Novak Djokovic tiene por delante un último objetivo antes de que acabe este 2023. El tenista serbio, ganador de tres Gand Slams esta temporada, busca poner el broche de oro a la temporada logrando la segunda ensaladera de Serbia. Sin embargo, el camino hasta ello ha comenzado intrincado para el número uno del mundo. Este jueves, antes de debutar y ganar a Cameron Norrie, fue notificado una hora y media antes del partido de que debía realizar un control antidopaje. Tanto él como toda la expedición serbia al completo, prueba a la que se negaron.
“Es la primera vez que me pasa. No tiene sentido hacerlo antes cuando voy a estar después del partido”, comentaba Djokovic. “Todavía no he completado el control, pero ya he dado una muestra de sangre. Me han avisado una hora y media antes de empezar y yo tengo mis rutinas previas a los partidos y no tengo que pensar en ese momento en dar sangre u orina”, explicaba antes de desvelar su encontronazo con un médico.
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Enfrentamiento con el médico
“Un hombre me ha seguido durante horas. He discutido con él porque no me ha pasado algo así en mis 20 años de carrera. Recibí una notificación una hora y media antes del partido. Tengo mi rutina y no necesito distracciones. Es una decisión totalmente ilógica. Cuando he hablado con el representante de la agencia de dopaje, me han dicho que era porque el partido terminaría muy tarde, que era para darle tiempo de descanso al otro equipo, pero le he dicho que el ganador no jugaba mañana. Es indignante. Yo siempre he defendido los controles, pero no antes de los partidos. No hay nada que esconder, pero tiene que haber ciertos límites”, asegura.
Djokovic no acostumbra a morderse la lengua cuando hay algún aspecto del tenis que no le convence. Por eso, dejando sentimentalismos y nexos de unión aparte, ha querido hablar alto y claro en contra de la celebración de las Finales de la Davis, de forma continua, en una sede española. Algo que lleva ocurriendo, ininterrumpidamente, desde 2019. “Personalmente, creo que el mejor formato sería algo a medio camino entre el antiguo y este. Creo que no haber jugado en Serbia en muchos años no es lo ideal. Jugar allí beneficia a nuestra federación y a los jugadores jóvenes. No tengo en cabeza un formato perfecto, sería bueno discutirlo. Pero con los jugadores, los equipos… Todo el mundo debería tener voz. Somos parte integral de la competición y podríamos dar información valiosa”, reclama Nole en declaraciones a AS.
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Una Davis especial
Durante esa misma conversación con el periódico deportivo español, es todavía más contundente: “Que un país como España lleve cuatro o cinco años jugando en casa es demasiado. Esta es una competición global y quizá al menos desde semifinales debería jugarse con local y visitante, como antes”. En estas Finales de la Copa Davis, que alberga el Martín Carpena malagueño, Serbia se mide en cuartos a Gran Bretaña. En el combinado balcánico, Laslo Djere, Dusan Lajovic, Miomir Kecmanovic y Hamad Medjedovic secundan a Djokovic. Por su parte, los británicos cuentan con Cameron Norrie, Jack Draper, Neal Skupski y Joe Salisbury. Se juegan dos partidos individuales y uno de dobles en la misma jornada, al mejor de tres sets y con tie-break. La selección que se imponga en un mayor número de ellos se clasificará.
Su triunfo ante Norrie supuso el 2-0 de Serbia contra Gran Bretaña y fue especial para él porque, además de meter a su nación en semifinales contra Italia, contó con el apoyo cercano de sus padres, su hermano y algunos amigos: “Ellos me dan la energía que necesito”, apuntó con una sonrisa. “Es una semana muy diferente a lo normal. Es un honor absoluto representar a tu país y mucha responsabilidad. Recordábamos estos días con el equipo cómo aquella victoria en 2010 contribuyó al crecimiento de nuestras carreras. Una Copa Davis me la tomo muy en serio, espero que sigamos avanzando”, añadió.