El sistema de lucha contra la violencia de género ha vuelto a fallar este domingo, cuando un hombre mató a puñaladas a su expareja, Tatiana A.T., de 25 años, y a la hija de ambos, de tan solo 5, en un piso ubicado en el distrito de Carabanchel en Madrid. La mujer le había denunciado en 2020 por malos tratos y estuvo registrada en el sistema policial VioGén, en el que fue calificada como un caso de riesgo alto, pero un juez absolvió al asesino y la policía tuvo que cancelar hace dos meses las medidas de protección que se le habían otorgado a la víctima.
En la sentencia de diciembre de 2022, a la que ha tenido acceso Infobae España, el magistrado concluyó que las lesiones que sufrió Tatiana A.T., ante la negativa del denunciado y la ausencia de testigos, no permitían “concluir, con un mínimo de certeza, que derivasen de una agresión del acusado”, por lo que entendió que debía absolverle de un delito de lesiones en el ámbito familiar. En el juicio, ella había asegurado “no recordar nada” de las agresiones que había denunciado dos años antes por temor a que su pareja se llevara a la hija a Perú, el país del que procedían.
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El de Tatiana no es el único caso de este año de víctimas mortales que habían denunciado previamente a su agresor. Según datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, en 12 de los 52 feminicidios —un 23% del total— que hasta este domingo se habían registrado en lo que va de año, había una o más denuncias previas, interpuestas principalmente por la propia víctima, mientras que otras 40 no habían denunciado.
Cuando se produce una absolución como en este caso, si no hay una denuncia nueva, la orden de protección desaparece, explica a este medio la abogada Júlia Humet, especialista en violencias machistas, que asegura que existe “un problema de base”. “Debería haber un replanteamiento de todo el sistema para que fuera más flexible, para que las víctimas puedan acceder a dispositivos de seguridad de forma más fácil, además de que se necesitan más recursos porque cuando, por ejemplo, hay casos más graves de mujeres que necesitan una vivienda protegida, apenas hay disponibles”, aclara la también politóloga.
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Constancia institucional por denuncias
De esos 52 crímenes machistas, en un total de 13 casos había constancia institucional (por denuncias u otras) de violencia de género y, de ellos, en un total de seis la víctima había solicitado medidas de alejamiento, en otros cinco no constaba dicha solicitud y en otros dos existían medidas de oficio. Así, del total de mujeres asesinadas, solo en siete casos se habían adoptado medidas de protección, si bien solo estaban vigentes en cuatro de ellos en el momento del asesinato, porque en los otros tres no lo estaban, bien porque había finalizado el periodo de vigencia o porque la víctima había renunciado.
En cuanto se presenta denuncia, asegura Humet, “ya no hay excusa”, por lo que “el sistema tendría que estar más alerta, tener más recursos y ponerlos todos a disposición de la víctima”. La experta valora positivamente que en la pasada legislatura se hayan dado pasos importantes en materia de igualdad con la aprobación de normas como la denominada ley del “sólo sí es sí”, que pone el consentimiento en el centro para definir las agresiones sexuales, aunque también advierte que más allá de las leyes se deben “implementar medidas y actuaciones” y contar con personal formado que aplique una perspectiva de género en los diferentes ámbitos, ya sean policías, jueces, fiscales o trabajadores sociales.
“A veces se crea un servicio y quienes trabajan ahí no tienen la sensibilidad y formación necesaria, por lo que aún es complicado y se necesitan más cambios”, concluye la abogada. Respecto al perfil de la víctima, más del 60% de las mujeres asesinadas en lo que va de año tenían entre 31 y 50 años (32 de ellas), mientras que por país de nacimiento, en su mayoría eran españolas: 30 frente a las 22 de origen extranjero, según los datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
54 feminicidios en lo que va de año
El hombre de 26 años que apuñaló a Tatiana se encuentra ingresado en el Hospital 12 de Octubre debido a las heridas en el cuello que él mismo se realizó en un intento de suicidio, por lo que no ha podido prestar declaración. Al igual que él, otros cinco agresores de mujeres víctimas mortales trataron de suicidarse este año, mientras que en 13 casos se quitaron la vida (el 25% de los 52 agresores).
Además del asesinato de Tatiana, este lunes murió la mujer de 37 años que había sido agredida el sábado por su pareja, un militar de 42 años, en un piso del madrileño distrito de Puente de Vallecas, por lo que el número de feminicidios en lo que va de año se sitúa ya en 53. El Ministerio de Igualdad ha informado de que ha excluido de esta lista el caso de una mujer fallecida el 27 de abril en Cádiz.
Estos 53 crímenes machistas ya superan a todos los registrados en 2022. De hecho, 2023 ha sido el peor año en cuanto a violencia machista desde 2019. Por otro lado, el crimen de la niña de cinco años eleva a dos las víctimas de violencia vicaria este 2023 y a 50 desde que comenzaron estos registros en 2013.