El consumo de los hogares españoles es el que más cae de la eurozona, pero las familias gastan un 7,3% más por la inflación

El consumo privado de las familias cayó un 1,46% en 2022 respecto a 2019, aunque el desplome fue mayor en algunos tipos de productos, como los alimentos. Detrás de esta contención del gasto se encuentra una pronunciada caída de la renta real

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Una clienta revisa los precios
Una clienta revisa los precios de la carne en un comercio de Madrid. (Eduardo Parra/Europa Press).

Los hogares europeos recuperaron en 2022 sus niveles de consumo anteriores a la crisis de la pandemia en términos medios, pero hay cinco países, entre los que se encuentra España, que no lograron superar la barrera. Según los datos publicados este jueves por Eurostat, las familias de España son las que más redujeron su consumo de la Zona Euro en comparación con 2019, un 1,46%, cifra que los sitúa como los segundos con más pérdida de la UE detrás de la República Checa, donde el consumo se hundió un 6,03%.

Este retraso en la vuelta del consumo privado a los niveles prepandemia se intensifica con la crisis inflacionista que comenzó en 2021 y se agravó con la invasión rusa a Ucrania. La rápida subida de precios, sin precedentes recientes en Europa, no se trasladó al mismo ritmo a los salarios en la mayor parte de los países europeos, por lo que los hogares perdieron poder adquisitivo y eso ha resentido sus compas.

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No obstante, la contención del consumo no se ha traducido en ahorro: Si se comparan los millones gastados en euros corrientes en 2022 con los de 2019, se observa que en todos los países se ha desembolsado más. España es el estado que menos aumento registra, un 7,25%, frente al 9,96% de la media de la eurozona y el 11,5% de la UE. Por otra parte, los datos más actualizados por trimestres reflejan que los hogares de España recuperaron su consumo en el tercer trimestre de 2023, más tarde que la mayor parte de los países, ya que solo República Checa y Alemania (cuya economía está en recesión) se encuentran en niveles más bajos.

Detrás de esta contención del gasto se encuentra una pronunciada caída de la renta disponible real, aunque también una mayor tendencia al ahorro en el caso de España. Según los datos publicados por Eurostat este miércoles, los ingresos brutos reales de los hogares cayeron un 2,78% en España entre 2021 y 2022, más que en la media de la eurozona (-0,92%) y de la UE (-0,76%). La inflación en ese periodo en España fue de un 8,3% según la oficina estadística comunitaria, aunque la de los alimentos ascendió más: un 11,89%.

Caída general del consumo menos en comunicaciones y cultura

La mayor inflación de los alimentos también ha repercutido en un descenso más acusado de su consumo pese a ser bienes básicos. En concreto, el consumo de alimentos ha bajado un 5,01% en los hogares de España en comparación con 2019, cifra solo superada por Lituania (-5,03%) y Hungría (-6,36%). La caída es incluso mayor en la ropa y el calzado, cuyo consumo cae un 12,59% en España, el mayor desplome de los países de la UE.

También cae en restaurantes y hoteles (-2,74%) y ligeramente en vivienda (-0,25), lo que sumados a otras áreas minoritarias supone que el consumo cae en hasta ocho grupos de bienes y servicios. No obstante, esto contrasta con un fuerte aumento en otros dos muy significativos: comunicaciones (7,8%) y ocio y cultura (8,68%). España no es una excepción en esto, también sucede en la media de la UE y en la mayor parte de los países.

Impacto desigual de la inflación

La inflación impacta con desigualdad en la sociedad, sobre todo si determinados productos básicos (como alimentos, bebidas no alcohólicas y energía) son los que más se encarecen, ya que son los que mayor peso tienen en la cesta de la compra de las familias menos pudientes. Según la publicación “Deconstruyendo la inflación” de Funcas, el proceso inflacionista de 2021 y 2022 ha “golpeado con mayor fuerza” a los hogares con menor capacidad de gasto.

El economista que firma el artículo, Desiderio Romero-Jordán, calcula un indicador alternativo al IPC (el IPCH) para medir los precios según la cesta de consumo en cada zona del país y por distintos grupos sociales. En su análisis concluye que el 80 % de los hogares españoles soportó en 2022 un IPCH medio superior al IPC total y que los hogares de la primera decila de renta, la más pobre, tuvieron el doble de incremento del IPCH que los de la última decila, la más rica.

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Analizando el consumo alimentario por clase social y tipo de unidad familiar a partir de los datos del Ministerio de Agricultura, también se observa que los jóvenes y las rentas medias bajas son las que más han reducido su volumen de alimentos consumidos en 2023 respecto a 2019. Por el momento, el consumo de los hogares ha recuperado en el verano de 2023 el nivel del cuarto trimestre de 2019 en consonancia con unos aumentos salariales parejos a la inflación de este año. Que se mantenga con fuerza el consumo privado será fundamental para el crecimiento del PIB de 2024, ya que se prevé que la mayor parte del crecimiento proceda de la demanda interna ante el agotamiento de las exportaciones.

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