Ángel Garrido García ha sido de todo en el PP. Concejal en el municipio madrileño de Pinto, concejal en el Ayuntamiento de Madrid, presidente del Pleno de la capital, diputado autonómico, consejero de Presidencia y Justicia en el Gobierno regional, portavoz de ese mismo Ejecutivo, secretario general del PP de Madrid... e incluso presidente de la Comunidad entre abril de 2018 y abril de 2019 tras la dimisión de su predecesora, Cristina Cifuentes. Pero para el partido en el que estuvo militando 28 años es ahora un ‘traidor’.
Porque después de que el entonces presidente nacional del PP, Pablo Casado, le citara en su despacho allí por 2019 para comunicarle que no sería el candidato popular en las elecciones autonómicas de mayo de ese año y buscarle un destino en el Parlamento Europeo, Garrido decidió romper con sus compañeros y pasarse a Ciudadanos, partido en esos momentos en auge. De hecho, Garrido fue elegido parlamentario por los naranjas y fue consejero de Transportes en el Gobierno de coalición que Isabel Díaz Ayuso tuvo que formar con Ignacio Aguado, líder de Ciudadanos. Garrido pasó entonces a ser un ‘traidor’.
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Desde entonces Ayuso y Garrido no se tragan. Y eso que en el pasado tuvieron una excelente relación. Ayuso fue viceconsejera de Justicia entre 2017 y 2018 cuando Garrido era el consejero, su jefe. Pero su salto a Ciudadanos (y alguna otra historia más) rompieron por completo sus lazos. Ambos iban a volver a encontrarse en el pleno extraordinario que se organizará en la Asamblea el próximo 1 de diciembre para celebrar el 40 aniversario del estatuto de autonomía de la Comunidad de Madrid. Un acto solemne en el que han sido convocados todos los expresidentes regionales... menos dos: Ángel Garrido e Ignacio González, imputado actualmente en el caso Lezo.
Garrido se ha enterado de que no estaba invitado porque así se lo han comunicado desde la presidencia de la Asamblea de Madrid, que hoy ocupa su excompañero Enrique Ossorio. Una decisión que no le ha sentado nada bien y que ha motivado que envíe una carta a todos los miembros de la Mesa de la Asamblea, su órgano de Gobierno, controlado por una mayoría del PP. “La Mesa ha tomado la decisión de no incluir mi intervención en dicho Pleno, tal y como sí van a hacer el resto de expresidentas y expresidentes, bajo el argumento de no ser presidente “electo” (sic), permitiéndose la intervención únicamente a los presidentes y presidentas que en su día encabezaron sus respectivas listas electorales”, reza la misiva enviada por Garrido a la que ha tenido acceso Infobae España.
“He querido entrecomillar electo”, continúa Garrido, “dado que se me ha transmitido así literalmente, aunque ignoro que significado se le ha querido atribuir a esa palabra aplicada a unos u otros presidentes, dado que nuestra normativa legal únicamente considera presidenta o presidente de la Comunidad de Madrid a las personas que, con condición de diputado o diputada, sean elegidas por los miembros de la Asamblea de Madrid en sesión plenaria, independientemente del lugar que ocuparan en una u otra lista electoral. No hay presidentes de primera ni de segunda, ni de tipo electo, hay presidentes a todos los efectos cuando se cumplen los requisitos antes mencionados, como es mi caso”.
Garrido recurre a un matiz técnico para enfatizar que ha sido vetado sin argumentos sólidos. En la ceremonia del día está previsto que solo intervengan los presidentes electos, es decir, aquellos que encabezaron una lista electoral: el socialista Joaquín Leguina y los populares Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. Quedan excluidos, por tanto, Ignacio González y Ángel Garrido, que accedieron al cargo tras las dimisiones respectivas de Aguirre y Cifuentes. Da la casualidad que ambos no mantienen ya ningún tipo de relación personal con Ayuso, aunque los dos fueron en algún momento jefe de la hoy presidenta madrileña.
“Según se me transmite, parece ser que la razón de mi insólita exclusión se encuentra en la búsqueda de una solución ‘discreta’ que evitase la intervención de un expresidente cuya situación procesal en este momento haría incómoda su participación en la Asamblea”. Garrido se refiere a González, imputado en la trama Lezo. “Sin entrar en pormenores sobre el asunto, entiendo que esto es algo que debe solucionar la Mesa de la forma que considere más oportuna, pero no eligiendo una fórmula que, sin argumento legal, normativo o institucional alguno, socava mi dignidad como expresidente de la Comunidad de Madrid”, concluye Garrido, que solicita a la Mesa que “rectifique esta decisión y mi intervención sea incluida como parte del orden del día del Pleno”. De hecho, la Comunidad siempre ha invitado a Garrido a la fiesta del 2 de mayo, día grande de Madrid.
Qué dice el Reglamento de la Asamblea
El reglamento de la Asamblea es claro en su artículo 181: “De conformidad con el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid, la Presidencia de la Comunidad será elegida por la Asamblea de entre sus miembros y nombrada por el Rey”. En teoría, cualquier diputado que obtenga la mayoría de la Cámara puede ser presidente. Garrido no ganó las elecciones y fue elegido presidente por la mayoría del Parlamento regional tras la dimisión de Cifuentes. Técnicamente, fue un presidente electo. Aunque no encabezara ninguna candidatura. En Madrid solo se ha dado un caso que no ha cumplido este criterio, el de Pedro Rollán, que sustituyó unas semanas como presidente precisamente a Ángel Garrido. Rollán lo fue de manera interina y sin que lo ratificara la Asamblea. La Mesa se vuelve a reunir este viernes. Ya veremos si se invita a Garrido. Al que seguro que no se le va a cursar invitación es al investigado González.