Una habitación con un set up gaming de alta gama y multitud de figuras de coleccionista de El señor de los anillos, Alien o La guerra de las galaxias. Esa era la guarida de un pedófilo treintañero con uno de los mayores archivos de pornografía de España. Había llenado varios discos duros de un TB de almacenamiento con vídeos sexuales de todo tipo y los había organizado por carpetas con el lenguaje en clave que utilizan este tipo de pervertidos, según relata a Infobae España uno de los agentes de la Policía Nacional que participó en el dispositivo que se saldó con su detención.
El arresto de este pedófilo, informático de profesión, en el centro de Almería se enmarcó en la operación contra la pornografía infantil denominada Cíclope, en la que fueron detenidas otras 120 personas vinculadas a la pornografía infantil a lo largo de los últimos años y en distintos puntos del territorio nacional. Sin embargo, es el único que ya cumple condena de cárcel tras aceptar una pena de cinco años de prisión para evitar un futuro juicio. Principalmente por la cantidad de archivos pornográficos que había acumulado en sus dispositivos electrónicos y que fueron descubiertos por el Grupo VI de Delitos Tecnológicos de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Almería
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Pasaba horas y horas encerrado en su habitación sin que sus padres, con los que había vuelto a vivir tras independizarse, sospechasen nada. A esa habitación habían conducido a los agentes todos los metadatos y geolocalizaciones de líneas de internet y telefonía relacionadas con los archivos de pornografía que habían llegado a sus manos y que habían pasado por las manos de Google y el FBI.
Antes de entrar a realizar el correspondiente registro, los agentes se aseguraron de sorprender al pedófilo cuando estuviera solo en casa. Al irrumpir en el domicilio, siempre tratando de causar el menor impacto, comprobaron que el habitáculo era un “chiringuito friki y gamer” al que no le faltaba detalle. Desde una vitrina dedicada a La guerra de las galaxias hasta un set up gaming de varias pantallas y dispositivos muy sofisticados.
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“Un lobo solitario” de la pornografía infantil
En un primer momento, él estaba “sorprendido” porque este tipo de ciberdelincuentes suelen creerse inmunes a la acción policial, explica el policía. Pero a medida que los funcionarios iban reproduciendo in situ los archivos pornográficos que almacenaba y comprobando su gravedad, el comportamiento del pedófilo pasó a ser el de una persona “avergonzada”. “No era capaz de mirar a la pantalla”, recuerda el agente. Encontraron documentos de todo tipo, algunos de una violencia extrema: “Tenía vídeos de animales con bebés”.
Todo ese contenido lo había descargado y compartido con otros pedófilos a través de la plataforma eMule. El policía lo define como una especie de “lobo solitario” que era principalmente consumidor de este tipo de archivos pornográficos. Al contrario que otros, no había contactado con menores con fines sexuales, según comprobaron los agentes tras analizar el teléfono móvil que le intervinieron.