La temporada tenística va a quedar cerrada estos días con la disputa de las Finales de la Copa Davis en Málaga. En ellas va a estar, representando a Serbia, el número uno del mundo, Novak Djokovic. A sus 36 años, el serbio volverá a terminar el año en lo más alto de la clasificación de la ATP, con un 2023 prácticamente intachable. Con un 55-6 de balance y siete títulos (Adelaida 1, Abierto de Australia, Roland Garros, Cincinnati, US Open, París-Bercy y ATP Finals), Nole sigue en plena forma, aunque empiezan a salirle rivales de entidad dentro de la conocida como Next Gen.
Lo ha podido comprobar durante el curso con Carlos Alcaraz, número dos del mundo y jugador que en más dificultades ha puesto al serbio recientemente. De hecho, el español es el principal culpable de que Djokovic no haya ganado los cuatro Grand Slam en los últimos meses, puesto que evitó su pleno al hacerse con Wimbledon. Es la única derrota que ha sufrido ante él esta campaña, para dejar el balance de enfrentamientos con el murciano en un 3-2 favorable para sus intereses.
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Aunque Alcaraz empezó tomando la delantera al llevarse las semifinales de Madrid 2022 (6-7 [5], 7-5, 7-6 [5]), después sólo ha podido con él en la hierba londinense (1-6, 7-6 [6], 6-1, 3-6, 6-4). Djokovic se impuso en las semifinales de Roland Garros (6-3, 5-7, 6-1, 6-1), la final de Cincinnati (5-7, 7-6 [7], 7-6 [4]) y las semifinales de la Copa de Maestros (6-3, 6-2).
Precisamente en Turín, el más laureado de la historia del circuito masculino en lo que respecta a grandes en su haber (24) ha podido tomar conciencia de que Carlitos no está solo a la hora de plantarle cara. Quiso verbalizarlo nada más conquistar el Pala Alpitour y hacerse con su séptimo trofeo en las Finales ATP.
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Djokovic abre el abanico de aspirantes al trono
Djokovic aprovechó una intervención en la televisión italiana para alabar a otro tenista joven que viene pisando fuerte: el local Jannik Sinner, finalista en casa en esta edición de las ATP Finals. “Entiendo la expectación que hay en Italia en torno a él. Será número 1 del mundo y ganará torneos de Grand Slam, y no sólo lo digo yo, sino también otros muchos. Tiene potencial, talento, dedicación, fantásticos valores, es un gran chico y tanto su familia como su equipo son muy profesionales y le asesoran bien. La verdad es que le deseo lo mejor, salvo cuando estoy yo en la pista”, reconoció el de Belgrado.
El más virtuoso en el deporte de la raqueta aprovechó la coyuntura para explicar la diferencia entre lo que ocurrió en el choque con Sinner en la fase de grupos (ganó el italiano por 5-7, 7-6 [5], 6-7 [2]) y lo que pasó ya en la final (victoria de Djokovic por 6-3, 6-3): “Salí mucho más preparado mentalmente para la batalla, fui agresivo en la pista y sabía lo que tenía que hacer en cada momento”.
La leyenda no para de incrementarse, pero esto no quiere decir que Djokovic haya pasado a saborear menos los éxitos. Tildar de “semana increíble” y “sensación increíble” lo conseguido en territorio turinés ratifica, una vez más, la voracidad de uno de los deportistas de mayor renombre que se recuerdan.