La vida de Alejandro Sanz ha cambiado mucho en los últimos meses. Tanto que parte de lo que atesoraba en 2022 se ha convertido en fantasmas. En términos generales, 2023 no ha sido un buen año para el cantante, ya que los muchísimos titulares que ha acaparado tienen poco o nada que ver con su profesión.
Todo comenzó en primavera, cuando escribió un mensaje en sus redes sociales que despertó la preocupación de sus fans: “No estoy bien. No sé si esto sirve de algo, pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado. Por si alguien más cree que hay que ser siempre una brisa de mar o un fuego artificial en una noche de verano. Estoy trabajando para que se me pase… Llegaré a los escenarios y algo dentro me dirá qué hacer. Pero a veces no quiero ni estar. Literalmente. Solo por ser sincero. Por no entrar al ruido inútil. Sé que hay gente que se siente así. Si te sirve, yo me siento igual”.
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Alejandro continuó sincerándose en las semanas siguientes, desvelando que estaba pasando por una etapa complicada en la que tenía que luchar “cada día”. La gran incógnita era qué había llevado al artista a ese punto pues, de puertas para afuera, su vida parecía muy feliz. No solo tenía éxito en la música, también mantenía una buena relación con sus hijos y con su novia, la artista Rachel Valdés.
Pero ella era precisamente una de las claves, pues todo se empezó a aclarar cuando a comienzos de junio, cuando se conoció su ruptura tras cuatro años de relación. Según desveló en aquel momento Loc citando a fuentes cercanas a Valdés, abrían roto pocos días antes de que el cantante publicara su preocupante mensaje en redes. A continuación, la artista recogió sus pertenencias y abandonó la casa en la que convivía con él en la urbanización madrileña de Somosaguas.
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Según esa información, fue Alejandro quien tomó la decisión de romper definitivamente tras “numerosas desavenencias y desencuentros”, un duro golpe que se sumó al agotamiento del cantautor tras su intensa gira por América y que podría explicar su bajón emocional.
Y cuando parecía que la situación no podía empeorar, llegaron las noticias sobre sus problemas financieros. Según se publicó, el juzgado de primera instancia número 47 de Madrid había condenado a Alejandro Sanz a pagar 3.275.000 dólares, unos 2,9 millones de euros, por no hacerse cargo de los préstamos bancarios que pidió a Total Bank en Florida para adquirir dos propiedades en Estados Unidos, según adelantaba El Mundo.
Desmentido oficial
Una información que se ha mantenido durante cinco meses sin que el autor de Amiga mía se haya pronunciado al respecto. Hasta esta semana. El fin de su silencio ha llegado tras su presencia en la gala de los Latin Grammy 2023 en Sevilla donde, según el programa TardeAR, dos inspectores de Hacienda se presentaron en el hotel del artista en la capital andaluza para comunicarle el embargo de sus bienes por su deuda de 3 millones de euros en Miami. El cantante desmintió en sus redes la información al poco, y a los días ha sido su agencia de representación la que ha querido aclarar su situación judicial mediante un comunicado.
La compañía Seitrack España ha recalcado que el madrileño “nunca ha sido declarado en rebeldía” y que no existe ninguna decisión “judicial ni tributaria” que condene u obligue al intérprete de Corazón partío “a pagar cantidad alguna por ningún tipo de deuda, ni a embargarle ninguno de sus bienes”.
“Las informaciones publicadas en los últimos meses afirmando que una sentencia judicial dictada por los Tribunales de Miami condenaba a nuestro representado a pagar tres millones de euros por una deuda hipotecaria y que, además, dicha sentencia se había ejecutado en España a través del Juzgado de Primera Instancia n.o 47 de Madrid, son falsas”, sostiene la agencia.
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Además, el comunicado afirma que “la sentencia que el fondo estadounidense pretendía ejecutar en España, además de no ser firme, no condena a D. Alejandro Sánchez Pizarro por ninguna deuda ni por ninguna otra circunstancia”. Asimismo, añaden que el equipo legal del cantante ha presentado ante el Juzgado número 47 de Madrid un escrito de alegaciones frente a tales actuaciones. Posteriormente, el Juzgado decidió, mediante auto firme de fecha 20 de noviembre de 2023, declarar “nula” su ejecución, “sin posibilidad de recurso alguno”.