No hace tanto que empezaron a resonar diversos cambios a los que podría someterse el tenis en los próximos años. Primero, una posible fusión con el circuito femenino (la WTA), acusando a que este atravesaba problemas económicos, algo que fue desmentido por la propia entidad. Después, fue el rumor de la entrada de Arabia Saudí para asignarse un Masters 1.000 en detrimento de los actuales Miami o Madrid. Esto último no está mal encaminado del último rumor que ha salido a la luz: un nuevo circuito que albergue los cuatro Grand Slams (Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open) y los Masters 1.000.
Un reportaje de The Athletic anticipaba lo que podría ser la mayor revolución tenística desde la década de 1960. La organización de los cuatro grandes eventos del circuito es ajena a la ATP, que organiza los Masters, los premios 500 y 250, así como las Finals. Ahora, se sopesa la posibilidad de que la organización de los majors se asocie con otros torneos más conocidos para convertir una ‘liga premium’. El director ejecutivo del ATP Tour, Andrea Gaudenzi, afirmaba hace dos semanas en Turín que “para el deporte, cerrar la brecha entre el Masters y los Slams es bueno para todos”, ya que ahora, “hay una brecha muy grande”.
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Esta unión conllevaría una mayor homogeneización del circuito. No existiría el cambio de peso en las pelotas entre torneos, habría un calendario menos saturado que evitaría lesiones por sobrecarga, y también un mayor reparto de premios. También significaría una ganancia por derechos televisivos, que se negociarían en conjunto y no por separado, como ocurre en estos momentos.
Estarían ante lo que podría ser una estrategia de Arabia similar a la que ejecutó con el circuito LIV Golf, respaldado por el país saudí. Con ello, separó a los mejores golfistas del PGA Tour, que desembocó en una batalla legal provocando una fusión, que todavía está afianzándose. Los siete órganos rectores que supervisan el tenis quieren evitar precisamente que ocurra esto en el tenis, que Arabia cree un circuito alternativo que se lleve a las grandes estrellas. Algo similar de lo que está ocurriendo con el fútbol, donde futbolistas de la talla como Cristiano Ronaldo, Benzema o Neymar han marchado al país árabe.
Arabia, escaso protagonismo en el tenis
La semana que viene Jeddah (Arabia Saudí) acogerá las Next Gen ATP Finals, con grandes premios económicos para la próxima generación. Pero, es cierto que hasta el momento, los saudíes tienen una escasa representación en el circuito. Se limitan a organizar la World Tennis League y otras exhibiciones, como la Riyadh Season Cup del próximo mes de diciembre, a la que asistirán Carlos Alcaraz y Novak Djokovic. La incorporación de un Masters 1.000 en el país, en detrimento de uno de los ya existentes, podría llevarse a cabo al inicio de temporada, justo antes del primer Grand Slam del año. Esto pondría además en peligro torneos preparatorios como la United Cup.
Altos funcionarios del tenis esperaron una propuesta de los ejecutivos de los Grand Slams en la semana de la celebración de las ATP Finals, pero estos alegaron que necesitaban más tiempo para finalizar su propuesta, la cual se esperaba para comienzos de año, cuando la competición regrese en Melbourne. Los Slams todavía tienen que firmar el próximo acuerdo de tres años con los tours para codificar el reparto de puntos, sin embargo, como todo parece apuntar a un cambio, no tiene sentido firmar nada todavía, incluso aunque eso suponga comenzar la temporada sin acuerdo cerrado.