Con familia, amigos, compañeros de trabajo o incluso solo. Viajar es siempre una buena opción. Sobre todo ahora, con las vacaciones de Navidad a la vuelta de la esquina. Aunque, quienes no quieran esperar a que llegue este periodo, pueden aprovechar el puente de diciembre para descansar y disfrutar de unos días de naturaleza y desconexión. Para ello, no es necesario salir de España: son muchas las localidades que merece la pena visitar. Una de las candidatas es Peñalba de Santiago, un precioso pueblo que alberga una iglesia mozárabe del siglo X y que no dejará indiferente a nadie.
Aquellos que tengan pensado hacer una escapada de turismo rural, tienen que aprovechar la ocasión de visitar Peñalba de Santiago, la comarca de El Bierzo que está considerada uno de los pueblos más bellos de España. Y no es para menos, si se tiene en cuenta que está rodeado por un enclave natural espectacular, que lo convierte en uno de los lugares con más encanto de León.
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Dónde está Peñalba de Santiago
El tamaño del pueblo no tiene que engañar a sus futuros visitantes: apenas tiene 15 habitantes. A tan solo unos 20 kilómetros de Ponferrada, se encuentra Peñalba de Santiago, una pequeña localidad de León que pertenece a la Comarca del Bierzo y está ubicada en pleno Valle del Silencio.
Son muchas las actividades que se pueden realizar en este lugar, que fue declarado Bien de Interés Cultural en 2008. Esto demuestra que está repleto de encantos, con un atractivo peculiar que reside en el entramado de calles, su iglesia de origen mozárabe y unas casas con una arquitectura tradicional. Por supuesto, no hay que olvidar su increíble ubicación entre montañas.
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Qué se puede ver en este pequeño pueblo situado entre montañas
Los amantes de la naturaleza tienen en Peñalba de Santiago un pequeño paraíso. Y es que este es un lugar idóneo para respirar, disfrutar de la paz y separarse del ruido y el estrés de la ciudad. Además, al ubicarse entre montañas, sus vistas panorámicas son increíbles.
El pueblo está situado en la cuenca del río Oza, que pertenece al enclave montañoso de los Montes Aquilinos, por lo que los turistas experimentan una sensación semejante a la de viajar a otra época. De hecho, sus calles son un claro ejemplo de la arquitectura popular de la serranía berciana. Por su parte, todas las casas están en torno a la iglesia. Es precisamente este uno de los puntos que son de visita obligada, una lista a la que se añaden los siguientes:
- Iglesia de Santiago de Peñalba.
- Cueva de San Genadio.
- Montes Alquilanos.
- Valle del Silencio.
Los más deportistas, pueden aprovechar este viaje para hacer senderismo y visitar la Cueva de San Genadio a pie, tras recorrer una ruta de unos 4,5 kilómetros. O pueden decantarse por alguna de las que discurren por los Montes Aquilanos o el Valle del Silencio.
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La iglesia, una joya mozárabe recién reformada
Pese a tratarse de un pequeño pueblo, Peñalba de Santiago tiene una joya que es probable que sea envidiada por otras muchas localidades: una iglesia mozárabe. A principios de octubre de 2023, dieron por finalizadas las obras acometidas en este centro de culto. La Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de Ponferrada realizó una inversión de 45.000 euros para eliminar las humedades de las paredes y el ábside del templo. A ello se unió la aplicación de un tratamiento en las ventanas y microperforaciones para permitir la ventilación y permeabilidad desde el subsuelo a la cabecera.
Su historia está a la altura de su belleza: la iglesia fue terminada de construir en 937 por el abad Salomón. Su apariencia externa indica que es un templo humilde, pero lo cierto es que es una auténtica joya del mozárabe español. Para acceder a su interior, hay que atravesar una hermosa puerta con doble arco de herradura apoyada en tres columnas de mármol. En el interior reinan los arcos de herradura, uno de los cuales divide la nave en dos partes. Asimismo, conserva restos de pintura mural decorativa.
Cerca del pueblo, después de un agradable paseo, también puede visitarse la Cueva de San Genadio, donde el Santo buscaba retiro cuando era obispo de Astorga. Está en una pared rocosa que se levanta en vertical en la entrada del Valle del Silencio.