La mejor ruta para hacer en otoño por uno de los bosques más espectaculares de España

Alejarse del estrés de la ciudad, acabar con la rutina, disfrutar de la desconexión, respirar aire puro… La naturaleza ofrece un sinfín de ventajas. Con las vacaciones de Navidad a la vuelta de la esquina y en pleno puente festivo, son muchas las personas que buscan llenar de planes su agenda. Los más aventureros pueden decantarse por hacer una ruta de senderismo. Y es que, si hay algo por lo que destaca España (además de por su inigualable gastronomía) es por contar con destinos de lo más espectaculares. Pero algunos llaman la atención especialmente, al tratarse de uno de los bosques más bonitos de España, sobre todo, en otoño, que cuenta, además, con el mayor robledal del país.

Cuando se trata de hacer una escapada, cualquier opción parece buena: ya sea el campo, la montaña o la playa. Además, en contra de lo que muchos creen, viajar también puede ser la excusa perfecta para practicar deporte, aunque la Navidad es sinónimo de grandes comilonas. Es por ello que cada vez más personas se decantan por conocer nuevos lugares en los que puedan hacer rutas en otoño, una época perfecta para adentrarse en enclaves naturales espectaculares, tanto con amigos, como con familia o pareja.

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Es probable que la mayoría de los amantes del senderismo ya hayan visitado, o tengan pendiente hacerlo, la que es una de las Comunidades Autónomas reina en esta práctica: el Principado de Asturias. Precisamente, en la zona sur, a escasos kilómetros del pueblo de Ibias, se encuentra un paraje natural que alberga el mayor robledal del país: el bosque de Muniellos. Tal es su belleza que, en el año 2000, fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, ya que es uno de los bosques mejor conservados de Europa.

Lo primero que deben saber quienes vayan a visitar el bosque de Muniellos es que deben solicitar cita previa con varios meses de antelación a través de la página oficial. Una vez concedido, conviene conocer que ofrece dos rutas de distinta duración. Si se opta por la larga, se tienen que emplear ocho horas, mientras que, si se escoge la corta, se completa en unas cuatro horas. El segundo es el más aconsejable si se va a hacer el recorrido con niños o en familia, puesto que su dificultad es menor.

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Los meses de otoño o primavera son los mejores para realizar este paseo mágico, ya que se puede observar un paisaje de lo más sorprendente. En el caso de la ruta más corta, hay que partir de Moal, que es uno de los municipios más próximos al bosque. Quienes vayan en coche, no tendrán problema, dado que pueden aparcar en un parking que está a las afueras. La senda dispone de caminos de madera, por lo que también está habilitada para personas con movilidad reducida. Los carteles que se distribuyen a lo largo del camino hacen que sea muy difícil perderse.

Para llegar al valle Piélagos, hay que seguir el río Tablizar. Una vez allí, hay que ascender hasta Las Tres Cruces con especial precaución, puesto que este es el tramo más complejo. El mejor punto en el que se puede apreciar el robledal de Muniellos es en el bosque de ribera por el que discurre el río. Las personas que quieran hacer un alto en el camino y tomarse un pequeño descanso, tendrán que salir del bosque, para llegar al centro de recepción de visitantes de Las Tablizas.

Pero la ruta no termina ahí: hay que seguir avanzando para hacerla completa o, si se prefiere, darla por finalizada y volver por el mismo recorrido. Los senderistas más valientes que sigan avanzando tienen que ascender por un camino y atravesar varios puentes que llevan al valle del arroyo Candanosa y a la vallina de Piélago. Aquí se localizan Las Tres Cruces, que marca el fin de la ruta corta y un punto de encuentro con la larga.

El Bosque de Muniellos es un área protegida a la que sólo se puede acceder mediante autorización previa, ya que el número de visitantes diarios es limitado para proteger el ecosistema. Para llegar hasta aquí, se debe tomar como referencia la localidad de Cangas del Narcea.

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Para solicitar el permiso, los interesados deben contactar con el Principado de Asturias, a través de la web o telefónicamente. Una vez obtenida la autorización, es posible acceder al área por carretera hasta el pueblo de Moal, que es el punto más cercano al bosque donde se puede llegar en coche. Desde allí, se va a pie siguiendo las rutas señalizadas de senderismo que llevan al interior de la reserva natural.

Asimismo, es recomendable que los visitantes planifiquen su viaje con antelación y tengan muy en cuenta las condiciones meteorológicas, sobre todo, si van a recorrer los senderos a pie. Por supuesto, hay que seguir todas las indicaciones y regulaciones de la reserva para asegurar tanto su seguridad como la conservación del entorno natural.