Después de unos meses revueltos, Alberto Núñez Feijóo ha puesto el punto final al párrafo que define su idea de Partido Popular. La remodelación no ha sido drástica, ni mucho menos, pero se ha saldado con una nueva primera línea de batalla y cambios en la retaguardia para hacer oposición al Gobierno de Pedro Sánchez. En el caso de la cúpula del partido, su secretaria general, Cuca Gamarra, se mantiene a los mandos, pero Carmen Fúnez sube un escalón para situarse en la organización de la vida interna del Partido Popular.
Esta organización, que hará desde la vicesecretaría correspondiente, se extiende a lo largo y ancho del partido, también hacia las baronías y los congresos pendientes. Antes de Fúnez, Miguel Tellado se encargaba de este cometido, pero ahora pasa a ser portavoz en el Congreso de los Diputados, un trabajo que, según distintas fuentes del partido, hizo de manera muy eficaz. “El trabajo complicado de Fúnez ya lo hizo Tellado, ahora queda Cataluña”, apuntan desde la Dirección Nacional.
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Se refieren tanto a la crisis interna como a las elecciones generales o autonómicas de 2025. Todo tiene que ver. Pero lo cierto es que el Partido Popular terminará el año cumpliendo con todos los congresos autonómicos que tenía pendientes, excepto con el de Cataluña, que ya suma más de un año con retrasos para su celebración. También lo hará con un partido bastante engrasado y con mucho más poder territorial, por lo que el reto de Carmen Fúnez es, efectivamente, Cataluña.
Su papel también pasa por prepararse para unas elecciones que pueden venir “en cualquier momento”, reflexiona un líder territorial del PP. “Lo grueso de la organización está hecho”, coincide con otros dirigentes, aunque añade los congresos provinciales pendientes. Además, hay varias elecciones próximas: las gallegas, las vascas, las europeas (2024) y las catalanas (2025). Y no solo preocupan estas, también una preventiva repetición de las generales, donde esta autonomía es clave para decantar los resultados, como lo fue el 23J para los socialistas.
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Sin embargo, el ámbito catalán en el partido sigue intacto, y “la continuidad es absoluta”, advierten fuentes del PP de Catalunya. Desde allí siguen reclamando autonomía para el partido de Alejandro Fernández, como ya lo hizo él mismo en una entrevista en El País: “El PP catalán debe superar las tutelas y tomar sus decisiones de manera más libre”, sentenció. No respondió a esto Génova, que lo último que dijo fue de la boca de Feijóo, asegurando que el partido podría haber conseguido más votos en las generales, aunque conformándose con haber superado en votos a ERC y a Junts. El objetivo de Génova es hacerse con el voto socialista y de Ciudadanos, además de unificar el de toda la derecha.
No es el estilo de Alejandro Fernández el que buscan para ello, aunque el equilibrio es complicado, porque no quieren profundizar en la crisis interna para evitar que sea desgarradora a nivel electoral. Por ello, intentarán salvar esa pierna en Cataluña sin necesidad de “amputarla”, apuntan tirando de metáfora quirúrgica. En cualquier caso, varios dirigentes populares coinciden en la necesidad de una solución para el PP de Cataluña antes de que sea demasiado tarde, porque lo único que está claro es que Alejandro Fernández no les pondrá las cosas fáciles