La iglesia más pequeña del mundo está en el interior de un castillo español

Históricamente, las dos grandes construcciones de los pueblos durante la Edad Media eran el castillo y la iglesia. Ambos demostraban parte del poder que tenía la villa, aunque las fortalezas albergaban una función más importante, la defensa de la ciudad. Sin embargo, con el paso de los años y el asentamiento de las fronteras, muchas perdieron su carácter militar y se convirtieron en lugares de residencia para nobles o en relevantes centros institucionales.

Pero, ¿alguna vez han visto una iglesia dentro de un castillo? Puede parecer algo extraño e incluso difícil de creer, pero el castillo de Colomares, en Benalmádena, hace posible este hito histórico. De hecho, la iglesia que se ubica en su interior es el templo católico más pequeño del mundo, una situación que convierte a Colomares en una fortaleza única. A esto se le suma su aspecto, pues a pesar de contar con una arquitectura que emula al medievo, fue construido en 1987, convirtiéndolo en el más reciente de nuestro país.

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El Castillo de Colomares se construyó en honor a Cristóbal Colón y la llegada de este al continente americano. Todo ello gracias al empeño y trabajo del doctor Esteban Martín, el cual inició su construcción de manera improvisada en 1987 y, con la ayuda de solo dos albañiles, logró completarlo en un periodo de siete años.

Detrás de este emblemático castillo, se esconde la dedicación de un hombre que quiso rendir tributo a uno de los viajes más trascendentales de la historia. Utilizando elementos decorativos y un diseño que reflejan la temática colombina, el Castillo de Colomares se destaca como una muestra de la arquitectura contemporánea inspirada en hechos históricos. La iniciativa privada de Esteban Martín llevó a la creación de un sitio que hoy día es punto de interés turístico, tanto por su estructura como por el simbolismo que encierra.

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De esta forma, se pueden apreciar increíbles recreaciones como la de la carabela de La Niña, en la parte más alta, La Pinta en la fachada principal, y La Santa María, la cual simboliza su hundimiento el día de Navidad en Santo Domingo. A esto se le suma el arco de la Rábida, que recibe el nombre del monasterio donde se refugió Cristóbal Colón. Todo ello, se representa a través de una combinación arquitectónica sin igual, pues mezcla elementos propios del el neorrománico, el neogótico, el neomudéjar y el neobizantin.

Más allá de la representación del descubrimiento de América, el castillo de Colomares esconde un la iglesia más pequeña del mundo. Así lo ratifica el Libro Guiness de los Records, el cual ha otorgado al templo esta distinción. Dedicada a Santa Isabel de Hungría, esta singular construcción mide menos de dos metros, concretamente 1,96 metros. A pesar de su reducido tamaño, es espacio plenamente funcional para la celebración de ritos religiosos, además fue consagrada de manera oficial por el Prior del Monasterio de la Rábida.

Igualmente, entre los muros de la fortaleza se sitúa un oratorio en honor a la imagen de nuestro Señor Salvador, en honor a la isla de San Salvador, ya que fue en este territorio de las Bahamas donde desembarcó Colón el 12 de octubre de 1492. A esto le acompaña un mausoleo con un rosetón que representa la muerte de Colón, así como un caballo de bronce en homenaje a Martín Alonso Pinzón, el capitán de La Pinta; y varios escudos de los Reyes Católicos.

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Desde Málaga, el viaje es de alrededor de 30 minutos por la autovía de Circunvalación de Málaga y la AP-7. Por su parte, desde Marbella el trayecto tiene una duración estimada también de 30 minutos por la carretera AP-7 (hay peajes).