Hace tres años que la navidad dejó de ser brillante y especial para Ana Obregón, los mismos que hace que murió su único hijo, Aless Lequio. Pues, como ha afirmado en más de una ocasión, se quedó “sola” en el mundo. Este 2023, sin embargo, es diferente. La polifacética presentadora tiene una nueva ilusión tras el nacimiento de su nieta, Ana Sandra, la hija biológica de su vástago que nació el pasado mes de marzo a través de la gestación subrogada.
La niña se ha convertido en el centro de sus días, y también en el motivo que hace que este mes de diciembre las luces vuelvan a iluminar su casa. De cómo va a pasar las fiestas y mucho más ha hablado en su última aparición pública, en la que Infobae España ha estado presente y que ha tenido lugar con motivo del quinto aniversario de la firma de cosmética LaCabine, de la que es imagen.
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Enfundada en un favorecedor vestido rojo de corte sirena, Ana ha comenzado relatando lo importante que es para ella esta marca. “Le tengo un especial cariño porque, esto no lo he contado nunca, el contrato con LaCabine me lo hizo mi hijo. Estábamos en Nueva Jersey y él estaba haciendo radioterapia y quimioterapia. Me llamó y me dijo, ‘oye, mami, me han escrito de una marca, que te quieren de embajadora y tal, y te voy a hacer yo el contrato’. Y ahí empezó... Hace cinco años de esto”.
Y si bien el dolor por no tener consigo a Aless es imborrable, no hay punto de comparación a cómo está Ana con respecto a hace un año, pues ni siquiera el cansancio de cuidar de un bebé le borra la sonrisa. “En esta etapa de mi vida estoy como cualquier madre o abuela, porque ya sabéis que Anita es mi nieta, pero también es mi hija adoptiva y la cuido yo las 24 horas del día”, ha confesado, explicando a continuación que se levanta a las cinco y media de la mañana para darle el biberón. “¿Y cómo me cuido ahora? Pues con nada, porque la mejor mascarilla de este mundo es que el dolor pase, que los problemas pasen y tener un rayito de alegría en tu casa. Esa es la mejor mascarilla, ¡y lo siento por LaCabine!”, ha asegurado divertida.
Ana Obregón: “Mi nieta me dará las gracias por haberla traído a este mundo”
Si algo tiene caro Obregón es que no se quiere perder nada de Ana Sandra, como sí sucedió cuando Aless era un bebé. “Con mi hijo no pude porque trabajaba muchísimo, estaba todo el día en Prado del Rey”, ha recordado. “Ahora no quiero, no quiero separarme de ella y digo que no a todo. Quiero estar con ella”, ha afirmado rotunda.
Y tanto es así que ha sacado el árbol de navidad tras tres años cogiendo polvo. “Ya está puesto el árbol y su cara, cuando lo ha visto, ha sido espectacular. No sé cómo lo puedo explicar, porque para que alguien me entienda tiene que ser una madre que ha pasado por lo que yo he pasado. No hay nadie que me pueda entender mejor”, ha dicho.
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Y tan especial quiere que sean estas fiestas que ha dicho que “no” a todos los trabajos que le han ofrecido. “De verdad, no me quiero separar de mi niña. Es su primer año y ya sé que estará dormidita, pero me da igual. Yo estaré a su lado mirándola y es que eso no me lo quitan ni la Puerta del Sol, que lo he hecho ya no sé cuantos años, ni nada”, ha sentenciado.
Por eso, la próxima vez que se la verá será con motivo del bautizo de Anita, previsto para este mismo año. “Será en diciembre. No tenemos todavía la fecha, estoy preparándolo ya todo y estoy muy emocionada llevará el vestido de Aless y de toda la familia”, ha revelado sin poder evitar emocionarse. Esta cita familiar será la mejor forma de cerrar el año, mucho más que las campanadas, pues Ana se reunirá con sus más allegados. El gran misterio, una vez más, es si Alessandro Lequio estará presente.
De momento, la presentadora prefiere guardar silencio “porque cada vez que digo algo luego contestan por el otro lado”, dice, y dejar que sea el mismo día del bautizo cuando se descubra quién está y quién no. Quizás cansada de la situación, Ana Obregón no ha incluido dentro de sus deseos para 2024 que se produzca ese encuentro entre abuelo y nieta. “Mi deseo era tener a la hija de Aless conmigo, mi deseo desde que mi hijo me dejó y ya lo tengo. Y ya no quiero pedir nada más, yo ya quiero quedarme como estoy”.
¿Ampliar la familia?
Como sucede desde que nació Ana Sandra, la bióloga se ha vuelto a enfrentar a la pregunta de si planea aumentar la familia y, en esta ocasión, has sido más que clara. “En un principio lo tenía pensado, pero ahora... Es tanto el amor que la quiero dar y que me vea sonreír que no, yo creo que no”. “Me recuerda a Aless en todo. Es charlatana, es alegría pura, es un angelito... Una bendición”.
“Cuando empiece a hablar, quiero que me llame como llamaba mi hijo a mi madre, ‘bela’, de abuela. A mi abuela me encanta, pero es difícil para un niño decir abuela, entonces ‘bela’. Y la verdad es que la historia se repite porque mi madre, cuando nació, su madre falleció en el parto y entonces la crio su abuela. Y cuando tenía dos o tres años se lo dijo, ‘no soy tu mamá, soy tu abuela’”, ha contado, despertando la sorpresa de los allí presentes.
Cuando el toque a ella el momento de contarle a Ana Sandra sus orígenes ella tiene ya claro de cómo lo hará: “Será un momento súper natural, igual que dos padres gays que le dicen a su hijo, ‘somos dos papás’. Estamos en otro siglo, hay que avanzar. No estamos en la época del Australopithecus erectus”, ha dicho rotunda. “Lo haré con toda la naturalidad del mundo, con la que hay que hacer las cosas porque hay que avanzar”.
Feliz, pero no del todo
Y aunque es indudable que Ana Obregón está muy feliz, ella misma ha reconocido que nunca podrá serlo al cien por cien. “Mi felicidad nunca va a ser ‘la felicidad’. La palabra felicidad era cuando tenía mi hijo. ¿Tú qué crees? ¿Que yo por las noches no pienso lo que daría mi hijo por tener a su hija en brazos?”, se ha preguntado. “Lo que sí tengo claro es lo que mi hijo me quería al pedirme esto (que tuviera a su hija). Sabía que sin esto yo no estaría viva”, ha sentenciado. Y es por eso que al 2024 solo quiere pedirle una cosa: salud.