El impresionante castillo medieval en el que puedes pasar la noche

Esta construcción es considerada como la primera joya medieval de nuestro país y en su época llegó a ser uno de los castillos más lujosos de Europa

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Exterior del Palacio de Olite, en Navarra. SHUTTERSTOCK
Exterior del Palacio de Olite, en Navarra. SHUTTERSTOCK

No sorprende que España sea ampliamente reconocido en todo el mundo por su impresionante y variado patrimonio. En toda su extensión geográfica, se encuentran aproximadamente 10.000 castillos que reflejan la historia y las civilizaciones que alguna vez ocuparon la península. Estos castillos se destacan por su diversidad arquitectónica y, también, por el excelente estado de conservación de la mayoría de ellos, lo que brinda una experiencia increíble al visitarlos.

Uno de los más impresionantes se encuentra en el singular pueblo de Olite. Allí, en este municipio de menos de 4.000 habitantes, se esconde la que es considerada como la primera joya medieval de nuestro país, el Palacio Real de Olite. En el interior de esta joya de estilo gótico, declarada monumento nacional dese 1925 y considerada la construcción civil de época medieval más importante conservado en Navarra, se encuentra, además de todo el encanto y la historia que atesora, el Parador de Olite, que permite a los visitantes pasar la noche entre los muros que empezaron a levantarse en el año 1402 por petición de Carlos III el Noble y su esposa Leonor de Trastámara.

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Del Palacio Nuevo al Palacio Viejo

El conjunto monumental del Palacio Real de Olite se compone de tres áreas distintas: en primer lugar, el Palacio Viejo, que es el espacio que alberga el Parador; en segundo lugar, las ruinas de la Capilla de San Jorge; y finalmente, el Palacio Nuevo, la zona más extensa y la única abierta al público y que tuvo que ser restaurado en 1937 tras el incendio provocado en la Guerra de la Independencia.

Dentro de este impresionante castillo existen una serie de puntos que los visitantes no pueden perderse. Una de ellas son las cámaras reales, que se erigen como el epicentro del castillo, influyendo en la distribución de todo su conjunto. Estas estancias se distinguen por sus majestuosos ventanales abocinados que permiten la entrada de la luz natural, creando un ambiente encantador. El patio del naranjo, un remanso de serenidad, se despliega desde la cámara de la reina, añadiendo un toque de frescura y fragancia.

Parador de Olite (Paradores)
Parador de Olite (Paradores)

Tampoco hay que dejar de contemplar las majestuosas y señoriales torres, que se alzan sobre las cámaras reales. La más alta e imponente de todas es la del Homenaje, mientras que la más llamativa es sin duda la de las Tres Coronas, con una arquitectura especialmente caprichosa. Otra de las más destacadas es las Torre de los Cuatro Vientos, desde donde antaño se presenciaban torneos y que hoy permite disfrutar de unas privilegiadas visitas de los viñedos de la zona.

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Otro de los puntos más curiosos del castillo es el denominado pozo de hielo, todo un tesoro ubicado en la parte sombría de la construcción y que servía para almacenar capas de nieve para la preservación de alimentos. Su gigantesca tapadera, evocando la forma de una cáscara de huevo, lo hace inconfundible y misterioso. Por último, no hay que dejar de visitar sus impresionantes jardines, tanto el principal, que se encuentra a la entrada, como el de la Pajarera y el de la Morera.

Habitaciones para ‘viajar’ a otra época

Más allá de la visita al castillo, aquellos que tengan la oportunidad de disfrutar de una noche en el Parador de este castillo se encontraran con unas estancias repletas de historia y una preciosa decoración que les trasladarán a otra época. Y es que los espacios y las 43 habitaciones que en siglos pasados albergaron a la realeza están impregnados de una atmósfera histórica, rodeados de tapices y que cuentan sus propias historias y muebles que evocan el esplendor de antaño.

Habitaciones del Parador de Olite. (Paradores)
Habitaciones del Parador de Olite. (Paradores)

La experiencia en el Parador de Olite se extiende más allá de la vista y la historia, llegando al paladar de los visitantes. En su restaurante, se sirven exquisitos platos tradicionales de Navarra, cuidadosamente elaborados con productos locales y presentados con un toque moderno que resalta su sabor y esencia. Además de la deliciosa gastronomía, los huéspedes tienen la oportunidad de deleitarse con una cuidada selección de los mejores vinos de la región.

Cómo llegar a Olite

Desde Pamplona, el viaje tiene una duración estimada de 35 minutos por la carretera AP-15, mientras que desde Logroño es de alrededor de 1 hora por la A-12.

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