El PP utilizará la ruptura de Podemos como arma arrojadiza contra el Gobierno: “Hay mucho rencor”

La ruptura de Podemos y Sumar es música para los oídos del Partido Popular. Con las palomitas debajo del brazo, elucubran sobre las consecuencias de que los cinco diputados morados pasen a formar parte del grupo mixto en el Congreso de los Diputados, junto con Coalición Canaria, BNG y UPN. Los populares creen que la ruptura se notará en las votaciones en el Congreso, “en ejes ideológicos no, pero para otros temas, sí”, sostiene un barón autonómico del PP. “Hay mucho rencor”, argumenta al respecto.

También hablan de que vendrá “un gran golpe” con el que ganar notoriedad, señala un diputado popular. Ya ha pasado en el 45 aniversario de la Constitución, donde era el tema principal de los corrillos de periodistas y políticos que se formaban en los pasillos de la Cámara Baja. Lo cierto es que en el PP la noticia no sorprendió, sabían que iba a pasar, pero “no cuándo”. Ahora intentarán sacarle jugo durante toda la legislatura, conscientes de que esos 5 escaños son imprescindibles en cada votación que quiera sacar adelante el Gobierno. Con esta ruptura, se abre la posibilidad de que Podemos no esté de acuerdo con algún concepto o alguna propuesta y acabe votando lo mismo que el PP.

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“Es un pequeño corte que, al final, acabará sangrando”, asegura un presidente autonómico, que enfoca la atención a las elecciones autonómicas en Cataluña. Allí, la presidenta del grupo En Comú Podem, Jéssica Albiach, se ha dado de baja de la formación morada. Con su salida, nacen las dudas sobre el futuro de la coalición en las elecciones catalanas previstas para 2025, y también en las europeas de la próxima primavera. Hoy por hoy, solo queda una diputada de Podem dentro de la confluencia de izquierdas.

Y es que la formación no pasa por un buen momento, de hecho, esta es otra razón más para celebrar una asamblea, ya apalabrada, para renovar su cúpula, tras la dimisión de una decena de miembros de la misma. También pasa por una crisis interna en Cataluña el PP, aunque parece que se está encauzando y será Alejandro Fernández el que repita como candidato. Las aguas están más revueltas para Podemos que para el PP en estos momentos.

El PP también es consciente de que los morados ganan peso en el grupo mixto frente al que tenían en Sumar, y que su ruptura implica que el Gobierno va a tener que negociar con otra formación más, lo que complica más la legislatura para Pedro Sánchez. De momento, apuntan a las iniciativas que no son ideológicas, que serían las que podrían peligrar en las votaciones. No creen que sea el caso de los presupuestos generales del Estado para 2024, pero sí el de otras leyes de diversas materias, como de vivienda, pensiones o ayudas económicas. Aunque Podemos defiende que la ruptura no comprometerá la estabilidad del Gobierno, los populares apuntan a la inquina “personal” hacia Yolanda Díaz, lo que sí podría desestabilizar muchas votaciones y, por ende, al Gobierno.

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Otra fuente de la Dirección Nacional posa la mirada en Galicia. Y es que los medios autonómicos señalan a Ángela Rodríguez Pam, la exsecretaria de Estado de Igualdad, como candidata de Podemos en las elecciones previstas para la primavera de 2024, pero, de momento, lo único que está claro es que las conversaciones entre Sumar y Podemos en la comunidad gallega están paralizadas. La formación de Yolanda Díaz en Galicia es de nueva creación, por lo que los morados y Esquerda Unida ya habían avanzado en conversaciones antes de que se anunciase la entrada de Sumar al tablero de juego.

En este sentido, fuentes del PP de Galicia aseguran que les podría beneficiar que la izquierda fuera más dividida. Aunque quien le puede disputar la mayoría absoluta a Alfonso Rueda es Vox en el caso de que logre algún escaño, o el PSOE gallego con José Ramón Besteiro al frente. Pero, lo que tiene claro el PP gallego es que está situado en la centralidad del tablero, lo que le otorga muchos puntos y, en este sentido, critican la poca voluntad de diálogo con los socialistas, con los que no han conseguido pactar ni una declaración “de reafirmación” con la Constitución en el Parlamento gallego.