Las elecciones gallegas están a la vuelta de la esquina. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, tiene seis meses para convocar los comicios. La fecha todavía es una incógnita, pero los gallegos dan por sentado que tendrán que salir a votar entre febrero y marzo del próximo año. Los populares quieren aprovechar la fuerte tensión política de los últimos meses y exprimir —todavía más— la baza de la amnistía para poner a prueba su liderazgo. Los de Feijóo se juegan su quinta mayoría absoluta, mientras que la izquierda —junta, pero no revuelta— tratará de hacerse con el Gobierno autonómico. La extrema derecha, por su parte, busca dar el cante y debutar en el parlamento gallego.
El puzle todavía no está completo, de hecho, falta una pieza que puede ser decisiva. Democracia Ourensana ha confirmado hace un par de meses que concurrirá con el objetivo de “ser la llave” del próximo Gobierno de Galicia. El partido asegura en su página web que “no es de derechas ni de izquierdas, sino de Ourense”. La formación nace con el cambio de siglo como una plataforma local, fruto del “descontento” popular con la “discriminación” que sufre, según palabras de sus votantes, la “cuarta provincia gallega”. La cara más visible del partido es, sin duda, la de su líder, Gonzalo Pérez Jácome, uno de los perfiles más estrambóticos del panorama político nacional.
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Jácome llegó a la alcaldía de Ourense hace cuatro años. La polémica y el regidor han ido siempre de la mano, pero los vecinos votaron para que continuase en el cargo durante, al menos, otra legislatura. Como consecuencia, Jácome no podrá encabezar las papeletas de Democracia Ourensana para las elecciones autonómicas del próximo año, pero a grandes problemas, grandes soluciones: su teniente de alcalde, Armando Ojea, será el número uno de una lista que pretende revolucionar la aritmética parlamentaria. Los objetivos de la formación son tan claros como ambiciosos: “Vamos a conseguir más de dos diputados”.
El líder de la formación ha confirmado que solo concurrirá por la provincia de Ourense. Las elecciones municipales del pasado 28M son su última referencia demoscópica. Democracia Ourensana sumó un total de 19.411 votos, es decir, un 10,8% del total. Con estos resultados, Jácome le podría arrebatar un diputado al PP y estaría a poco más de 1.200 sufragios de conseguir el segundo. La provincia de Ourense reparte 14 escaños en el parlamento gallego y ocho de ellos pertenecen actualmente al Partido Popular.
blockquote class="twitter-tweet">📩 💪 Democracia OUrensana concurrirá a las próximas ELECCIONES AUTONÓMICAS de Galicia.
— Gonzalo Pérez Jácome -Alcalde de Ourense- (@gonzalojacome) October 10, 2023
⚖️ El objeto es ser decisivos en el futuro gobierno del parlamento gallego, para conseguir que la Xunta de Galicia aplique discriminación positiva en la provincia de Ourense.
El intercambio de cromos no será sencillo. Jácome sigue en el Ayuntamiento gracias a los votos del PP, mientras que los populares mantienen la Diputación con el apoyo de Democracia Ourensana. La política autonómica, sin embargo, tiene otras reglas. El polémico alcalde reconoce que está abierto a pactar con cualquier partido, de hecho, acercará posturas con el bloque que le prometa una suma de dinero más grande para Ourense. “Si el PSOE y el BNG no quieren nada, pactaremos con el PP”, aseguraba el regidor hace un par de meses. La legislación gallega impide que un alcalde pueda adquirir la condición de diputado, pero el papel protagonista de Jácome durante la campaña ni siquiera cotiza.
Gonzalo Pérez Jácome, un alcalde controvertido
El alcalde de Ourense se autodefine como un “ideólogo”, “microliberal” y “antipolítico”. Las redes sociales son una de sus principales armas de combate. Jácome no escapa de la polémica y ha viralizado todo tipo de disparates: desde un selfi en medio de un pleno hasta un falso intento de atropello. Las disputas con la prensa local y los insultos se han convertido en una constante. La campaña de las últimas elecciones municipales, sin ir más lejos, estuvo marcada por las acusaciones del candidato a diversos empresarios y partidos por haber puesto micrófonos en su despacho. Los vecinos le llaman, en tono jocoso, el “Jesús Gil gallego”.
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Hace cinco años, Jácome consideraba “muy buena” su relación con el PP de Manuel Baltar, investigado por presunta financiación ilegal y suplantación de identidad. Solo unos meses atrás, el líder de Democracia Ourensana presumía en una grabación de saber cómo blanquear donaciones y dinero negro para su campaña. El hombre que llegó al gobierno municipal para “limpiar la ciudad de corrupción” terminó envuelto en todo tipo de escándalos financieros. Jácome aterrizó en la política local a bordo de una autocaravana desde la que repartía licor café, trozos de bizcocho y una larga lista de promesas. La mitad de las propuestas no las ha cumplido, pero sus cuatro años de legislatura han dado para mucho.
Feijóo se juega la quinta mayoría absoluta
Las elecciones gallegas se presentan como una prueba de fuego para Génova, la primera tras la formación del nuevo Gobierno. Feijóo no solo quiere comprobar el éxito de su estrategia, sino que también necesita demostrar fortaleza y consolidar un liderazgo que genera dudas. Los populares se juegan la quinta mayoría absoluta en la comunidad. Alfonso Rueda, que heredó el cargo de Feijóo, concurre por primera vez como cabeza de lista. El PP le ha pedido a Vox que no presente ninguna candidatura para aglutinar bajo sus siglas todo el voto conservador, pero la extrema derecha no está dispuesta a ceder. El bloque de las izquierdas también llega a la cita con grandes incógnitas. El PSOE ha barajado la posibilidad de concurrir con Sumar, al menos en las provincias de Lugo y Ourense, pero Yolanda Díaz descarta esta fórmula. El BNG llega como líder de la oposición, con una candidatura que aspira a liderar el próximo Ejecutivo autonómico. Las encuestas están ajustadas y la hegemonía de los populares corre peligro.