¿Comprar o alquilar? El 51% de los demandantes de vivienda prefiere ser propietario a vivir en renta

Tener una casa propia es una de las aspiraciones de los españoles, no en vano su principal inversión la tienen en inmobiliario, y cada vez son más los demandantes de vivienda que priorizan la compra sobre el alquiler, a pesar del elevado precio de los inmuebles, el encarecimiento de las hipotecas y la dificultad para obtenerlas. Así el 51% optan por la vivienda en propiedad frente al 41% que lo hace por la renta, según datos del informe “Radiografía del mercado de la vivienda: segundo semestre 2023″ de Fotocasa.

Tanto en un caso como en otro, los demandantes deben afrontar la subida de precios que se ha producido en este año, un 8,3% en la vivienda, que ha colocado el coste del metro cuadrado en los 2.120 euros de media, y un 9,4% en los alquileres, que ya se paga a 11,8 euros el metro cuadrado. Una escalada que no se frenará a corto plazo, sobre todo en las grandes capitales debido a la escasez de oferta de vivienda tanto para comprar como para alquilar.

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“La demanda interesada en comprar vuelve al mercado aún con el endurecimiento de las condiciones de acceso a una hipoteca. Precisamente la incertidumbre es uno de los elementos que más suele motivar a los perfiles ahorradores que buscan seguridad en el mercado de la vivienda”, apunta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa. Otro reclamo que fomenta la compra frente al alquiler, según la experta, es “la gran capacidad de recuperación y la resiliencia del mercado tras la pandemia”.

En este contexto se ha agrandado la brecha entre la demanda de compra y la de alquiler. Es decir, “vuelve a situarse por delante la demanda de compra con una ventaja de tres puntos porcentuales respecto a la del alquiler”, explica la experta.

La pregunta que cada vez más ciudadanos se plantean es si en el actual escenario es mejor comprar una vivienda o decantarse por el alquiler. La respuesta es “depende”, indican los expertos del sector, y recomiendan analizar cada caso y ver qué ventajas e inconvenientes tiene cada opción.

“Los que opten por una casa en propiedad pagarán menos, ya que la cuota de una hipoteca es más barata, en general, que la mensualidad del alquiler. Además, dejarán de pagarla cuando liquiden su préstamo con el banco”, explica Miquel Riera, experto en hipotecas de HelpMyCash. Otro de sus atractivos es que el inmueble acabará siendo de su propiedad.

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Vivir de renta también tiene ventajas, entre ellas, que se necesita acumular menos dinero para acceder a él. Además, “el inquilino tiene más libertad y si no le convence el inmueble puede cambiarse a otro fácilmente”. Su mayor inconveniente es que para muchos “alquilar es tirar el dinero” frente a la inversión que supone comprar una casa.

Antes de elegir una de las dos alternativas, los analistas aconsejan tener en cuenta dos factores. El primero es la situación económica del sujeto, ya que el 68% de los compradores de vivienda necesita hipotecarse, lo que supone ahora un problema debido a que los bancos han cerrado el grifo de la financiación para evitar el riesgo de morosidad y la conceden a cuentagotas.

Además, antes de acudir al banco a pedir una hipoteca, el futuro comprador debe tener ahorrado, al menos, el 30% del precio de la vivienda, contar con un trabajo estable y un sueldo que le permita pagar las cuotas de la hipoteca sin dedicar más de un 35% de sus ingresos mensuales.

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También hay que ser consciente de que “una vivienda en propiedad tiene gastos de mantenimiento que se comerán una parte de las ganancias, como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), los gastos de comunidad, las tasas municipales… Todas estas costas no hay que pagarlas en el caso de que se opte por el alquiler”, apunta Riera.

Los que decidan vivir en renta tampoco tendrán que cumplir tantos requisitos económicos. Eso sí, tienen que tener dinero ahorrado para pagar la fianza, dos mensualidades por lo general, y tener un contrato fijo, a poder ser, y un sueldo suficiente para pagar las mensualidades.

Los que no se decidan por ninguna de las dos opciones tienen una tercera alternativa: el alquiler con derecho a compra. Consiste en alquilar un inmueble y, a la vez, reservar su compra por si en el futuro se desea adquirirlo.

Gracias a este contrato, el alquilado podrá residir en esa vivienda como si tuviera un alquiler normal, pagando las rentas correspondientes. Pero pasados dos o tres años tiene la opción de comprarla al precio acordado con el propietario, descontando las rentas pagadas.