Rayden: “Cada vez que subo al escenario me arrepiento 20 veces de dejar la música”

Infobae España habla con el cantante sobre su agridulce adiós de los escenarios y los muchos proyectos que tiene para el futuro. “Siento que he cerrado un ciclo de alguna manera”, asegura

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El cantante Rayden en una imagen de archivo. (Alberto Ortega / Europa Press)
El cantante Rayden en una imagen de archivo. (Alberto Ortega / Europa Press)

El próximo verano Rayden comenzará una nueva etapa lejos de los escenarios, aquellos que le han dado algunas de las mayores alegrías de su vida, para ser un poco más David Martínez y es que quiere dedicar más tiempo a su familia y a su hijo. Pero mientras que llega el momento de ese adiós definitivo, el músico de Alcalá de Henares se despide de su público en una gira de conciertos que le hace “arrepentirse” por momentos de su decisión, según cuenta a Infobae España.

No todos son tan gigantes como el que ofreció este pasado sábado en el WiZink Center de Madrid, pues Rayden también ha formado parte de Mahou Feat, un ciclo de conciertos íntimos organizados por la marca de cervezas para homenajear a Madrid en algunos de sus bares y que le ha permitido pasar de lo íntimo a la masa con días de diferencia.

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Pregunta. Eres uno de los artistas que han formado parte de Mahou Feat, un homenaje a Madrid en sus bares. ¿Tú eres mucho de ir al bar?

Respuesta. A las terrazas, más que a bares, sí. Y si no hay terrazas, pues me tengo que rendir a ello, pero soy más de las terrazas que de interior.

P. ¿No te gusta nada lo de estar en la barra?

R. No, no me gusta nada. Pero porque no puedo hablar y todo lo que no sea hablar con mis amigos... No.

P. ¿Y tú te lías mucho cuando te dicen: ‘venga, vamos a tomarnos una Mahou’ o de verdad te tomas una y te vas?

R. Pues es que más que liarme es que se líe la conversación, no es como ‘uy, me voy a liar’. Yo creo que es más sobre el tema de conversación y como alguno tenga que solucionar problemas y tengamos que estar los demás escuchando, pues ahí sí que viene la liada.

P. ¿Has llegado a echar de menos el anonimato a la hora de salir con tus amigos?

R. La gente que me sigue es muy respetuosa y se espera. Si ven que ya me voy a ir, pues se acercan y me dicen, ‘oye, perdona…’. Para eso sí que puedo presumir otra vez más de público.

P. Sobre los conciertos como los de Mahou Feat, que son íntimos, ¿qué es lo que más te gusta?

R. Lo que me hace más ilusión es ver la fidelidad del público, que se entrega. No saben dónde van ni para qué, pero les falta tiempo para acudir a la llamada.

Rayden en una imagen de archivo. (Europa Press)
Rayden en una imagen de archivo. (Europa Press)

P. Estos conciertos no tienen nada que ver con el que acabas de dar en el WiZink Center.

R. No, no. Estaba anunciado desde hace mucho tiempo y, de hecho, se agotaron las entradas. Estoy muy contento, en el día previo tenía muchas ganas de poder conectar y de poder soltarlo todo.

P. ¿Se gestionan de una forma diferente estos encuentros tan íntimos a un WiZink lleno?

R. Sí, porque cuando son íntimos estamos hablando de 50, de 80, de 100 personas y quieras que no, si te fijas, puedes ver todas las caras. En el caso del WiZink son 10.000. Entonces ves gente, ves gente, incluso disocias y tienes como que prestar mucha atención para saber mirar y no solo ver. Yo creo que los íntimos tienen la gracia de la distancia corta.

P. ¿Y qué tienen de gracia estos tan multitudinarios?

R. Hay veces que cuando uno escribe una canción sueña con que sea coreada de cierta manera, y gracias a estas cosas hay canciones, como Multiverso, que cuando todo el mundo salta y lo canta, pues me cuesta ser profesional y no llorar, o desgañitarme o algo así.

P. ¿Cómo te preparas tú mentalmente para una cosa así?

R. Siempre tengo la máxima de que de eso ya se preocupará el David de mañana. Es como bueno, ya cuando esté allí me entrarán los nervios, la flojera de canillas y demás. Pero previamente estoy como muy tranquilo, es como ¡queda tanto para mañana! ¿Para qué me voy a poner nervioso?

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P. ¿Y algún ritual que sigas antes de un concierto?

R. Pues estar con mis amigos en el camerino tranquilos, viendo vídeos de memes o de cosas así, de humor. Sobre todo estar tranquilo, muy tranquilo. Y luego ya pues para salir y hacer la arenga.

P. ¿Cómo se vive el post concierto?

R. Cuesta dormirse. Uno siente que le cuesta dormir, pero de pronto a la media hora viene como el golpe seco de sueño y cuando ya baja la dopamina, ¡a dormir! Y caigo desmayado.

P. El próximo verano dices adiós a la música para dedicarte a tu familia, a tu hijo. ¿Ha sido la decisión más complicada de tu vida?

R. No. A ver, es muy complicada y es una decisión que cada vez que subo al escenario me arrepiento 20 veces y me reafirmo 21. Pero la más complicada, no. Creo que hay decisiones más importantes en la vida y también te das cuenta de que al final a lo que te dedicas es un accidente, un accidente bonito. Qué bonito tener una posición de privilegio desde el cual puedas elegir y que no dependas de, pero yo decido eso y también porque siento que he cerrado un ciclo de alguna manera.

P. ¿Cómo está siendo esta despedida? Además de arrepentirte un poquito a ratos.

R. Pues está siendo muy bonita porque estoy viendo que el público conecta con los conciertos de una forma como nunca había conectado y que al final cada uno viene de su padre y de su madre, pero al final todos terminamos sintiendo la misma emoción y se nota. Se genera algo como muy bonito, como muy casa, muy empático. Eso es lo que me llevo.

P. Después de tanto tiempo sobre los escenarios, ¿con qué te quedas?

R. Pues con girar a los lados y detrás, ver a mis amigos. Y que no cambie eso, el tener la suerte de no tener que contratar a músicos de banda, de estos mal llamados ‘mercenarios -con todo el respeto del mundo-, porque yo miro a los lados y tengo a mi familia.

P. A pesar de que te bajas del escenario, esto no es un adiós a la música y es que vas a seguir ligado a ella.

R. Sí, desde la producción, también de escribir para otros artistas o incluso el día de mañana, quién sabe, a lo mejor a ser manager y guiar carreras. Pero sí, estaré ligado aunque lo abordaré desde otro punto.

P. También estás presente en Benidorm Fest como asesor del certamen.

R. Sí, y muy contento. La verdad es que estoy muy contento. Ya queda poquito para que la gente pueda escuchar las canciones y las propuestas y tengo muchas ganas.

P. ¿Y qué crees que le aportas tú al formato?

R. Yo al formato le aporto convicción. No para el público, porque el público está convencido, sino para los artistas. Creo que cuando ven a alguien como yo, que he participado en el Benidorm Fest, y le ha gustado tanto que ha querido formar parte también desde el otro lado, como asesor, pues mínimo me escuchan le pierden como el miedo, la inseguridad o la incertidumbre. Creo que mi figura sirve para ello.

P. Además, tú transmites como mucha calma.

R. Sí, también es eso, que yo soy así como una esponjita de calma (risas). Pero bueno, yo creo que cuando algo me ilusiona se me nota y es fácil contagiar la ilusión.

P. Con tu llegada y la de otros rostros, como Pablo Cebrián, el concurso se ha profesionalizado, ¿no?

R. Creo que, como esta ya es la tercera edición del Benidorm Fest, pues evidentemente poco a poco se van dando pasos de gigante y tiene como muchísima mejoría en todos los aspectos y sirve para profesionalizar y en todo. Y se ha visto cómo en otros pre de otros lugares anunciaban a los artistas que se presentaban y el Benidorm Fest pone, una vez más, el valor al alza de la profesionalidad que intentamos transmitir en cada uno de los engranajes, en cada uno de los pasos. No solo los asesores, sino también rostros como Ana María Bordas, César Vallejo, María Izaguirre... De todo el equipo. Estamos intentando hacer que se note, da igual desde la falla que lo veas, que vas a ver que se está cuidando mucho.

P. ¿El objetivo es que España gane Eurovisión?

R. Sí, bueno, en mi caso, más que gane España, el objetivo es sobre todo que la gente que recaiga en el Benidorm Fest descubra un escaparate en la música que le sirva para descubrir grupos y música a la que de otra manera a lo mejor no hubiesen llegado.

P. ¿Y tú has cerrado la puerta a volver a presentarte al Benidorm Fest o a Eurovisión en el futuro?

R. Sí, sí. Yo ya estoy desde el otro lado. Eso ya te lo digo que es seguro que no va a pasar.

P. Además de todo esto te quieres dedicar a la novela, que es tu “ilusión renovada”, como has dicho. ¿Cómo va este proyecto?

R. Pues ya está en fábrica la siguiente novela, que sale en enero, y estoy muy contento. La verdad que ha quedado una cosa muy bonita de la que estoy muy orgulloso, tengo muchas ganas de que la gente bucee en ella. Es una historia bastante peculiar, pero creo que es tan peculiar que va a enganchar. Tengo ganas de que sea ya el 18 de enero, que es cuando sale la novela. ¡A ver qué tal!

P. ¿Y de dónde sacas tiempo para todo?

R. Pues no lo sé. Porque cuando me quiero dar cuenta ya he hecho entrevistas, como contigo. ¡Y mira todo lo que da tiempo! Siempre voy con el gancho en la campanilla. Voy siempre con el relojero, como el conejo de Alicia en el País de las Maravillas.

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