Nadia Calviño ya es, de facto, presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Tras conocerse el apoyo de Francia, da comienzo el procedimiento formal que llevará a la actual ministra de Economía española a ocupar el cargo. Este organismo financiero es considerado el mayor prestamista y prestatario multilateral en el mundo. Proporciona su financiación y experiencia para proyectos de inversión sostenibles que contribuyen a los objetivos de la política de la UE y aunque concentra más del 90% de su actividad en Europa, también invierte una cantidad significativa en el resto del mundo. Este nuevo puesto, que conlleva una gran responsabilidad, no está nada mal remunerado, por lo que Calviño verá multiplicar por cuatro su salario como ministra del Gobierno de España.
El 1 de enero de 1958, coincidiendo con la entrada en vigor del Tratado de Roma que constituyó la Comunidad Económica Europea (CEE), nacía también un banco que 65 años después sigue siendo el principal brazo financiero de la UE y una de las mayores entidades de desarrollo a escala mundial: el Banco Europeo de Inversiones (BEI). ¿Su misión? Contribuir al desarrollo equilibrado y estable del mercado común.
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La función del BEI desde su sede en Luxemburgo es facilitar préstamos y garantías a proyectos de “todos los sectores de la economía” que busquen el desarrollo de las regiones “más atrasadas” y la modernización o reconversión de empresas o de nuevas actividades, así como proyectos “de interés común a varios Estados miembros” y también de fuera de la UE. Sólo el año pasado, la institución firmó acuerdos de financiación por valor de 72.500 millones de euros y actualmente roza los 230.000 millones de euros en acuerdos de financiación con España desde la firma de los primeros préstamos para empresas españolas en 1981.
La entidad obtiene sus recursos sobre todo en los mercados de deuda, aunque también cuenta con las aportaciones de capital realizadas por los países de la UE como socios de la entidad. Después dirige los recursos tanto a las empresas que necesitan la financiación como a bancos privados que después los canalizan a los receptores finales. Su máximo órgano de decisión es la junta de gobernadores, formada por los 27 ministros de Economía de la UE, incluida la propia Calviño, aunque el funcionamiento cotidiano depende de un Comité de dirección compuesto por el presidente y seis vicepresidentes.
Los nuevos retos de Calviño al frente del BEI
Nació con la misión de impulsar el desarrollo económico y fomentar la cohesión del bloque, pero en los últimos años los Veintisiete han dotado al BEI de mayor protagonismo para hacer frente a recientes desafíos a los que se ha enfrentado el club. Así nació surgió, por ejemplo, el llamado ‘plan Juncker’, que con el apellido del anterior presidente de la Comisión Europea intentó movilizar inversiones multimillonarias para resucitar la economía europea tras la crisis financiera de la pasada década.
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El estallido de la pandemia de coronavirus también supuso un acicate para el brazo financiero de la UE, que formó parte de la triple red de seguridad que el Eurogrupo acordó para sostener la economía en la etapa de mayores restricciones de movilidad con un programa de avales públicos de hasta 100.000 millones.
En esta etapa destaca sobre todo la financiación que aportó para el desarrollo de vacunas contra la Covid, por ejemplo los 100 millones que puso a disposición de la empresa alemana BionTech para sacar adelante uno de los primeros sueros contra la enfermedad. En 2022, a raíz de la agresión militar de Rusia sobre Ucrania, el BEI ha asumido la tarea de canalizar recursos para la reconstrucción de infraestructuras y la financiación de diversos proyectos en el país, y en los últimos años el banco se ha marcado la meta de convertirse en el “banco del clima” europeo.
Con esta estrategia, el BEI se compromete a acelerar la transición ecológica apoyando los “sectores prioritarios” incluidos en el Pacto Verde Europeo, a garantizar una “transición justa para todos” y a fomentar “operaciones alineadas con el Acuerdo de París”.
Un retiro dorado
Desde su fundación, el Banco ha tenido 7 presidentes, todos hombres y ninguno español. Así, Nadia Calviño se ha convertido en la primera mujer presidenta del BEI, “un hito para la institución y para España”, destacan desde el Ejecutivo. Según una norma establecida en 1958 por el Consejo de Gobernadores, el presidente del BEI recibe el mismo salario mensual que el presidente de la Comisión Europea, por lo que Calviño percibirá, al igual que Ursula von der Leyen, en torno a 375.000 euros anuales, lo que supone un suelo de más de 30.000 euros al mes.
La experiencia respalda a Calviño. Y es que la vicepresidenta cuenta con 12 años en la alta dirección de la Comisión Europea y también en el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde ha sido hasta hace poco presidenta del Comité Monetario y Financiero Internacional. Asimismo, desde que forma parte del Gobierno de España, fue propuesta en su categoría de ministra de Economía para presidir el Eurogrupo el pasado verano de 2020. En aquella ocasión, sin embargo, se quedó sin lograr los votos necesarios para ocupar un puesto que cayó en manos del irlandés Paschal Donohoe.