La política es ahora más efímera que nunca. Basta con echar un vistazo al Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) del 24 de abril de 2019, cuando se hicieron públicas las candidaturas a las elecciones autonómicas de mayo de ese año. Entonces, una desconocida Isabel Díaz Ayuso competía con Íñigo Errejón (Más Madrid), Ángel Gabilondo (PSOE), Ignacio Aguado (Ciudadanos), Rocío Monasterio e Isabel Serra (Unidos Podemos-IU), los seis partidos que finalmente obtuvieron representación en la Asamblea de Madrid.
El primero en marcharse fue Errejón, que el 4 de noviembre de 2019 dejaba el acta de diputado autonómico para preparar su salto a la política nacional como líder de Más País. Le sustituía su compañero Pablo Gómez Perpinyà, hasta entonces presidente del grupo parlamentario. En 2021, a mitad de legislatura, Ayuso sorprendía a muchos (no a todos) aprovechando la moción de censura fallida que PSOE y Ciudadanos intentaron cerrar en Murcia para adelantar elecciones en Madrid. Ayuso no quería seguir gobernando con Ignacio Aguado y detectó que las encuestas le eran favorables.
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El 2 de abril de 2021, el BOCM volvía a publicar las nuevas candidaturas. El lugar de Errejón encabezaba ya la lista de Más Madrid la médico Mónica García y en lugar de Ignacio Aguado (que no quería volver a hacer presidenta a Ayuso tras la traición del adelanto electoral) Ciudadanos puso a Edmundo Bal. Gabilondo repetía por el PSOE y Monasterio por Vox. Pero la gran sorpresa se producía en Unidas Podemos. Pablo Iglesias había decidido abandonar el Gobierno central para intentar frenar a un Ayuso en alza. Esta, gozosa, diría con sorna: “España me debe una, que hemos sacado a Iglesias del Ejecutivo central”.
El resultado ya es conocido. Ciudadanos fue totalmente fagocitado por el PP y no obtuvo representación. Y el batacazo de Unidas Podemos fue tal que Iglesias ni siquiera tomó el acta de diputado y abandonó la política. Le siguió su número dos, Isabel Serra, que también dejaba la política un mes después. Tomaba las riendas de la formación morada en la Asamblea una desconocida Carolina Alonso. Otro de los damnificados fue el candidato socialista Ángel Gabilondo, que también dejó la política y no recogió su acta. A Gabilondo le sustituyó su número dos, Hana Jalloul, que tampoco duró mucho. Solo hasta octubre de 2021.
Y llegaron las últimas elecciones de mayo de 2023. Ayuso arrasó y obtuvo la mayoría absoluta. Por el PSOE se presentaron Juan Lobato y por Más Madrid, Mónica García. Por Podemos una desconocida Alejandra Jacinto, que no pudo obtener representación para los morados. En Vox continuó una incombustible (de momento) Rocío Monasterio. Seis meses después, quien deja la Asamblea es Mónica García, ya que ha sido nombrada nueva ministra de Sanidad en el Gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. “Otra que coge las maletas ante la imposibilidad de hacer sombra a Ayuso”, señalan desde el PP. A Díaz la sustituye la argentina Manuela Bergerot.
Por unas circunstancias u otras, el efecto Ayuso ha ido laminando a demasiados de sus rivales políticos. No es precisamente el caso de Mónica García, que se va a un nuevo proyecto más ambicioso, por mucho que el PP venda sotto voce que deja la política madrileña “porque sabe que no puede ganar a Ayuso”. Lo cierto es que sin García la oposición a Ayuso se queda un poco huérfana. Porque García había construido en los últimos cuatro años un perfil bastante conocido y combativo. Famosos han sido sus enfrentamientos dialécticos con la presidenta madrileña en los Plenos de los jueves.
Basta con resumir su última intervención este pasado jueves, cuando ya sabía que sería ministra. “Son ustedes los de la mentira del 11-M, los del sí a la guerra, los de las políticas más austericidas, los que han malvendido la vivienda a los fondos buitre, a los que se sentenció como una organización criminal, y los que abandonaron a 7.291 mayores en la pandemia. Y sí, señora Ayuso, es usted la que le dio una mordida a su hermano”, señaló sobre la comisión que cobró Tomás Díaz Ayuso de una empresa de un amigo que había firmado un contrato con la Comunidad de Madrid para importar mascarillas durante la pandemia. “No sé si les gusta la fruta, pero lo que sí sé que les gusta es meter la mano en la caja”, sentenció García.
Nuevo liderato
Habrá que ver si su sustituta, Manuel Bergerot, sigue la estela de su predecesora. “Ella tiene otro talante, aunque está muy preparada, las cosas claras y una gran oratoria”, destacan desde su partido. El problema es que un liderazgo no se construye de la noche a la mañana. Y Bergerot, argentina de 47 años, que solo lleva dos años y medio en el Parlamento, necesitará su tiempo para afianzar su posición. Otras fuentes destacan que no hay que olvidar que la legislatura que ha empezado ahora es incierta para Pedro Sánchez, y que es posible que no dure cuatro años. Nadie puede garantizar, por tanto, que el viaje al Consejo de Ministros de García no sea de ida y vuelta. Dure lo que dure, García, como ministra, tendrá mucha más visibilidad y, si lo hace bien, puede consolidar su trayectoria política para volver a ser candidata de Más Madrid en las elecciones de 2027.
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“Quiero felicitar a Mónica García. Será importante que intente trabajar por todos los españoles, especialmente por los madrileños, a los que conoce bien. Mónica García se suma a esa larga lista de líderes de la izquierda que salen de Madrid después de ser derrotados por Isabel Díaz Ayuso”, señaló este lunes el portavoz del PP, Carlos Díaz-Pache. Los populares reconocen que no le echarán nada de menos. “Como oposición, García es un auténtico dolor de muelas”.
En el otro lado de la balanza de la izquierda está el secretario general de los socialistas, senador y portavoz de la Asamblea de Madrid, Juan Lobato. “Una joven promesa también con buena oratoria, pero menos dado a fajarse en el barro, algo en lo que Ayuso es una experta. Juan prefiere más las críticas constructivas. No es tan diplomático como Gabilondo, pero a veces le falta colmillo y mala leche”, explican compañeros de su partido. Lobato intentará aprovechar el hueco que deja García para liderar la oposición mediática a Ayuso. “Aunque a todos se les olvida un detalle”, destaca un veterano diputado socialista. “Seguramente la que no esté en las elecciones de 2027 sea Ayuso, que aspira a liderar el partido a nivel nacional. Vamos a ver cómo le va a Feijóo en las próximas citas electorales, las europeas y gallegas”. Veremos entonces quién hace las maletas.