Campeona del Mundo con la selección española; ganadora de dos Champions, siete Liga F, seis Copa de la Reina y tres Supercopas de España con el FC Barcelona; ganadora dos veces del The Best y poseedora de dos Balones de Oro. Se trata de Alexia Putellas, la jugadora del club azulgrana que lo ha ganado prácticamente todo a nivel deportivo. Ahora es todo un referente para las generaciones futuras, para esas niñas que sueñan con convertirse en jugadora profesional y miran a Alexia como si ejemplo a seguir, como esa persona que ellos quieren ser un día.
Por ello y mucho más, Harper’s Bazaar ha decidido nombrarla Deportista del Año en los premios Woman of the Year 2023, que la revista realiza cada año. Con excusa del galardón, la jugadora ha dado una entrevista con la cabecera en la que ha hablado de sus inicios, de los objetivos que tiene mente, de cómo es su vida y de lo que ha tenido que sacrificar para llegar hasta donde está (aunque se considera una privilegiada por hacer lo que le gusta) o de su lesión. Aunque también ha hablado del ‘caso Rubiales’ ese que enturbió la mayor gesta del fútbol femenino de la historia.
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El tema continúa están en el centro del foco mediático, dado que el proceso judicial se encuentra abierto actualmente, donde la propia Putellas ha tenido que prestar declaración. “He aprendido mucho de esto. Muchísimo. He tenido momentos de orgullo y de tristeza, porque no encuentro normal que haya habido filtraciones y no se garantice cierta privacidad. ¿Por qué pasa esto? Qué pena”, asegura sobre el video de las declaraciones de Jenni Hermoso ante el juez que salió a la luz hace unos meses. Sin embargo, también siente “mucho orgullo”, principalmente por los debates que se han generado a raíz de lo ocurrido.
“Estamos en un momento, hombres y mujeres, muy importante de deconstrucción y construcción. Y creo que nos podemos permitir equivocarnos, pero tenemos que aprender y mejorar. Solo eso nos hará una sociedad mejor en la que todo el mundo se sienta a gusto, orgulloso y respetado, sea como sea”, considera. A lo que añade que “lo que pasó no es algo aislado del fútbol femenino, es algo que pasa en demasiados ambientes, y justo fue a dar con un lugar en el que la expectación y la visibilidad fueron mundiales”. Aunque asegura que el título de campeonas del mundo no va a perder importancia por este caso. “Vamos a ser Campeonas del Mundo, como mínimo, 4 años más. Y eso no nos lo quita nadie. Eso es lo que vamos a recordar”, sentencia.
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El movimiento #SeAcabó de apoyo a Jenni Hermoso supuso toda una vorágine, un huracán de feminismo a través del cual luchar contra la lacra del machismo que estaba afectando al deporte femenino. “Es que no podía ser de otra manera. No había otra forma de reaccionar. Pasó algo superdesafortunado y estar a su lado y apoyarla era lo mínimo que podíamos hacer”, expresa Alexia Putellas.
Sin embargo, después de todo ese revuelo, todo el frenesí que vivieron tras ganar la Copa del Mundo tocaba volver a la normalidad. Unas semanas a las que califica como “raras”, llenas reuniones y citas “muy diferentes a las que debe de tener un deportista de élite. Pero bueno, eso ya pasó. Se tenía que hacer. A nosotras nos ha tocado esto; a las generaciones de futbolistas anteriores les tocó que las insultaran por jugar. Y quizá a las futuras les saldrá otra cosa”, considera. Sin embargo, ‘caso Rubiales’ aparte, la futbolista azulgrana también ha hecho un repaso a su carrera, empezando por el principio: la plaza de pueblo.
Los comienzos en la plaza de su pueblo
La número 11 del club culé comenzó, como todos los niños del mundo, jugando en la calle, en concreto, en la plaza del ayuntamiento de su pueblo, Mollet del Vallès, que se encuentra a las afueras de Barcelona. Allí, donde una niña Alexia tiraba de imaginación para estructurar un campo de fútbol entre los edificios que delimitaban el espacio. Lo que nunca pensó mientras jugaba en su pueblo es que un día se convertiría en la mejor jugadora del mundo.
“Nunca había pensado que podría dedicarme a ello porque las estructuras no estaban como para que una niña de diez años soñara con ser futbolista. Pero siempre he sido muy feliz jugando. No necesitaba más que un balón, y me daba igual lo que hubiera a mi alrededor”. Respecto a lo que ha conseguido hasta ahora, explica que no lo piensa mucho, ya que ella prefiere enfocarse en el día a día y “en los retos de ahora en adelante, y no tanto en lo que hemos hecho hasta ahora. ¡Ya miraré atrás cuando me retire!”.
Aunque sí es consciente de que es “una privilegiada”. “Por estar ahí y por poder dedicarme a lo que me hace vibrar, a lo que me hace ser más yo, a mi forma de expresión más pura”. Respecto a si ha tenido que sacrificar muchas cosas para llegar a ser deportista de élite, afirma: “Hay momentos, días, cosas que me pierdo, pero no lo veo como un sacrificio porque sé la suerte que tengo. ¡Estoy haciendo lo que me gusta!”. Pero, como es normal, muchas veces necesita una vía de escape, ese algo que la haga desconectar por unas horas y, para ella, es el fútbol. “Entrenando, realmente. Es entrar en el campo, dejar el móvil en la taquilla, alejarme de llamadas y mensajes, y centrarme únicamente en jugar, en el balón”.