Miles de manifestantes han llenado este sábado las calles de Madrid en protesta por la violencia machista. Este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Comisión 8M ha reunido los gritos feministas en la estación de Atocha. Bajo el lema “Se acabó: Nuestra lucha es global”, las feministas han pedido acabar con la violencia de género en todas sus formas.
La marcha, convocada a las 18:00 horas en Atocha, llegó hasta la plaza de Callao con más de 50.000 personas según la organización convocante, cifra que la Policía rebajaba hasta las 7.000 personas. Su manifiesto recogía reivindicaciones por las mujeres asesinadas, las que sufren violencia por parte de sus parejas o exparejas y las víctimas de agresiones sexuales. Todo desde un punto de vista global e inclusivo que clamaba por las mujeres precarizadas, migrantes, racializadas, jóvenes, mayores y trans. Añadía reclamaciones internacionales por las mujeres afganas, kurdas, iraníes y saharauis, además de posicionarse contra “el genocidio al pueblo palestino que se está produciendo por parte del Estado de Israel”.
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Arropadas por banderas trans y palestinas, las manifestantes reivindicaban las calles para las mujeres al grito de “aquí estamos las feministas”. Sin embargo, su marcha seguía a la tradicional convocada durante la mañana por Foro Madrid 25N, coordinador de las protestas por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer desde 1997. Y es que el movimiento feminista madrileño ha vuelto a salir a las calles dividido, con la aceptación de las personas trans como punto de discordia.
Así, una primera manifestación fue convocada a las 12:00 horas por Foro Madrid donde se reconocían como las feministas ‘clásicas’. Bajo sus cánticos contra la prostitución, el porno o la gestación subrogada, escondían su rechazo las mujeres trans. De hecho, el Foro lleva tiempo posicionándose en contra de la ley trans, cuyas medidas de cambio de sexo suponen para ellas “el borrado de las mujeres” y un riesgo para sus espacios seguros.
A este encuentro, que ha caminado desde Gran Vía hasta Plaza de España, han asistido según la Delegación del Gobierno, aproximadamente 2.000 personas asistieron a la protesta, mientras que las organizadoras mantienen que la concurrencia ha sido mucho mayor, llegando a 25.000 participantes.
El feminismo madrileño marcha dividido un año más
Los colectivos convocantes saben que la visión de un movimiento dividido les perjudica. Por eso, Foro Madrid 25 N llamaba a una unidad ciudadana, mientras que en la Comisión 8M querían convocar una marcha “a la que todo el mundo puede venir”. Dos estrategias similares que, no obstante, han obligado a muchas madrileñas a elegir.
Entre ellas, Ana, que ha acudido con su bandera trans abogando por un feminismo transinclusivo e interseccional. La joven opina que la concentración de la mañana “no representaba igual estos ideales”. Ana asegura que los episodios de violencia machista son múltiples en su día a día y en el de muchas de sus amigas. “Yo he sentido acoso callejero en muchas ocasiones, para mí eso es una forma de violentar a la mujer”.
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Otras, como Carmen y Mercedes, no han querido elegir: ambas amigas se han manifestado tanto a las 12:00 horas como a las 18:00 horas “para no perder los derechos que ya tenemos”, aseguran. Para ellas, no existe esa división en el movimiento feminista y dan un mensaje claro: “Ya está bien de matar y de matar a las mujeres”. En el año 2023, 52 mujeres han sido víctimas de la violencia machista. Mientras ellas se manifestaban, la Policía alertaba de que un hombre había agredido a su esposa hasta asfixiarla.
Que Carmen y Mercedes no reconozcan esa división del feminismo tiene sentido: y es que Madrid ha sido casi una excepción en esta jornada. Los colectivos andaluces, gallegos, valencianos y catalanes han optado por un movimiento más unitario. Los puntos comunes superan a las diferencias, entre ellos la protección para las mujeres, el fin de los feminicidios y el enfrentamiento ante el negacionismo de la violencia de género, que algunas instituciones han mostrado en el último año.
Muchas de las manifestantes madrileñas ni siquiera conocían que había dos manifestaciones convocadas y explican que simplemente han acudido a la que mejor les casaba con su horario. Una de ellas es Puri, que marcha con su hijo y su pareja. “Todas las noches cuando vuelvo a mi casa yo no me siento segura”, denuncia. Esta madre no espera que las cosas cambien para ella, pero confía en que mejore para las generaciones futuras.
La división política sí se ha visto más clara, a pesar de las llamadas a la unidad: los miembros del PSOE marchaban por la mañana, y la nueva ministra de Igualdad, Ana Redondo, lo hacía con ellos. Por la tarde, en cambio, acudieron representantes de Izquierda Unida, Sumar y Podemos. Este último bloque lo encabezaba la exministra Irene Montero, arropada por cánticos como “Tranquila, Irene, aquí está tu manada” promulgados por sus compañeros de partido.