Un Renault Megane con acabados deportivos y casi 300 caballos era su arma más valiosa. Ese coche conectaba los asaltos a diez bares y salones de juego de varios puntos de la Comunidad de Madrid que había protagonizado una banda de aluniceros. Seis de esos “palos” se habían concentrado en solo 24 horas. Hasta que la Policía Nacional se puso manos a la obra y dio con ellos gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad de algunos de esos establecimientos.
Fue en el mes de agosto cuando los agentes del grupo especializado en aluniceros de la Jefatura Superior de Policía de Madrid detectaron un preocupante incremento de asaltos en locales de hostelería y salones de juego. El modus operandi era el mismo, pero los comercios afectados se repartían por toda la Comunidad de Madrid: Fuencarral, Vicálvaro, Getafe, Villa de Vallecas o Usera.
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Entre esos establecimientos llamaban la atención varios casinos de Codere y un bar del Mesón del Jamón. Los aluniceros, viejos conocidos de la Policía, utilizaban una maza para destrozar los accesos a los locales y hacerse con la recaudación de las cajas registradoras y las máquinas tragaperras. Los investigadores pudieron atribuir a esta banda un total de diez asaltos, de los que no se llevaron más de 9.000 euros.
Actuaban siempre de madrugada
Actuaban siempre de madrugada y en esas horas de la noche eran capaces de cometer “hasta tres o cuatro” robos, según explicó uno de los investigadores. De hecho, se desplazaban en pocos minutos de un objetivo a otro para despistar a la Policía. Cuando los coches patrulla se concentraban en las inmediaciones del establecimiento donde acababan de actuar, ya se habían trasladado a otro punto para cometer con impunidad un nuevo asalto.
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Para esos fugaces desplazamientos utilizaban un Renault Megane con acabados deportivos y 280 caballos. Pero el “mérito” era de quien conducía el bólido, Maikel, un joven experto al volante. Compartía banda con uno de los hermanos de El Rafita, asesino de Sandra Palo.
La operación Tasca, como la denominaron los agentes, acabó a principios de este mes de noviembre con la detención de los cuatro aluniceros, la mayoría de ellos veinteañeros. Y es que este tipo de delincuentes se dedican a cometer asaltos “desde que son menores de edad”, ya que lo heredan de sus progenitores y “no saben dedicarse a otra cosa, señaló uno de los agentes que mejor los conoce.
No dudan en utilizar la violencia cuando se ven en peligro, especialmente si es la Policía quien les sigue los pasos. Tanto es así que durante una persecución embistieron con el Renault Megane a un coche patrulla antes de ser detenido el primer integrante de la banda. Los agentes localizaron y arrestaron después a los otros tres en otro coche.