Ser miembro de la familia real trae consigo una parte positiva y una negativa. Encabezando la lista de contras, se encuentra la exposición pública a los medios de comunicación, los protocolos y la imagen que los royals muestran al mundo, ya sea por su físico, su comportamiento y sus acciones. Tres cuestiones que podrían convertirse en un quebradero de cabeza y que, las nuevas generaciones, a veces optan por no seguir.
Uno de los ejemplos es el matrimonio de Meghan Markle y el príncipe Harry, quienes renunciaron a sus condiciones reales para mantener una vida más íntima y alejada de las reglas e imposiciones propias de la casa real británica. Pero no siempre ha sido tan sencillo evadir o lidiar con el cargo que, sin ni siquiera saberlo, se le impone a un miembro de la casa real desde su nacimiento.
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Uno de los miembros de la familia real británica, la princesa Eugenia de York, ha explicado en una entrevista al pódcast Table Manners que su exposición al ojo público le hicieron vivir uno de sus momentos más amargos. Las cámaras, los flashes y los micros han estado presentes durante buena parte de su día a día, al ser la hija del ojito derecho de Isabel II, el príncipe Andrés, duque de York.
Hasta ahora, la hija de Sarah Ferguson no había hablado de los problemas alimentarios que tuvo fruto de su continuada exposición a los focos. La benjamina de la familia confesó haber tenido “un par de problemas relacionados con la comida” durante su adolescencia debido a que, desde muy pequeña, todo el mundo le juzgaba.
Como miembro royal, cada paso que daba Eugenia era visto con lupa y analizado al detalle. De esta manera, los comentarios en los medios de comunicación, muchos de ellos avalados por supuestos expertos, sobre sus diferentes apariciones públicas, sus vestimentas y, en definitiva, cualquier situación en la que ella fuese protagonista, fueron el origen de sus desórdenes alimenticios.
“Sin lugar a dudas, eso— refiriéndose a su continuada exposición mediática— derivó en algún que otro problema con la comida. Tener que lucir de una determinada manera o que te digan ‘Oh, qué vestido tan bonito, pero qué mal le queda a ella’. Creo que le ocurre a prácticamente todo el mundo que está en el foco mediático”, ha afirmado la sobrina de Carlos III.
La esposa de Jack Brooksbank, con quien contrajo matrimonio en 2018 y ha formado una familia de cuatro miembros, ha reiterado que al ser miembro de la realeza británica, vivió estos momentos con mayor intensidad. “Supongo que, en mi familia, todo esto sucede en esa supuesta edad perfecta en la que tienes, no sé, 13 años, y llevas quizá un corte de pelo algo tonto, tipo cazuela, y estás un poco rellenita y todo el mundo se mete contigo”, ha expresado en el pódcast.
Tener tacto con los menores de edad
Dada su experiencia y conocedora que esta etapa de su vida es trascendental para cualquier persona, Eugenia de York ha aprovechado la ocasión para puntualizar lo importante que cuidar las opiniones que protagonizan los menores de edad, puesto que dichas informaciones pueden llegar a ser muy crueles.
En su opinión, debería reducirse la presión mediática y el juicio de la opinión pública sobre los menores de edad. Para ella, los jóvenes deberían tener “la seguridad de que crecen en la dirección adecuada”, pero acaban recibiendo “precisamente lo contrario”.
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Asimismo, ha dejado saber que sus problemas alimenticios llegaron a su fin cuando ella y su familia cambiaron su residencia a Portugal, país donde se siente como una más y parece quedar en el olvido su papel de royal. “Portugal es un sueño hecho realidad porque puedo ir al supermercado con ropa deportiva y con el pelo mojado. Y da igual porque a nadie le importa”, ha zanjado.