Los activistas franceses contra la caza han revolucionado el país con la difusión de un solo vídeo: un vecino de un pueblo del departamento de Loiret (norte) sale al auxilio de un ciervo para salvarlo de unos perros de caza. La heroica acción tuvo lugar el pasado 25 de noviembre en su propio jardín.
La asociación Abolisson la Vénerie Aujourd’hui (Abolamos la Caza Hoy), de siglas AVA, publicó el vídeo que grabó el señor cuando el animal, huyendo de sus perseguidores, acabó saltando dentro de su jardín. “Una vez más los habitantes le han plantado cara a la barbarie”, asegura la organización.
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Según relatan en un comunicado, una partida de caza persiguió dos veces a un ciervo hasta arrinconarlo en el jardín de este vecino de la localidad de Ingrannes. El hombre quedó asombrado por la belleza del animal, que se situaba a apenas tres metros de distancia de él. “Pobrecillo, es magnífico”, comenta mientras graba al ciervo.
“¡Los perros (de caza) vinieron a mi casa con todo el mundo! ¡Entraron a la propiedad!”, denunció este vecino a la AVA, que se armó de una manguera y roció de agua a los cazadores y sus animales.
El líder del grupo se anunció ante el señor, identificándose como Monsieur de la Rochefoucauld, duque de Estissac, y entró a caballo en la propiedad del hombre. “¡Me da igual que seas Monsieur de la Rochefoucauld! Como si es el presidente”, le contestó, mientras se posicionaba entre el ciervo y los perros de caza, mientras estos reculaban. “La caza ha terminado”, les instó este vecino, en lo que fue para él un momento eterno.
“Si les hubiese dejado, le habrían matado ahí mismo”, exclama el hombre, que relata cómo el animal transpiraba angustiado y tenía una herida sangrante en la nariz.
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“¡El ciervo vino dos veces!”
Apiadándose de él, el hombre le abrió un espacio en la alambrada detrás de su casa para que el animal escapara, pero volvió una hora después. Asegura que los perros continuaban persiguiéndole, pues poco más tarde volvió aparecer la partida de caza con sus caballos y sus perros.
Enfadado, comenzó a arrojarles agua fría y a tirarles manzanas y castañas que encontraba alrededor. “(El ciervo) Se quedó fácilmente dos horas. Le decía ‘no te preocupes, estás seguro aquí, nadie te va a tocar”.
El relato de este vecino termina aquí, pero no es el único episodio que han vivido los vecinos de este municipio francés. La AVA documentó hace dos años las constantes incursiones de las partidas de caza en el municipio, donde los animales perseguidos intentan buscar refugio.
“Estos incidentes ocurren decenas de veces cada temporada, por toda Francia, y muy a menudo los habitantes que sufren esta ocupación feudal están desarmados y aislados”, denuncia la organización.