Una ruta para toda la familia a solo 40 minutos de Madrid perfecta para hacer en bicicleta

Un buen plan de fin de semana es recorrer los parajes que rodean a Madrid. La capital cuenta con infinidad de paisajes que son ideales para descubrir un entono natural inmejorable. Así, múltiples sendas recorren valles, bosques y cascadas, permitiendo conocer todos los secretos ocultos. Pero existen otros senderos conocidos como Vías Verdes, que hacen un recorrido más largo y permiten conocer a su vez varias localidades de las afuera de la comunidad.

Una de las más famosas es la Vía Verde de Tajuña, la cual se creó en 1999. Esto la convierten en la primera de este tipo originada en la Comunidad de Madrid. 49 son los kilómetros que la componen, recorriendo gran parte de la vega del Tajuña, pasando por pueblos como Carabaña, Ambite, Orusco, Tielmes, Perales de Tajuña o Morata de Tajuña. A esto se le suma sus condiciones perfectas para la práctica del ciclismo, pues en su mayoría presenta un asfalto propio de los carriles bici.

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“La Vía Verde del Tajuña, que recorre el antiguo trazado del tren de Arganda, supone otra unión más con la capital, siguiendo el mismo trazado de aquel tren que mantuvo a Morata y su fértil vega, unidas irremisiblemente entre sí. Esa unión se puede hacer hoy día mediante el ciclismo, ya que desde a Arganda, se puede comenzar el recorrido ciclista que llevará al viajero por toda la Vega del Tajuña”, explican desde turismo de Morata.

Desde Morata parten dos tramos que son perfectos para realizar con toda la familia, tanto a pie como en bicicleta. El primero de ellos, une Morata de Tajuña con Arganda y cuenta con una longitud que ronda los ocho kilómetros. Un itinerario que se puede completar en alrededor de tres horas y media andando, o en una hora en bicicleta. Se trata de una parte de la Vía que permite conocer la parte más industrial de la localidad. De esta forma, visita la antigua estación de ferrocarril de Cornicabra, ligada a sus canteras adyacentes y a los viejos hornos de cal.

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A su vez, la historia también cobra importancia en esta región, pues la batalla del Jarama ha dejado restos de trincheras, búnkeres y lo que se conoce como ‘camino cubierto’. Este último es “una zanja de casi un kilómetro de longitud que utilizaron las tropas republicanas como conexión de la retaguardia con la primera línea de combate a través de la cual se abastecían sin ser detectados”, indican desde su página web. Además, este punto indica el final de la ruta.

Por su parte, el otro tramo es el que conecta Morata de Tajuña con Perales de Tajuña. Es más corto que el anterior, de poco más de tres kilómetros, pero esconde múltiples secretos. El itinerario se completa en alrededor de una hora y media si se hace caminando, mientras que si se hace en bicicleta el tiempo desciende casi 30 minutos.

Durante la ruta se pueden apreciar numerosos restos de lo que se conoce como la Segunda línea defensiva del Jarama. Se trata de un nido de ametralladora en excelente estado de conservación y una inmensa cueva donde se guarecían las tropas, construido por el ejército republicano.

Otro punto de interés es el “complejo Isla Taray, que actualmente es una residencia de ancianos, pero que tiene una larguísima historia, siendo molino harinero, batán de paños, fábrica de papel y de electricidad, entre otros usos. Ya dentro, se puede ver un sorprendente y gigantesco Plátano de sombra incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de la Comunidad de Madrid”, cuenta Turismo de Morata.

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Morata de Tajuña se encuentra a 40 kilómetros de Madrid. Da su cercanía con la capital, recorrer estos senderos es un plan ideal para hacer con toda la familia o con amigos en un fin de semana. De esta forma, el viaje hasta la localidad tiene una duración de alrededor de 40 minutos por la vía A-3. Por su parte, desde Toledo el trayecto lleva poco más de una hora por la carretera A-42.