PP y Vox trasladan a Bruselas la amnistía y también la crispación: el Europarlamento, sorprendido con la “terminología” de los diputados españoles

La institución llamó la atención a varios diputados por los insultos a Sánchez y a Puigdemont y a las alusiones a un golpe de Estado en España

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Bruselas vigilará "muy cuidadosamente" la ley de amnistía de España.

La tensión política es tal en España que los 1.700 kilómetros que separan el Parlamento español del europeo no fueron suficientes como para evitar que el debate sobre la amnistía se traslade de Madrid a Estrasburgo. El Partido Popular ha hecho mucho por ello, tratando de internacionalizar este debate hasta conseguir llevarlo a un pleno, aunque sin efectos jurídicos. Si bien consiguieron sacarle algunas palabras más al comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, las mismas no se pueden trasladar como una crítica al Gobierno. La voz de Europa en este asunto se limitó a advertir que la Comisión estudia muy de cerca la ley de amnistía y seguirá con esa evaluación hasta que se complete su tramitación parlamentaria. Es decir, tendrá en cuenta las enmiendas y, según dejó caer el comisario, también los acuerdos políticos.

El Partido Popular parece que se conforma con ello. Aseguró que es una advertencia “seria” porque la CE reconoce la trascendencia europea del tema, puesto que estudiará si el texto es compatible con el artículo 2 del Tratado de la UE. Los de Feijóo creen que Europa ha sacado “los colores” a España por culpa de Pedro Sánchez, según ha podido saber este diario, aunque también aseveraron que este debate y las manifestaciones de Reynders son una buena noticia para la democracia en España.

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Desde el PSOE tienen otra lectura. Fuentes del partido señalan que el PP ha fracasado en su intento de que la Comisión Europea se posicione en contra de la amnistía, y le acusan de usar un “tono bronco” que les hace “indistinguibles de Vox”. Recuerdan que, efectivamente, no hay precedentes de que un debate europeo sobre una ley nacional que ni siquiera ha sido aprobada en el Congreso, por lo que argumentan que esto no contribuye a la democracia europea y “está en contra de sus valores”.

Jorge Buxade, europarlamentario de Vox. (EFE/EPA/RONALD WITTEK)
Jorge Buxade, europarlamentario de Vox. (EFE/EPA/RONALD WITTEK)

Y es que el debate dio para mucho y mostró esta confrontación y crispación desde su inicio. El presidente de los populares europeos, Manfred Weber, hizo los honores con la primera chispa que encendería el fuego parlamentario. “Presidente Pedro Sánchez, usted pasará a la historia por haber roto el Estado de derecho en España”, le lanzó a un lejano y recién investido gobernante español. Y es que este socialcristiano alemán fue un eje central en la discusión europea, precisamente por sus palabras asegurando que la amnistía destruye la Constitución, y no sancionar la corrupción y la violencia, rompe el Estado de derecho.

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No bajó el tono la europarlamentaria socialista, Iratxe García, que acusó a los populares de no asumir los resultados de las elecciones generales del 23J, ni la mayoría parlamentaria “absoluta” de Pedro Sánchez. Además, recordó varios episodios del Gobierno de Mariano Rajoy, como la destrucción de pruebas de “corrupción”, la “mayor crisis territorial” de la historia de la democracia en España, o la creación de una “policía patriótica” para “espiar a sus adversarios”.

La primera defensa férrea de la ley de amnistía vino de la mano de Jordi Solé (ERC). “Es un paso adelante para devolver a la política lo que nunca debería salir de ahí, avanzar un conflicto que es político”, lanzó el eurodiputado de Los Verdes. También introdujo terminología incómoda en el Parlamento Europeo, al mencionar las manifestaciones de las últimas semanas en las que se ha exhibido “simbología nazi”, ha habido proclamas “fascistas, racistas y machistas”. Primer revuelo en el pleno de Estrasburgo, pero no el último.

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Las esperadas palabras de Antoni Comín (Junts), que se sentaba junto a Puigdemont en lo alto del pleno, llegaron para defender la amnistía como la herramienta para anular una sentencia sobre los hechos del 1.O, que supusieron entre 9 y 13 años de cárcel para sus “colegas”. Pero Comín pronto se centró en sus preguntas a Weber, a quien le recordó que los jueces alemanes que juzgaron estos hechos dijeron que ni hubo “rebelión, ni sedición, ni desórdenes públicos”, sino un ejercicio de los derechos fundamentales. ¿Quién tenía razón, señor Weber, los jueces alemanes o los españoles?“, le lanzó, para recibir sonrisas irónicas del interpelado. “La amnistía no es un ataque al Estado de derecho, el ataque es el abuso del derecho penal de los jueces del Tribunal Supremo, la deriva trumpista del PP de la mano de Vox, y que ahora Weber les acompaña en este viaje”, acusó.

La Eurocámara abronca a la ultraderecha

Lo primero que hizo Jorge Buxadé al llegar a la tribuna fue insultar a Pedro Sánchez, “narcisista”, “egocéntrico” o “autoritario” fueron algunos de los calificativos del diputado de Vox. Denunció que la ley es un “golpe” a la separación de poderes, un “golpe de Estado”, dijo ante una Cámara que no parece tan acostumbrada a frivolizar sobre estas cuestiones. “Stalin estaría orgulloso de Sánchez. Nosotros le despreciamos”, llegó a decir el vicepresidente de Vox, que salió en defensa de las manifestaciones, finalizando su intervención con un llamamiento a los ultras y a la movilización permanente: “Noviembre nacional”, empatizó.

El diputado de Agrupación Nacional Jean-Paul Garroud no bajó el tono. “Hay que defender la nación, su integridad y mantener esa lucha contra el que está tratando de destruir la identidad nacional”, lanzó. Sin embargo, lo más impactante de su intervención fue el final de la misma, en la que instó al rey Felipe VI a pronunciar “en contra de los separatistas”.

Pero todavía faltaba el turno del ultraderechista Hermann Tertsch, que muy ofuscado señaló con su dedo índice hacia los escaños donde se encontraban sentados Carles Puigdemont y Antoni Comín: “Los criminales golpistas que están ahí arriba”, pronunció, mostrando un enfado que sorprendió en el pleno. Comín, en un gesto burlón, miró a sus espaldas buscando a otros inexistentes culpables. Pero no solo cargó con dureza contra los eurodiputados de Junts, también lo hizo contra el mismo comisario de Justicia de la UE, “ahora resulta que hay comisiones en el Parlamento que van a controlar a los jueces, y el señor Raynders no se entera. Eso es lo que está pasando en España y eso es un golpe de Estado con los criminales y golpistas”, enfatizó.

Esto provocó la reacción del presidente del pleno, “cuidado con la terminología a la que recurren”, dijo para abarcar, de paso, las anteriores intervenciones de un pleno crispado e inconcluso.

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