“Esta es mi respuesta oficial, la única vez que hablaré de esto, donde estoy declarando oficialmente mi lealtad al PGA Tour. Tres días para mí no es un torneo de golf, y sin corte. Es así de simple. Quiero jugar contra los mejores del mundo en un formato que ha existido durante cientos de años”, declaraba Jon Rahm (Barrika, 29 años) en 2022. Un año después, el de Barrika ha aceptado la oferta del LIV Golf por un contrato que oscila entre los 500 y los 600 millones (el mayor de la historia del deporte). Con esto, el vigente portador de la chaqueta verde se embarca en un proyecto que nació en 2022 y en el que ya están a bordo golfistas como Sergio García, Eugenio López Chacarra y David Puig.
Cierto es que el crecimiento del circuito saudí en solo un año ha sido exponencial. Solo la cantidad ofertada en el contrato del español supera la remuneración que el PGA Tour ha repartido entre todos sus premios en un mismo año. En sus filas, ya cuenta con 13 golfistas que tienen un major, cinco que han liderado el ranking mundial y siete de los 15 y once de los últimos 23 grandes se los han llevado golfistas del LIV Golf. Este acuerdo llega en medio de un posible acuerdo entre este circuito y el PGA Tour antes del 31 de diciembre.
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“No puedo comentar nada de los detalles, es un negocio privado y se mantendrá privado. Ha sido una gran oferta. El dinero está genial, pero lo que he dicho antes es cierto, no juego al golf por dinero, sino por el amor al juego. Pero como marido y padre debo aprovechar estas oportunidades. Ha sido un factor, pero hay otros. Ser parte de un equipo, ser un capitán, liderar a mis compañeros es especial. Ojalá algunos niños en el futuro crezcan siendo aficionados de mi equipo como yo he crecido siendo del Athletic de Bilbao”, explicó el de Barrika sobre la oportunidad de tener su propio equipo y reclutar a compañeros como Tony Finau y Tyrrel Hatton. “Nadie nos fuerza a hacer esto, es nuestra decisión. He tenido una gran plataforma en el PGA Tour y siempre estaré agradecido. Si todo va bien, en el futuro todavía quiero tener esa plataforma. Sé que aquí escuchan a los jugadores, espero poder tener conversaciones y dar mi opinión para que haya cambios a mejor en el futuro. Pero mi objetivo es hacer crecer al golf”, añadió.
Un circuito que no computa para el ranking mundial
El LIV Golf ofrece música en directo y deja jugar con bermudas, pero lo más atractivo es la cuantía económica a la que ascienden sus premios. En el circuito saudí se compite individualmente y por equipos por bolsas de 20 millones por torneo, otra de 14 para el equipo campeón y 20 para el ganador de la clasificación anual individual. Los fields son de 48 jugadores y los torneos, a 54 hoyos (tres rondas de 18 hoyos, en lugar de las cuatro rondas para los 72).
Pese a que este circuito no computa para el ranking mundial, Rahmbo puede estar tranquilo porque su presencia en los majors está asegurada, mínimo, para los próximos cuatro años. Con la chaqueta verde conquistada en abril, el de Barrika tiene segura su presencia en Augusta y el número 3 del mundo tiene margen para jugar todos los grandes en los próximos cuatro años. Su presencia en el Ryder Cup no correría peligro siempre y cuando no abandone su condición de miembro del DP World Tour.
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“Nunca he jugado por razones económicas”
Jon Rahm ha dicho en más de una ocasión que no juega por razones económicas, pues “podría retirarse con lo que he hecho y vivir una vida muy feliz sin volver a jugar al golf”. “Nunca he jugado por razones económicas. Lo hago por amor a este deporte y quiero que sea contra los mejores del mundo. Siempre me ha interesado la historia y el legado, y en este momento el PGA Tour posee todo esto. Hay un significado cuando ganas ciertos torneos y eso me importa mucho. El dinero es genial, pero cuando Kelley y yo vimos lo que pasaba y empezamos a hablar de ello, pensamos: ‘¿cambiaría nuestro estilo de vida si gano 400 millones de dólares?’ No, no cambiará nada”, explicaba el año anterior cuando todavía renegaba del LIV Golf. Esto lo corroboró en las declaraciones cuando se anunció su fichaje por el circuito saudí: “No juego al golf por dinero, sino por el amor al juego. Pero como marido y padre debo aprovechar estas oportunidades. Ha sido un factor, pero hay otros. Ser parte de un equipo, ser un capitán, liderar a mis compañeros es especial.”
El cambio de opinión del golfista de 29 años ha despertado malestar entre algunos de los aficionados, que lo acusan de traición. Lo cierto es que Rahm pasa a tener el mayor contrato deportivo del mundo, superando a Leo Messi en el Barcelona (alcanzó los 600 millones fruto de varias renovaciones). En medio de este clamor, toca esperar al 2 de febrero para ver al de Barrika con bermudas en Mayakoba (México).