El PP enfrentará la legislatura con dos estilos en el Congreso y en Génova: “El yin y el yang siempre están bien”

Feijóo descifra ahora el organigrama del PP en la oposición, aunque ya avanzó movimientos a alguno de los afectados a finales de septiembre, poco después de su investidura

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 El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, el futuro portavoz en el Congreso, Miguel Tellado,  la futura vicesecretaria de Organización, Carmen Fúnez (Foto: David Mudarra)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, el futuro portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, la futura vicesecretaria de Organización, Carmen Fúnez (Foto: David Mudarra)

Dos estilos, dos tonos, pero una oposición. Así es como funcionará el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo durante esta legislatura, haciendo caso al taoísmo y a uno de los grandes éxitos de Jarabe de Palo. “El yin y el yang siempre están bien”, apuntan desde las altas instancias del partido. Se evidencia en el goteo de nombramientos del Partido Popular para renovar parte de su estructura, que, efectivamente, no están cayendo en el mismo balde, sino que obedecen a una bifurcación, a un “yin” y a un “yang”.

Estos conceptos taoístas no representan fuerzas estrictamente opuestas, más bien diferenciadas, pero complementarias: de hecho, siempre hay un resto de cada una en la otra. En el caso del Partido Popular, el “yin” sería el estilo de Alberto Núñez Feijóo y de Génova, con la secretaría general del partido en manos Cuca Gamarra, y con Carmen Fúnez de número tres, que plantean movimientos más moderados, propositivos o casi institucionales, pero con respuestas firmes al Gobierno. Y, paralelamente, está el “yang”, que aún está en plena mudanza en el Congreso de los Diputados. Allí, Feijóo ha nombrado a su fiel mano derecha, Miguel Tellado, como portavoz parlamentario, para confrontar durante una legislatura de alto voltaje en la que el PP es el grupo con más diputados, pero no suma una mayoría parlamentaria.

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Si bien el partido no quiere caer en los “insultos”, sí acepta hablar de una oposición férrea y contundente al Gobierno, con sesiones de control insistentes y vehementes y sin desechar la confrontación cuando sea necesario. Aunque, de momento, los populares se curan en salud y señalan al PSOE antes de ser señalados. “Parecen ellos la oposición”, apuntan desde el grupo parlamentario. “Nos insultarán y luego nos acusarán de crispar”, se especula en los pasillos, aunque también advierten de que no se les va a escapar ni una de las que preparen tanto el Gobierno como sus socios.

Alberto Núñez Feijóo junto a otros miembros de su equipo tras los cambios anunciados en el partido (Foto: David Mudarra)
Alberto Núñez Feijóo junto a otros miembros de su equipo tras los cambios anunciados en el partido (Foto: David Mudarra)

El PP es consciente del “reto” de esta legislatura: negociaciones complicadas y mucho “votante huérfano” del PSOE del que se puede beneficiar el partido. El plan es captarlo y representarlo, pero a través de una confrontación con Pedro Sánchez que, para los de Feijóo, no es lo mismo que el PSOE. Ese será el estilo, el que ya utilizó durante las últimas semanas en sus actos de protesta contra el Gobierno. “La situación de España es dura y hay que darle voz”, afirman desde las altas instancias del partido.

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Por otro lado, está la línea propositiva del PP, la de vender su programa y aprovechar el tirón institucional otorgado por los resultados del 28 de mayo. El partido consiguió mucho poder territorial, con once comunidades autónomas en sus manos, junto con Ceuta y Melilla, además del 40% de los ayuntamientos españoles. El partido está en la oposición, pero también en gobiernos. Ese es el mensaje.

La idea general ya se ha empezado a estructurar a través de los nombramientos. Cuca Gamarra seguirá de secretaria general “a tiempo completo”, un perfil serio y leal a Feijóo, más amable que muchos otros dentro del partido y que no provoca ninguna sorpresa ni sobresalto. Carmen Fúnez escala hasta el tercer puesto del organigrama de Génova, otro perfil moderado vinculado a las políticas sociales del partido, que se encargará de organizar el partido y de unirlo, tanto en España como en el exterior, e implantar la estrategia electoral en todo el territorio.

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Sin embargo, el encargado de la Política Autonómica y Municipal será Elías Bendodo, relegado a número cuatro en Génova, aunque conservando dos de sus secretarías, la de Evolución Electoral y Tendencias, y la de Análisis y Planificación Estratégica. Feijóo rompe así con la tricefalia “Gamarra-Tellado-Bendodo”, para dejar en lo alto de la estructura del partido a Gamarra y otorgar más poder a Fúnez. Ahora ya es una ecuación resuelta, pero, hasta el momento, era una gran incógnita dentro y fuera del partido. “No lo sabe ni el cuello de mi camisa”, suele decir Feijóo para esquivar las preguntas sobre nombramientos. En este caso, el cuello de su camisa supo lo que haría con la dirección trilateral, al menos, desde hace 60 días.

Bendodo y el secreto de los 60 días

Feijóo anunció cambios el 4 de octubre, poco después de su investidura. “Habrá ajustes en el partido porque empezamos una nueva etapa”, dijo el líder del PP un día después de que el rey Felipe VI encargase a Sánchez armar una mayoría parlamentaria. Aunque el líder del PP dijo que los señalados no sabían en ese momento de qué manera les iban a afectar los ajustes, lo cierto es que Bendodo ya sabía que el área específica de Coordinación General iba a desaparecer, lo que le concernía directamente.

El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, y el coordinador General del Partido Popular, Elías Bendodo, a su llegada a la primera sesión del debate de investidura del líder del PP (Alberto Ortega - Europa Press)
El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, y el coordinador General del Partido Popular, Elías Bendodo, a su llegada a la primera sesión del debate de investidura del líder del PP (Alberto Ortega - Europa Press)

Fuentes conocedoras y cercanas a ambos aseguran que el andaluz se enteró por boca del propio Feijóo de que iba a dejar de ser coordinador general del PP poco después de su investidura fallida, que se produjo el 27 de septiembre. Sin embargo, hasta este pasado fin de semana, el líder gallego no le confirmó cuál iba a ser específicamente su cometido. Bendodo está conforme con el cambio, pese a que hace unos días (antes del fin de semana) le trasladó a Juanma Moreno su incomodidad por la indefinición de su puesto.

Ahora que ya está todo aclarado, acepta la encomienda territorial en un partido más fortalecido en ese segmento. Los más cercanos tiran de metáfora empresarial para justificar el vaso medio lleno que contempla Bendodo: es mejor ser número cuatro de una empresa que factura mil millones, que número tres de una más pequeña que expide 500.000. Lo que sí que está claro es que la empresa se sitúa en la capital, y allí se quedará Bendodo, de momento, sin planes de retorno a Andalucía. Como dice Joaquín Sabina, al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.

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