El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha amenazado con trasladar inversiones de hasta 1.500 millones de euros a otros países si no existe “estabilidad jurídica y fiscal” en España. El empresario se refiere, concretamente, al capital que la energética prevé destinar para impulsar el hidrógeno renovable, que, en caso de no seguir el patrón acordado, acabará en “Portugal o Francia”.
Las declaraciones se han producido en un encuentro organizado por la Fundación Repsol y Tecnun, la Escuela de Ingeniería Universidad de Navarra, donde Antonio Brufau aseguró que los 1.500 millones de euros de inversión de Repsol “están sometidos a una cosa que se llama estabilidad, estabilidad jurídica y estabilidad fiscal”.
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El empresario ha levantado la voz contra el acuerdo entre el PSOE y Sumar, que se han comprometido a prorrogar el impuesto especial para las energéticas y la banca, vigente hasta 2024. Hace unos meses, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, se pronunció en los mismos términos y aseguró que la compañía, “antes de tomar cualquier decisión de inversión en España”, tendría que analizar si las condiciones son “estables y suficientemente atractivas para garantizar la rentabilidad de los proyectos”. El directivo dijo que de no ser así, buscaría “otras alternativas”.
En el caso de las energéticas, este impuesto asciende hasta el 1,2% de la facturación obtenida, aunque solo afecta a las empresas con ingresos de más de 1.000 millones euros, excluyendo los negocios regulados y las actividades fuera de España. En este contexto, Brufau considera que si en España existe un impuesto que “no tienen los franceses ni los portugueses para producir hidrógeno”, la decisión de la empresa será la de “marchar a Portugal o Francia”.
El presidente de Repsol ha llamado a las autoridades a reflexionar porque, en su opinión, estas inversiones son “necesarias” para alcanzar los objetivos de descarbonización y “no se pueden pensar desde el corto plazo”, sino que dibujan “un tema de medio y largo plazo”. Además, el empresario estima que estos proyectos, “que requieren de mucha madurez”, se tienen que hacer “en un marco de estabilidad” y con un marco fiscal “atractivo”. “Ni mejor ni peor, atractivo, que significa competitivo con respecto de las regiones próximas a nosotros”, ha señalado.
Brufau también ha destacado el compromiso de Repsol con una transición energética justa que asegure la autonomía de Europa, aunque ha advertido de que este compromiso tiene que venir acompañado desde Bruselas por “incentivos en lugar de prohibiciones”, simplificando la regulación y evitando así que las normas nacionales fragmenten el mercado único. “Es imposible pretender que las empresas realicemos las inversiones necesarias para abordar la transición energética sin unas reglas de juego claras”, ha zanjado.
Texto elaborado por Europa Press