Rafa Nadal vuelve a estar en boca de todos tras 11 meses fuera del tenis. La baja más prolongada de la carrera de toda una leyenda del deporte está a punto de llegar a su fin, puesto que el español confirmó este viernes que disputará el ATP 250 de Brisbane. Será su cita previa para un Abierto de Australia que presumiblemente también jugará. Aunque todavía no se sabe en qué estado de forma regresará, él mismo ha comentado recientemente: “Si no tuviera la ilusión de intentar ser competitivo, pues probablemente no estaría haciendo todo lo que he hecho durante estos últimos meses, todo el esfuerzo que supone a la edad que tengo, y después de tener una carrera muy larga, que los años pesan”.
Una declaración así significa que Nadal, uno de esos jugadores que no quieren perder ni al parchís (juego que, precisamente, le encanta), no quiere ser mera comparsa en la ATP, una vez superada su lesión de gravedad en el psoas ilíaco. Eso sí, partirá desde el número 663 de la clasificación, lo cual será un condicionante de peso en los cuadros de los torneos que dispute. Esquivar a rivales importantes en las primeras rondas le será imposible, por lo que prefiere ser cauto antes de reaparecer en la pista: “Intuyo que va a ser muy difícil recuperar un nivel muy alto de tenis”.
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No obstante, Nadal se ha sobrepuesto a tantos percances físicos desde que asaltó la élite (hasta 16 retornos tras lesiones) y, sobre todo, presenta tal legado en el deporte de la raqueta que nadie se atreve a subestimarle de antemano. De ahí que los rivales ya se froten las manos con la posibilidad de medirse a él próximamente. Incluida una joven promesa, sobrada de descaro, que se atreve incluso a retar al segundo tenista masculino con más Grand Slams de la historia: Arthur Fils.
A Nadal empiezan a ‘tocarle’ Roland Garros
El francés, número 36 del mundo, viene pisando fuerte a sus 19 años. Este sábado, fue finalista en las Next Gen ATP Finals, una competición que ya ganaron estrellas como Carlos Alcaraz, Jannik Sinner o Stefanos Tsitsipas en el pasado. Entrenado por dos exjugadores reconocibles como Sergi Bruguera y Sebastien Grosjean, no le pilló por sorpresa el anuncio de la vuelta de Nadal.
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El motivo lo explicó Grosjean en L’Équipe: “Vamos a pasar una semana de entrenamiento con él en Kuwait a partir del 8 de diciembre, así que ya lo sabíamos”. “Me invitó muy amablemente. ¡Voy a darlo todo y a intentar no dejarme llevar demasiado por sus derechas! Voy a aprovecharlo al máximo”, aseguró ilusionado el propio Fils al rotativo deportivo francés.
La perla gala no quiso dejar pasar la oportunidad de lanzarle un desafío a Nadal. Relacionado, palabras mayores, nada menos que con Roland Garros, el torneo fetiche del manacorense. “Tal vez no en la primera ronda, pero si puedo jugar contra él en la final de Roland Garros, eso me conviene. Si, con 19 años, puedo detenerle en Roland Garros, sería bueno”, anheló Fils, sin miedo de enfrentarse al 14 veces campeón en la tierra batida de París.
“¡Qué fuerza mental para volver después de su lesión teniendo en cuenta todo lo que ya ha logrado! Demuestra que es verdaderamente apasionado”, aplaudió Grosjean, que tuvo la oportunidad de enfrentarse en tres ocasiones a Nadal (todas, entre 2005 y 2006, acabaron con victoria del de Manacor) y ahora guía los pasos de Fils. Su pupilo tendrá el honor de ejercer de sparring de Rafa en plena recta final de los entrenamientos previos a verle de nuevo en acción.