Comienza el puente de la Constitución, una de las fiestas más señaladas en nuestro calendario. Fechas en las que se producen una gran cantidad de desplazamientos por la red de carreteras de todo el país. La Dirección General de Tráfico lo sabe y ha puesto en marcha un dispositivo para velar por la seguridad y protección de todos los conductores y usuarios. Entre los dispositivos más populares están la flota de helicópteros Pegasus, que está compuesta por 13 unidades y suponen una de las herramientas clave en la vigilancia que lleva a cabo a diario la Dirección General de Tráfico.
Los Pegasus están especializados en detectar infracciones como el exceso de velocidad, el uso indebido del cinturón de seguridad y el manejo del teléfono móvil mientras se conduce. Anualmente, según el departamento dependiente del Ministerio del Interior, este tipo de equipos realizan más de 3,000 horas de operaciones, identificando aproximadamente 20.000 violaciones a las normativas de seguridad vial vigentes en el ordenamiento jurídico español.
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Los helicópteros Pegasus están dotados de tecnología avanzada para su misión de control de tráfico. Disponen de dos cámaras de alta capacidad; una panorámica y otra de teleobjetivo, que permiten la identificación clara de las matrículas a una altura de 300 metros. Además, cuentan con un sistema de GPS y un telémetro láser que calcula la distancia al vehículo y la velocidad media en intervalos de tres segundos.
Este sistema de vigilancia aérea, al estar operativo principalmente en áreas de alta densidad de tráfico y desde puntos elevados, resulta casi indetectable para los conductores, dificultando así su evasión y aumentando la efectividad de las labores de monitorización del cumplimiento de las normas de tráfico.
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No obstante, la Dirección General de Tráfico evalúa reemplazar a los helicópteros Pegasus por sus altos costes y sustituirlos por drones. El objetivo está previsto que sea el mismo: la detección de infracciones de tráfico. Aunque los helicópteros Pegasus son altamente efectivos, su mantenimiento y operación implican gastos significativos, además de requerir los gastos relacionados con el pilotaje del aparato. Los drones, por otro lado, representan una opción más económica y de menor riesgo para el personal.
A pesar de la efectividad de los helicópteros Pegasus en la identificación de infracciones, la DGT busca alternativas más sostenibles económicamente. Los drones presentan una solución viable, con una reducción considerable en los costes y mantenimiento. Son también más fáciles de operar y eliminan el riesgo para los pilotos. Sin embargo, aún se ha de definir una fecha de transición completa de helicópteros a drones.
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El sistema de radar Pegasus ha probado ser superior en la detección de infracciones comparado con los drones, pero los beneficios en cuanto a los costes y la seguridad de estos últimos resultan innegables. La DGT planea avanzar hacia una implementación gradual de drones, buscando mantener la eficacia en la vigilancia mientras se mejora la eficiencia operativa.
Así son los nuevos drones de la DGT
Los drones están manejados por personal especializado, cuya principal tarea se centra en operar los controles de vuelo y las cámaras capaces de captar las violaciones de la legislación vial. Las infracciones que son registradas por estos dispositivos pueden ser notificadas de diversas formas: o de manera inmediata o ser primero procesadas y, posteriormente, notificadas.
Estos nuevos dispositivos tienen la capacidad de volar a una altitud de 120 metros y alcanzar velocidades de hasta 80 km/h. Han sido diseñados para funcionar a temperaturas entre los 20 a 45 grados, además de poseer una autonomía de vuelo de 40 minutos. Aunque su alcance técnico puede extenderse hasta los 10 kilómetros, la política actual es que los agentes mantengan los dispositivos en un rango de entre 1 y 2 kilómetros.
Cada dron está equipado con cámaras de alta definición capaces de capturar evidencia fotográfica de infracciones de tráfico, las cuales son utilizadas para justificar las sanciones a los conductores infractores. La implementación de esta tecnología pretende mejorar la vigilancia de la red de carreteras y aumentar la protección a los usuarios.