La denuncia de una madre sobre el acoso escolar que sufre su hija: “Ha tenido 4 intentos de autolesiones y ha manifestado que no quiere vivir”

Desde el inicio del curso, su hija sufre el acoso de adolescentes mayores que ella sin repercusiones

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El caso ha sido denunciado a los Mossos d'Esquadra. La menor se encuentra de baja por ansiedad grabe (Pexels)
El caso ha sido denunciado a los Mossos d'Esquadra. La menor se encuentra de baja por ansiedad grabe (Pexels)

Este jueves, el testimonio de una madre comenzaba a circular por las redes sociales. Su hija de 13 años sufre a diario el acoso de sus compañeros, especialmente aquellos dos cursos por encima de la menor. A las burlas y agresiones se unía además una mujer adulta, que increpaba a la niña desde las verjas del centro educativo y a la salida del instituto. El caso ha sido denunciado ante los Mossos d’Esquadra y está siendo gestionado por la Plataforma Trenca.

“Buenas, soy una madre cuya hija es víctima de acoso escolar y ‘bullying’”, comienza la publicación, difundida por José Manuel López Viñuela, conocido activista contra el acoso escolar que perdió a su hija a causa del bullying.

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Según relata esta madre de forma anónima, su hija atiende el centro barcelonés Nuestra Señor del Monserrat. Allí, la niña comenzó 2ºESO, curso en el que empezaron los ataques. “Desde el segundo día de clase en septiembre, mi hija ha empezado a sufrir golpes en la espalda, escupitajos en la mochila, trabas en las sillas, empujones por las escaleras y por los pasillos el colegio”, explica la madre.

Son los alumnos de 4ºESO los autores de estas agresiones, dos años mayores que la víctima. “A todo este daño se añadía una señora adulta, madre de unos compañeros de clase de mi hija, que desde la puerta del centro la grababa, intimidaba, insultaba y le hacía gestos con las manos en horario del comedor, cuando sus hijos no estaban en el centro”, asegura el testimonio.

Esta mujer se acercaba los lunes y martes al centro educativo, entre las 13:10 y las 15:00 horas para atemorizar a la pequeña. “Cuando le venía en gana, entraba al colegio y se dirigía a mi hija para reírse de ella y desafiarla”, asegura la madre, que incide en que la administración del colegio estaba enterada de los hechos.

“Los monitores le decían a mi hija que, si le decía algo, lo comunicara, pero que ella se pusiera en un rincón del patio para que esta señora no la viera”, comenta.

Baja por ansiedad grave para la víctima

Frente a la inacción del centro, la madre sacó a su hija del comedor porque “la presencia de esta señora la desequilibraba y le causaba miedo”.

El episodio más grave ocurrió en el patio del colegio. Más de veinte niños rodearon a la pequeña y la acorralaron contra las verjas del centro. Entre ellos se encontraban dos jóvenes dos cursos por encima de la víctima. “Mi hija, con todas sus fuerzas y ayudada con la valla del patio, pudo sacárselos de encima. Uno de ellos se rasguñó la espalda, pero mi hija sufrió puñetazos en la espalda y arañazos en las manos y en la pierna”.

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Tras la agresión colectiva, la niña fue llevada a un centro de salud. El parte médico reflejó una contusión en la columna y contracturas en las costillas 4 y 6, además de arañazos. La única penalizada después de este episodio fue la víctima, a quien pusieron un parte y, posteriormente, le abrieron un expediente académico.

Mi hija ha tenido 4 intentos de autolesiones y ha manifestado que no quiere vivir, que no puede más, que qué hace en este mundo”, denuncia la madre. Ante el acoso, apunta a que el colegio ha tomado tres medidas: cambiar el aula de 2ºESO para que no se cruzara con los agresores, que un profesor le acompañase al utilizar el ascensor del centro y no dejar su clase sin vigilancia en ningún momento. Pero no ha habido acciones contra los agresores.

Parte médico que certifica la ansiedad grave causada por el acoso escolar que sufre la víctima (José Manuel López Viñuela/X)
Parte médico que certifica la ansiedad grave causada por el acoso escolar que sufre la víctima (José Manuel López Viñuela/X)

La menor lleva desde el tres de noviembre con una baja de 365 días por ansiedad grave, decretada por en Institut Català de la Salut. Desde entonces, no tiene ningún seguimiento educativo y se limita a asistir a los exámenes y a hacer los deberes que le indican los profesores.

“He tenido que sacar a mi hija de este centro y llevarla a otro, porque sigue con su miedo de que esta señora vuelva a increparla desde las vallas en el nuevo centro”, declara la madre. La tutora asegura que los hechos se han denunciado ante los Mossos y que sus agresores, incluyendo la mujer adulta, “le siguen haciendo daño”.

Y el centro se a posicionado del lado de los agresores y acosadora que siguen a sus anchas por el centro educativo”, denuncia. Irónicamente, una de las últimas publicaciones del colegio en redes sociales presume de su incorporación a la Fundación ColaCao en su programa contra el bullying.

La ineficacia educativa de las sanciones en los centros es, según el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar, uno de los principales obstáculos a la convivencia. Los resultados del informe PISA 2018 indican que el índice de exposición al acoso entre los estudiantes de 15 años en España es uno de los más bajos de los países de nuestro entorno (un 17% frente al 23% de la media de la OCDE). Además, el alumnado español es el más respetuoso con personas de otras culturas, según ese mismo informe.

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