Cerdos con hernias y deformidades, cadáveres de animales en descomposición y lechones agónicos sin asistencia veterinaria son solo algunos de los brutales hallazgos que ha hecho el Observatorio de Bienestar Animal (OBA) en “La granja del terror”, donde unos 5.000 cerdos viven en condiciones insalubres en Quintanilla del Coco (Burgos). Durante la investigación realizada entre junio y septiembre de este año, la ONG ha podido observar y certificar las condiciones en las que viven estos animales y exige que se cierre la granja y se impongan medidas ejemplares por la mala gestión de su dueño, el alcalde Domingo del Pozo Martínez (PP).
OBA ha interpuesto una denuncia en el juzgado de primera instancia e instrucción único de Lerma (Burgos) por delitos de maltrato animal con agravante de muerte, por las condiciones en las que se encuentra la granza, y por estafa, ya que el lugar fue certificado en octubre de 2019 con dos sellos de bienestar animal emitidos por AENOR, una empresa privada española de alcance mundial, e IRTA, una entidad de la Generalitat de Cataluña.
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Tumores, heridas infectadas y cadáveres putrefactos
ODA ha detallado las pésimas condiciones físicas en las que se encuentran los animales de la granja, que viven hacinados. ”En las jaulas de cerdas parideras, un lechón tiembla, está enganchado en el suelo de rejilla. Debido a la carencia de espacio, el animal es orinado por la madre y pisoteado por sus hermanos”, cuentan en una nota, en la que añaden que algunas cerdas reproductoras “presentan graves prolapsos de útero y tumores en las mamas” y “heridas con pus y gangrena por la fricción con los barrotes”.
En el mismo espacio, aseguran que han visto lechones agonizando y otros muertos, algunos en avanzado estado de descomposición y desmembrados, “algunos presentan tumores y heridas sangrantes”, explican. El investigador que se adentró en la finca y que informó a la ONG tomó imágenes en las que se pueden observar la presencia de hernias y heridas que son compatibles con la sarna, según cuentan en el comunicado.
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Otro de los puntos que añaden al listado es el canibalismo. El observatorio recoge una de las declaraciones del investigador, que cuenta una de las escenas que presenció: “Varios cerdos se estaban comiendo a otro cerdo que aún estaba vivo. Le mordían el codo de la pata derecha delantera, y este sangraba. Incluso el agua del bebedero estaba teñida de color rojo”.
Comida con excrementos, ratas y larvas
La denuncia también hace referencia a la falta de higiene del lugar, donde han documentado la presencia de cadáveres en descomposición, comederos con el pienso infectado por heces de ratas, pedazos de patas y lechones muertos, purines infestados por larvas y gusanos, dos cubos expuestos a la intemperie con cadáveres de lechones, resto de placenta y abundantes moscas. “Se aprecia en las imágenes a un gato alimentándose de un cadáver de cerdo en el interior de las instalaciones. Según la organización de protección animal, la presencia de estos animales en la granja implica riesgo zoonótico de transmisión de enfermedades a humanos como la salmonelosis o leptospirosis”, advierten.
Otra de las imágenes realizadas por el investigador recoge el momento en el que los cerdos son cargados en el camión hacia el matadero. “El operario encargado les golpea repetidamente con una herramienta similar a un martillo y la picana eléctrica”, indican.
500.000 firmas para demandar a Lidl
Desde el Observatorio de Bienestar Animal denuncian que “el sufrimiento de los cerdos en esa explotación es extremo, muchos padecen una muerte lenta y dolorosa” y exigen “la actuación inmediata de las instituciones y empresas involucradas mediante el cierre de la granja”.
Julia Elizalde, Mánager de campañas del Observatorio de Bienestar Animal indica que es “imprescindible atender al último eslabón de la cadena alimentaria”, en ese sentido, ha indicado que han recogido más de medio millón de firmas demandando a Lidl para “que ponga fin al escándalo animal que se está revelando de granjas relacionadas con su cadena de suministro”, ya que aseguran que esta finca es uno de sus proveedores. Sin embargo, la cadena ha explicado a la agencia EFE que no trabajan con ellos desde septiembre de 2022.
También han denunciado a la empresa cárnica que presuntamente gestiona la carga de los animales y proveedora de Lidl por presunto delito de publicidad engañosa en cuanto a sus comunicaciones públicas sobre un elevado nivel de bienestar animal.