al otro lado del mundo, reducir la jornada laboral y terminar de pagar una hipoteca. Lo cierto es que solo unos pocos privilegiados lo conseguirán.
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Las familias, no obstante, también tienen objetivos más humildes, como aumentar los ingresos mensuales, pagar la universidad y dejar atrás situaciones de vulnerabilidad. Los trabajadores que cobran el subsidio por desempleo, el Ingreso Mínimo Vital (IMV) o cualquier prestación pública dibujan uno de los colectivos más afortunados si consiguen hacerse con los premios más elevados de la Lotería de Navidad. Pero, ¿pueden perder los subsidios?
La Lotería de Navidad y el Ingreso Mínimo Vital
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha advertido de que algunos premios pueden superar el límite de ingresos mensuales establecido, aunque cada subsidio tiene sus particularidades. El Ingreso Mínimo Vital (IMV) cumple en 2024 tres años de vida. La prestación surge para prevenir el riesgo de pobreza y exclusión social de las personas en situación de vulnerabilidad, tanto si viven solas como si tienen responsabilidades familiares. Los ciudadanos, para acceder a esta ayuda, tienen que cumplir con una serie de requisitos y no pueden superar cierto nivel de ingresos. La renta de un adulto sin responsabilidades familiares tiene que quedar por debajo de los 6.773 euros anuales.
La prestación es perfectamente compatible con otros ingresos, de modo que los beneficiarios pueden estar trabajando y recibir otros subsidios mientras cobran el Ingreso Mínimo Vital, aunque en ningún caso pueden sobrepasar los umbrales de renta establecidos. En este contexto, los ganadores del primer premio de la Lotería de Navidad corren el riesgo de quedarse sin la prestación durante, al menos, un mes. El Gordo es un ingreso puntual y no recurrente, de modo que los afortunados podrán solicitar la reactivación del Ingreso Mínimo Vital durante los meses posteriores siempre que los beneficios totales no sobrepasen el límite mensual permitido. En caso contrario, tendrán que gestionar la suspensión del subsidio.