El creador mexicano Manolo Caro, después de alcanzar el triunfo gracias a La casa de las flores, llegó a nuestro país de la mano de Netflix para desarrollar algunos proyectos que se han ido estrenando, como Alguien tiene que morir, Érase una vez... pero ya no y Sagrada familia, la única que ha alcanzado la segunda temporada y con un reparto encabezado por Najwa Nimri.
En la primera tanda de capítulos, conocimos a Gloria (Nimri), instalada en el barrio de Madrid de Fuente del Berro junto a su bebé y a su au pair, Aitana (Carla Campra). Pero detrás de la fachada de aparente normalidad que se habían construido, se escondía un buen puñado de secretos.
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Para no desvelar su verdadero pasado, Gloria se integrará en el vecindario y hará amistad con las mamás del parque, entre las que se encuentra Blanca (Macarena Gómez) y la recién llegada Caterina (Alba Flores), cuya presencia alterará el equilibrio del espacio y desatará toda una red de relaciones e intereses inesperados.
Ahora, tras un espectacular final de temporada en el que saltaron por los aires todas las expectativas, se estrena la segunda parte de Sagrada familia que, según cuenta a Infobae España Manolo Caro, siempre estuvo configurada en dos volúmenes. “Lo difícil en este caso era retomar la partida en ese momento de máxima intensidad. Por eso, esta segunda temporada tenía que ser vertiginosa desde el principio, porque ya no era necesario presentar a los personajes, sino dejar que se desataran por completo”, cuenta el creador.
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Cómo Najwa Nimri se enamoró del melodrama
Najwa Nimri vuelve a ponerse en la piel de Gloria, así que es un buen momento para preguntarle qué ha significado este papel para ella. “Me encanta. Se lo digo siempre a Manolo. Es un papel que va mucho más allá de la repercusión de la serie. O sea, me importa poco si tiene repercusión o no. Como persona y como actriz siempre estoy haciendo experimentos que me hagan crecer. Si algo no me estimula a nivel personal, no me meto en un proyecto”, cuenta la actriz con la sinceridad que le caracteriza.
“Yo siempre me he visto muy alejada del melodrama, de las conversaciones entre chicas, de la sonrisa en los parques de niños, a mí eso no me va. Yo nunca he estado metida en ese tipo de maternidad, nunca he habitado ser madre desde ahí. De hecho, eduqué a mi hijo para que aprendiera a volar por sí mismo, y con 18 años ya se había independizado. Entonces, comprender ese universo que planteaba la serie, era un reto para mí, porque en ella, los personajes se aferran a las emociones más primigenias, a esa manera de chantajear desde lo emocional”, continúa Nimri.
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La actriz reconoce que tuvo que trabajar ese código a conciencia porque estaba completamente alejado de él. “No era yo, no era mi energía para nada, eso de sonreír y decir lo textos. En la primera temporada aprendí mucho y, en esta segunda, ya entendía a lo que estaba jugando. Entonces descubrí el melodrama y me enamoré de él. Porque lo que menos me importa es si la trama tiene coherencia o no, o la forma en la que suceden los hechos, lo que me gusta es meterme dentro de ese mundo y jugar con los colores, con el ambiente, con esa capa de algodón de azúcar”.
Manolo Caro es un firme defensor del melodrama porque, como cuenta, ha sido un género muy devaluado en los últimos años por culpa de la televisión basura y de series que tienen más de 300 capítulos. “Es un género hermoso y a mí lo que me ha funcionado es mezclarlo con cosas que me van interesando, como el thriller o la comedia. Pero mi raíz es el melodrama pop y, de ahí, lo que surja”, cuenta el creador.
Los pros y los contras de Netflix
En esta nueva temporada hay algunas incorporaciones de nuevos personajes, como las de Abril Zamora, Javier Pereira o Daniel Grau. “Ha sido todo muy orgánico, porque son presencias que sirven para seguir desarrollando la historia, y me parece muy honesto, porque no están metidas con calzador”, dice la actriz.
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Najwa Nimri piensa que estamos viviendo un gran momento dentro del audiovisual español. En los últimos tiempos ha estado presente en Vis a Vis, en La casa de papel, en 30 monedas y pronto la veremos en Berlín repitiendo su papel dentro de la franquicia de Álex Pina convertida en acontecimiento internacional, y en Respira, creada por Carlos Montero.
“Yo creo que cada plataforma ha ido configurando su estilo. Lo que pasa con Netflix es que me da la sensación de que la gente no es consciente del contenido que tiene, porque es tan bestia que a veces se pierde. Y después, no es porque trabaje con ellos, pero es que es la plataforma que a nivel de usuario mejor funciona. Te puedes descargar el contenido desde cualquier parte, da igual dónde estés, que se abre y va muy rápido, y eso no pasa con todas”.
Manolo Caro, en ese sentido, lo que quiere es defender sus historias. “No me siento presionado por el algoritmo de Netflix, porque ellos siempre me han dado libertad creativa. Y yo creo que, precisamente, Sagrada familia, se aleja de todas esas reglas para que el espectador se acerque a ella sin sentirse condicionado”.