Está en los cines y todo el mundo habla de ella, pero no solo por su epicidad y sus interpretaciones, sino también por sus (posibles) imprecisiones históricas. Napoleón se ha convertido en la gran película del último mes y se sitúa en lo más alto de la taquilla en su primera semana de estreno. El filme de Ridley Scott protagonizado por Joaquin Phoenix era sin duda una de las películas más esperadas del año, todo un épico proyecto en torno a una de las figuras más controvertidas de la historia moderna, Napoleón Bonaparte.
¿Genio o genocida? ¿Estratega racional o amante irracional? ¿Liberador del pueblo o dictador de naciones? La figura de Napoleón ha suscitado un gran debate a lo largo de la historia, y esta película viene precisamente a iluminar algunos de los aspectos más desconocidos de su vida. Por ejemplo, su complicada relación con su esposa Josefina Bonaparte (Vanessa Kirby), quien le costó más de un disgusto antes de ser emperador de Francia y de la que dependió emocionalmente hasta el final de sus días, con sus últimas palabras siendo dedicadas a ella sin ser ya siquiera su esposa. Por todo ello, proponemos un repaso por algunos de los momentos de la película y si estos se ajustan o no a la realidad histórica de los acontecimientos.
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Napoleón en la Revolución Francesa y la toma de Tolón
La película de Ridley Scott da comienzo en el clímax de la Revolución Francesa, con la ejecución de María Antonieta como uno de los momentos más señalados y que más sacudió Europa en aquella época. Tras ser abolida la monarquía, encerrada en la torre del Temple junto su familia y nueve meses después de que el rey Luis XVI fuera ejecutado en la guillotina, la reina consorte viviría el mismo destino, siendo ejecutada el 16 de octubre de 1793. La película muestra esta ejecución bajo la atenta mirada de un joven oficial, Napoleón. Sin embargo, la realidad es que el gran corso se encontraba a varios kilómetros de allí. Ni siquiera estaba en París, sino en Tolón, preparando el ataque que sí que se ve en la película y que nos lleva al siguiente momento.
“La idea de que Napoleón lideró el sitio de Tolón es algo que hace que Scott juegue con el mito napoleónico, pero como en todos los buenos mitos, tiene un núcleo de verdad muy significativo detrás”, asegura el historiador Zack White, consciente de que es una de las escenas clave en la primera parte de la película y de que sí ocurrió en la realidad. El sitio de Tolón fue una de las primeras contiendas en las que Napoleón pudo exhibir su liderazgo, pero también su astucia e inteligencia, siendo capaz de tomar una parte del fuerte necesaria para controlar todo el puerto, acabar con los barcos ingleses y de paso recuperar el control para el ejército revolucionario francés. Un acto heroico que no pasó desapercibido para el directorio, que decidió ascenderle a jefe de brigada y que le encomendaría otra importante misión.
La insurrección realista y las pirámides de Giza
El siguiente episodio clave en la vida de Napoleón es cuando empieza a coger galones dentro del ejército y se le encarga una peligrosa misión, la de contener las fuerzas realistas que amenazan con deponer al Directorio impuesto tras la Revolución. Napoleón empieza a tomar responsabilidades y carácter a partir de aquí, pues acepta el encargo con la condición de que se haga a su manera. Aunque se dice que la marabunta contra la que disparó el regimiento de Bonaparte estaba en gran medida integrada por mujeres y niños -como se ve en la película-, lo cierto es que también la engrosaban hombres armados e incluso soldados profesionales dispuestos a enfrentarse a las tropas revolucionarias, por lo que Napoleón tuvo que tomar esa difícil decisión de abrir fuego contra la muchedumbre que dio un gran resultado.
Por el contrario, la famosa escena que se puede ver en el tráiler de la película y que se extiende en esta no es otra que la de la llegada a Egipto. Está documentado que Napoleón realizó una expedición militar a Egipto, e incluso que pasó dos noches dentro de la pirámide para así emular a sus ídolos militares, Alejandro Magno y Julio César. Sin embargo, es falso que disparase contra las pirámides, tal y como se puede ver en la película con los famosos cañones que siempre llevaba a sus espaldas.
La relación con Josefina, con su madre y con María Luisa de Austria
Buena parte del filme está centrado en la compleja relación entre Bonaparte y Josefina de Beauharnais, viuda que se acabaría convirtiendo en la primera esposa de Napoleón. Josefina es mostrada como una mujer fuerte y empoderada, pero también como alguien voluble que es capaz de traicionar la confianza de su marido nada más casarse con este manteniendo relaciones extramatrimoniales. Existe constancia de que esto sucedió, así como de buena parte de las cartas que el emperador mandaba a su esposa cuando estaba fuera, y de cómo está bien las ignoraba o simplemente no respondía.
A pesar de todo, el amor se fue fraguando a fuego lento en la relación y para cuando ya parecía ser recíproco, el matrimonio se encontró con el obstáculo de que no podían tener hijos. Si bien Napoleón temía que pudiera deberse a él mismo -ya que Josefina había tenido hijos en su anterior matrimonio-, en la película se muestra a la madre de Napoleón como la persona que intercede y le propone la idea de acostarse con otra mujer para saber si puede tener descendencia, como finalmente termina sucediendo. No hay constancia alguna de que esto sucediera y de hecho lo más probable es que no fuese así, ya que igual que las infidelidades de la emperatriz fueron de dominio público, también lo fueron las del corso. En 1806 Napoleón tuvo un hijo ilegítimo, y posteriormente en 1809 la condesa polaca, Maria Walewska, también reveló que estaba embarazada, por lo que esa necesidad no existía.
Sí que se echa en falta algo más de información en torno a la relación entre Napoleón y su segunda esposa, María Luisa de Austria, a la que la película escoge por mostrar lo menos posible para así reforzar la idea de que Napoleón solo amaba a Josefina y si se casó con María Luisa fue para mantener la estirpe y de paso establecer relaciones institucionales con Austria. Lo cierto es que esta reina consorte fue del todo fiel y devota de Napoleón, junto al que quiso estar una vez abdicó tras caer en la campaña de Rusia, aun siendo su padre y su país enemigos declarados de Francia. Lo que sí es cierto es que, a pesar de todo, de quien se acordó Napoleón en su lecho de muerte fue de Josefina, aunque no fuese su único amor.