Un golazo de Ruibal provoca un nuevo pinchazo del Madrid en Sevilla: el Betis aprieta LaLiga antes del Barça - Girona

Cuando parecía que los blancos podían matar el encuentro, un zapatazo desde fuera del área del bético puso el 1-1 definitivo en el marcador y neutralizó el tanto inicial de Bellingham, en un partido de alternancias que nadie pudo acabar de controlar

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Ruibal y Bellingham durante el partido (REUTERS/Marcelo Del Pozo)
Ruibal y Bellingham durante el partido (REUTERS/Marcelo Del Pozo)

Parecía que el Real Madrid estaba dispuesto a sentenciar a su favor la tarde en el Benito Villamarín, 0-1 por delante en el marcador en plena segunda parte. Sin embargo, Aitor Ruibal apareció para ponerlo todo patas arriba. Un zapatazo desde fuera del área del catalán resultó imparable en el 66, así que el partido pulsó el botón de ‘reinicio’ para que nadie, en última instancia, pudiese controlarlo. A esas alturas, ningún equipo pudo ya sobresalir por encima del otro. De ahí que LaLiga acabase frotándose las manos, con un reparto de puntos que deja la parte alta de la tabla más que abierta esta jornada (1-1).

Si el Barça - Girona de este domingo por la noche era un choque de trenes considerable de antemano, lo ocurrido en Sevilla horas antes magnifica aún más este encuentro. Sobre todo, por la clasificación que puede dejar, según sea el resultado. En el caso de que haya victoria local, el Barcelona se colocará a dos puntos del Madrid y a uno del Girona (sumaría 37). Si son los visitantes quienes se imponen, pasarán a ser líderes en solitario (41), dos unidades por delante de los blancos y con hasta siete de margen con los azulgranas. El empate dejaría a Madrid y Girona igualados a 39, con el conjunto culé a cuatro (35).

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Fútbol ficción antes de que la realidad se imponga a la especulación. Lo que es un hecho a estas horas es que el Madrid se irá de esta temporada 23-24 sin haber asaltado Sevilla en la competición doméstica: ha pinchado tanto en Nervión (en octubre) como en territorio del Betis, y con idéntico resultado. Todo, como en la anterior visita, acabó por decidirse en la segunda parte.

Modric y Riad (REUTERS/Marcelo Del Pozo)
Modric y Riad (REUTERS/Marcelo Del Pozo)

Opciones de victoria para ambos

El empate ya pareció la opción más plausible tras una primera parte en la que las alternancias estuvieron a la orden del día. Con mucho ritmo ya desde el inicio, la polémica del duelo la acaparó un posible penalti sobre Rodrygo que ni siquiera se revisó. Posteriormente, un fuera de juego suyo evitó que Brahim, empujándola, adelantase a los suyos. El brasileño llegó a volver loco al Betis con sus intentos de desequilibrar la balanza por la banda izquierda, bien secundado por un Bellingham que opositaba a goleador, como finalmente sería.

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Por momentos, pareció que el Madrid iba a adelantarse sin remedio. El caso es que el Betis también pudo hacerlo, apropiándose de las ocasiones más claras de los 45 minutos iniciales. Tanto Ayoze, con un disparo centrado que obligó a aparecer a Lunin, como William José, que pegó un buen susto desde la frontal, hicieron venirse arriba a los locales. Eso sí, los merengues volvieron antes del descanso, con algunas llegadas inquietantes (por ejemplo, de Modric) que no llegaron a buen puerto.

¿Quién apareció al rescate del Madrid tras el paso por los vestuarios? La duda ofende. Brahim le sirvió el gol en bandeja por la derecha y Bellingham, graduado en ataque desde que aterrizó en la capital española y completamente solo, no desperdició semejante asistencia. Sucedió en el 53, con Rodrygo a punto de engordar la cuenta, sin ángulo y de rosca, poco después. Pero Ruibal lo mandaría todo al punto de partida, precisamente cuando el Betis más cerca visualizaba el KO.

La tensión se adueñó del Villamarín: la cosa iba a estar en un puño. Y lo cierto es que la victoria pudo caer de cualquier lado. Lo tuvo un poco más cerca el Betis, en lo que habría sido un castigo considerable de Isco a su principal exequipo, contra el que cuajó otra actuación reseñable en un curso pleno de ellas: en el 90, tan sólo el palo, poscabezazo, evitó la celebración del malagueño. Ya en el descuento, Joselu se apropió de la tentativa con mayor peligro del Madrid: el tiro se le fue ligeramente desviado.

Isco, en pleno golpeo (EFE/ Julio Muñoz)
Isco, en pleno golpeo (EFE/ Julio Muñoz)

Incluso pudo haber alirón bético al borde del pitido final, pero Lunin evitó la hombrada. Las ganas de más fueron imposibles de eludir en ambos bandos, que tuvieron que tirar de conformismo, no quedaba otra, por el buen espectáculo ofrecido. A falta de que Montjuïc deje cerrada la situación clasificatoria, el Madrid es primero (39), el Girona segundo (38) y el Barça tercero (34). Igualdad mientras no se diga lo contrario.

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