La maldición política de Castro Caldelas: sospechas de fraude electoral, bronca entre autoridades por invitar a cerveza, y vuelta a las urnas este domingo

Casi un centenar de municipios volverán a las urnas este domingo. En Galicia solo habrá repetición electoral en Castro Caldelas, tras un año de alto voltaje electoral

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El presidente del PPdeG, Alfonso
El presidente del PPdeG, Alfonso Rueda, visita Castro Caldelas (Ourense) (Foto: Europa Press/PPdeG)

En lo alto de una colina que domina la ribera del río Edo, en la Ribeira Sacra ourensana, se encuentra un pequeño pueblo gallego de poco más de mil habitantes. Pese a su tamaño, la tensión política reina en sus calles, y no es para menos, ya que en este último año bien se podría decir que una maldición electoral ha caído sobre Castro Caldelas: desde denuncias de fraude, hasta la repetición electoral que se va a celebrar este domingo 26 de noviembre, coronándose como el único de los más de 300 concellos de Galicia que volverá a las urnas.

Todo empezó con una denuncia del Partido Popular antes de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo: el partido ourensano señaló irregularidades en el procedimiento del voto por correo, y amenazaron con solicitar que la Junta Electoral descartase dichos votos de confirmarse sus sospechas. La Junta Electoral de Zona se hizo eco de este presunto caso de fraude en una residencia de ancianos, por lo que solicitó que fuesen anulados al menos cuatro votos, para que se pudiesen depositar directamente en urna el 28 de mayo, dado que ya no tenían opción de votar por correo por la proximidad de la fecha.

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Eso fue antes del domingo electoral, pero la odisea electoral no había hecho más que empezar para este pequeño municipio. Las urnas se abrieron, saliendo elegida la socialista Sara Inés Vega con cinco de los nueve concejales y 398 votos; en un segundo puesto quedarían los populares, con César Enríquez a la cabeza, conocido como Chanín, y unos 371 votos que le otorgaban los otros cuatro concejales del Consistorio. Sin embargo, la maldición electoral de Castro Caldelas no tenía intención de romperse tan pronto, por lo que unas semanas después, la Junta Electoral Central ordenó repetir las elecciones al no haberse contabilizado 118 votos, suficientes para inclinar la balanza hacia la mayoría absoluta del PP. Así pues, la JEC consideró rota la cadena de custodia del voto por correo, al no remitir a las mesas esos sufragios.

Ahora los 1.117 vecinos de Castro Caldelas se preparan para volver a las urnas este domingo, donde podrán votar en tres mesas electorales: la del centro de salud, la del colegio y la del Concello. Los nervios recorren el municipio, pese a la ausencia de la campaña electoral, que no ha hecho más que azuzar el ambiente político.

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Bronca entre Alfonso Rueda y la alcaldesa

Tanto es así, que el pasado domingo, previo al electoral, hubo bronca pública y mediática en el pueblo. El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, lleva desde el 1 de octubre haciendo una gira en autobús por Galicia bajo el lema ‘Galicia non para!’. En sus paradas por las distintas localidades, se baja de su autobús con Foodtruck para hablar con los vecinos que se acerquen y se quieran tomar con él una cerveza “sin alcohol”, precisan desde la Xunta.

Pues bien, Rueda anunció su intención de llevar su bus promocional a Castro Caldelas, en concreto, a la plaza del pueblo, pero la alcaldesa lo desautorizó alegando que tenía otro acto previsto, aseguran desde el PP gallego. También advirtió de que, hasta el domingo electoral, no se podían celebrar actos de campaña, ni colocar cartelería electoral, tildando el acto de electoralista. Finalmente, Rueda fue igualmente a Castro Caldelas, aunque sin el bus. Acompañado por su secretaria general, Paula Prado, y por el presidente de la diputación de Ourense (el sucesor de Baltar), Luis Menor, los populares recorrieron el pueblo y manifestaron su apoyo al candidato Chanín, hasta reunirse en la plaza con los vecinos.

La alcaldesa acudió a donde estaba el sucesor de Feijóo para reprocharle que fuese por primera vez a este pueblo, y no hubiese respondido a sus invitaciones anteriores. Según La Voz de Galicia, el presidente de la Xunta respondió: “Si me vas a hablar de política, alcaldesa, entonces no”. La respuesta de los socialistas fue reprocharle que su acto era de “trileros políticos”.

Este domingo, el millar de vecinos de este municipio se disponen a votar, lo harán una vez más que el resto de gallegos y tras un año mucho más intenso políticamente que las principales ciudades administrativas de Galicia. Además, sumarán la incertidumbre de que la Alcaldía cambie de color político por unos cuantos votos que han tenido en vilo a Castro Caldelas durante más de medio año.

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