La salida de Podemos del grupo parlamentario de Sumar era la crónica de una muerte anunciada. Los de Ione Belarra y los de Yolanda Díaz sabían que era cuestión de tiempo. También en el PSOE eran conscientes de que esta posibilidad se produciría más pronto que tarde. Los cinco diputados morados formarán parte del Grupo Mixto, convirtiéndose oficialmente en un interlocutor más con el que el Gobierno deberá negociar para sacar adelante sus iniciativas.
Esta era una de las reivindicaciones de Podemos, el poder tener voz propia aun estando dentro del grupo liderado por Yolanda Díaz, con quien concurrió a las elecciones generales del pasado 23 de julio. Desde ese momento a hasta la ruptura total de las relaciones entre Podemos y Sumar, el PSOE dejaba la pelota en el tejado de Yolanda Díaz en todo lo relacionado con la interlocución con Podemos.
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Ahora, los socialistas asumen que tendrán que negociar cara a cara con Ione Belarra, pero lamentan la huida de los morados al Grupo Mixto y cuestionan la estrategia de Yolanda Díaz en la gestión de las relaciones dentro de este espacio a la izquierda del PSOE. “No han sabido imponerse”, remachan fuentes del partido de Pedro Sánchez con peso en la dirección y en el Gobierno.
Según fuentes de Podemos, la gota que colmó el vaso para tomar esta decisión fue que Sumar impidió a Ione Belarra intervenir en la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, como había pedido. Pero este motivo ha sido uno de tantos, según esgrimen estas fuentes, que afeaban el haberse quedado sin voz en al Cámara Baja y sin representación en el Gobierno.
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En este sentido, estas voces de la parte socialista del Ejecutivo aseguran que mostraron su predisposición a que algún representante morado estuviera al frente de un ministerio para rebajar la tensión creciente entre los partidos de la llamada izquierda transformadora. “Me lo esperaba”, rematan estas fuentes acerca del desenlace materializado este martes.
El PSOE ve con preocupación la fractura de la izquierda
Esto no quita que la fractura se mire desde el prisma de la preocupación en el plano de la izquierda de cara a las elecciones gallegas, vascas y europeas. “Nunca es una buena noticia la división de la izquierda”, resumió el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, ya que “cuando se divide la izquierda, gana más la derecha”. Por tanto, los socialistas temen que la ruptura de las relaciones en Madrid afecte a las negociaciones de Podemos y Sumar para concurrir juntos a las elecciones autonómicas previstas para 2024.
En cualquier caso, el Gobierno no teme por la estabilidad de la legislatura. El propio presidente del Gobierno, en una conversación informal con los periodistas por el 45 aniversario de la Constitución, aseguró que mantuvo una conversación con Yolanda Díaz tras enterarse de la noticia y afirmó sentirse tranquilo después de la conversación entre Ione Belarra y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. El líder socialista tiene claro que, con Podemos en el Grupo Mixto, al PSOE se le suma un nuevo actor con el que lidiar para mantener una mayoría parlamentaria, pero destacó que “lo importante es que todos compartimos conquistas”.
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Fuentes moradas avisan de que “negociaremos todo con el PSOE”. Le harán sudar la camiseta para transformar “con medidas valientes”, aunque confirman que Belarra transmitió a Bolaños su interés por dotar de estabilidad la legislatura. Al fin de cuentas, los socialistas fían el apoyo de los morados a sumarse al bloque plurinacional frente al de PP y Vox.
En este sentido, Yolanda Díaz alertó de no “confundirse de adversario” en la búsqueda del bien común. “Las personas progresistas en España no comprenderían que se pueda poner en jaque políticas públicas importantes por intereses de parte”, avisó desde el patio del Congreso instantes después de que Belarra justificara su salida: “No nos ha quedado otro remedio”.
Puestas las cartas boca arriba desde los primeros compases de la legislatura, la sensación de alivio en la dirección de Podemos y las filas de Sumar son evidentes. Ahora sí, navegarán en barcos diferentes, pero ambas formaciones están abocadas a remar en la misma dirección durante la legislatura frente a los retos que esta presenta.