PSOE y Junts celebrarán este sábado su primera reunión desde la investidura dentro de los encuentros pactados en el acuerdo sellado a principios de noviembre. El enigma envuelve estas “reuniones de trabajo”, como valoró el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, para quitarle hierro a dichos encuentros. “No es la primera ni va a ser la última, por lo tanto, no hay que darle más importancia a una reunión de trabajo”, zanjó el número tres de los socialistas.
A tenor del documento político sellado entre ambas fuerzas de cara a la investidura de Pedro Sánchez, “los contenidos de los acuerdos a negociar a partir de las aspiraciones de la sociedad catalana y de las demandas de sus instituciones” se agrupan en “dos grandes ámbitos permanentes”: al ámbito del reconocimiento nacional, y el de los déficits y limitaciones del autogobierno.
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Asimismo, la “estabilidad de la legislatura” queda “sujeta a los avances y cumplimiento de los acuerdos” que resulten de las negociaciones en estos dos apartados, por lo que su desarrollo cobra especial relevancia, ya que no sólo incidirá en la actividad en el Congreso, sino en la del propio Gobierno de Pedro Sánchez en virtud de los pactos que se alcancen.
Las posiciones de PSOE y Junts, en las antípodas
El texto político constata que PSOE y Junts afrontan estas citas con posiciones radicalmente opuestas en lo relativo a la resolución del conflicto político con Cataluña. Por ello, dejan claro en el acuerdo las diferentes recetas en el marco de los dos ámbitos permanentes. “Al mismo tiempo, constatan que se pueden alcanzar acuerdos importantes sin renunciar a las respectivas posiciones”, añade el texto rubricado por ambas fuerzas.
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“En cuanto al ámbito del reconocimiento nacional, Junts propondrá la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Catalunya amparado en el artículo 92 de la Constitución. Por su parte, el PSOE defenderá el amplio desarrollo, a través de los mecanismos jurídicos oportunos, del Estatut de 2006, así como el pleno despliegue y el respeto a las instituciones del autogobierno y a la singularidad institucional, cultural y lingüística de Catalunya”, describe el primer apartado.
En el segundo punto, el que corresponde a “los déficits y limitaciones del autogobierno”, los de Carles Puigdemont “propondrán de entrada una modificación de la LOFCA [Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas] que establezca una cláusula de excepción de Catalunya que reconozca la singularidad en la que se organiza el sistema institucional de la Generalitat y que facilite la cesión del 100% de todos los tributos que se pagan en Catalunya”.
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En este contexto, el PSOE apostará por “medidas que permitan la autonomía financiera y el acceso al mercado de Catalunya, así como un diálogo singular sobre el impacto del actual modelo de financiación sobre Catalunya. En este ámbito, también se abordarán los elementos esenciales de un plan para facilitar y promover el regreso a Catalunya de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación a otros territorios en los últimos años”.
El verificador internacional, la principal incógnita
Estas citas se celebrarán previsiblemente en Ginebra (Suiza). Este lugar se aleja del foco que concentra Bruselas, donde suele acudir el expresidente de la Generalitat huido de la justicia, Carles Puigdemont, en su condición de eurodiputado. Si bien, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no quiso confirmar la ubicación al no estar “en condiciones” de mencionar este dato.
Desde el Gobierno y el PSOE, en palabras del propio Sánchez, insisten en que se harán públicos “todos los acuerdos con las formaciones políticas”, pero el secretismo ha envuelto estas reuniones. Y es que, más allá de la previsible asistencia de Cerdán y Puigdemont, se desconocen el resto de miembros de las dos delegaciones, la hora y el sitio exactos y el orden del día.
Por otro lado, la principal incógnita que dejó el documento político fue el acuerdo en torno a “un mecanismo entre ambas organizaciones, internacional, que tenga las funciones de acompañar, verificar y realizar seguimiento de todo el proceso de negociación y de los acuerdos entre ambas formaciones a los que se llegue”.
Su existencia se argumenta en aras de alcanzar un acuerdo y “dadas las profundas discrepancias sobre la forma final de la resolución del conflicto, además de las desconfianzas mutuas reconocidas por ambos”. Sánchez justificó esta figura, que también participará en la mesa con ERC, para salvar la “extraordinaria desconfianza” que hay entre el PSOE y los partidos independentistas.
El secretario general del grupo prometió que se conocerá la persona que les va a acompañar en “ese proceso de diálogo tanto con ERC como con Junts”, pero rehusó desvelar su identidad para preservar las negociaciones y alejarlas del ruido político y mediático.