El pueblo español que parece el de la película ‘Frozen’ de Disney

La Navidad está a la vuelta de la esquina y muchos pueblos se visten con sus mejores galas para darla la bienvenida. Uno de los mejores planes es recorrer sus engalanadas calles y disfrutar de un rico chocolate caliente, o adornar nuestro árbol de Navidad con toda la familia. También es momento de sentarse en el sofá y disfrutar de un maratón de películas navideñas que nos transportan un ratito a la infancia.

En ellas se pueden contemplar parajes y villas que son un encanto en las que marcas como Disney se han inspirado en lugares reales para recrearlo. A pesar de no ser una película de Navidad al uso, Frozen es una de las estrellas durante esta época. Así, se inspiraron en la ciudad austriaca de Hallstatt para recrear el hermoso reino de Arendelle, sin embargo, España bien puede ser un candidato idóneo para tener nuestro propio reino de hielo.

Te puede interesar: Los 11 mejores lugares para visitar en Portugal, según ‘Lonely Planet’: de las playas del Algarve a bonitos pueblos medievales

De esta forma, en pleno Valle de Tena, Huesca, se sitúa una de las villas más impresionantes de nuestro país. Se trata de Lanuza, un pequeño núcleo perteneciente al municipio de Sallent de Gállego, que cuenta con un entorno de ensueño, marcado por la imponente cordillera de los Pirineos y un impresionante lago.

Pero no es oro todo lo que reluce, pues Lanuza cuenta con una vida pasada de la que solo quedan unos pocos restos. Esto se debe al embalse que da nombre al pueblo, bajo el cual se ubica la villa original. Así, fue abandonada en los años 70 como consecuencia de la construcción de la presa y su posterior inundación. No obstante, las partes que hoy son visibles corresponden a restauraciones realizadas en la década de los 90, de las edificaciones que sobrevivieron.

Te puede interesar: AXGaTur, la nueva asociación de gastronomía y turismo que une la cocina gallega y el Camino de Santiago en un solo destino

De esta forma, Lanuza es hoy el fruto de un meticuloso esfuerzo comunitario y de un proceso de negociaciones enfocadas en mantener viva la memoria del lugar. Su historia refleja cómo una localidad puede transformarse con el tiempo y cómo puede preservarse y honrarse el legado de generaciones pasadas para el disfrute y la reflexión de futuros visitantes y residentes. Así, los viajeros pueden apreciar bella arquitectura de piedra y pizarra.

Se puede decir que uno de sus aspectos más destacados es la belleza de su entorno, pues el paisaje totalmente montañoso se funde con la villa dando lugar a una imagen que deja con la boca abierta. Tampoco hay que olvidarse del pantano, el cual es imprescindible en la localidad, ya que permite infinidad de actividades. Así, la mejor forma para descubrir todos estos encantos es realizando alguna de las rutas de senderismo con las que cuenta.

Son infinitos los senderos que discurre este bello paraje, pero sí hay que elegir uno, el que recorre el Valle de tena a través del camino natural del embalse de Lanuza, un sendero circular que parte desde Sallent de Gallego. De hecho, es una de las rutas más comunes gracias.

Para los más aventureros, la subida al pico Pacino, a casi 2.000 metros de altitud, es una de las mejores opciones. Desde lo más alto se pueden apreciar unas espectaculares vistas de todo el valle, al igual que monumentos naturales como el barranco de Porté o de Rutaviesas, y la cascada de O Saldo de Escarrilla.

Te puede interesar: Uno de los miradores más impresionantes de España: una plataforma de piedra suspendida en el vacío

Cuando uno pensaba que lanuza ya no podía tener más cosas, el Pirineos Sur, el prestigioso Festival Internacional de las Culturas, aparece como un regalo. Este es uno de los festivales de culturas más importantes de España que convierte a la villa en el centro cultural de la región.

Se celebra cada verano y en él, artistas de renombre de los cinco continentes actúan en el magnífico escenario instalado sobre las aguas del pantano. Así, desde 1994 se ha convertido en un espacio de referencia donde miles de personas disfrutan de la música.

Desde Huesca, el viaje tiene una duración estimada de 1 hora y 10 minutos por la carretera A-23. Por su parte, desde Jaca el trayecto es de alrededor de 45 minutos por las vías N-260a y Ctra. Huesca a Francia.