Mucho antes del Ernerst Burkhart de Los asesinos de la luna, del Jordan Belfort de El lobo de Wall Street, incluso antes del Jack de Titanic, estaba el Chico de Rápida y mortal. Sí, el Chico, porque su personaje por no tener no tenía ni nombre como tal, aunque no por ello era menos importante. Aquel papel, aunque no protagónico, bien le pudo valer toda una carrera a Leonardo DiCaprio, el actor que lo interpretaba y que estaba a punto de convertirse en una estrella, pero que antes necesitaba la intercesión de otra gran actriz de la época, Sharon Stone.
La película de la que estamos hablando no es otra que Rápida y mortal (The Quick and the Dead), un western estrenado en 1995 y que estaba protagonizado por Sharon Stone, la icónica actriz de Instinto básico o Casino y Gene Hackman, ganador de dos premios Oscar por The French Connection y precisamente otro western, Sin perdón de Clint Eastwood. También les acompañaban Russell Crowe, Gary Sinise y un joven de 21 años llamado Leonardo DiCaprio, que ya había destacado junto a Johnny Depp en ¿Quién ama a Gilbert Grape? o Vida de este chico con Robert De Niro. Es decir, que el joven estaba preparado de sobra para dar vida a El Chico y rodearse de otras leyendas.
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No obstante, DiCaprio no estaba entre las opciones principales para interpretar al joven pistolero de la película, sino que fue Sharon Stone la que tuvo que intervenir para proponerle, y que si hiciera falta le pagase al joven de su propio salario en la película. Y eso fue lo que hizo la actriz de Instinto básico, emplear el propio dinero ganado en retribuir a un joven que años más tarde se convertiría en el mejor pagado de Hollywood. “Se lo he agradecido muchas veces. No sé si le envié un regalo de agradecimiento real, físico, pero no puedo agradecérselo lo suficiente”, comentaba DiCaprio en una entrevista reciente tras estrenar Los asesinos de la luna, su última gran película
Rápida y mortal, que estaba dirigida por Sam Raimi -quien años después se convertiría en el director de la trilogía de Spider-Man- era un wéstern sobre una pistolera que llega a un pueblo en busca de venganza contra su alcalde, John Herodes (Gene Hackman). Allí se organiza un torneo de pistoleros por el que desfilan forajidos de todas partes, entre ellos Cort (Russell Crowe), antiguo secuaz de Herodes que se ha reconvertido en predicador, o el Chico (Leonardo DiCaprio), un joven pistolero que tiene la absoluta convicción de que Herodes es su padre.
‘Los asesinos de la luna’, su último y más diferente papel
Lo cierto es que tanto DiCaprio como también Crowe lograron aparecer en Rápida y mortal gracias a Sharon Stone, que participaba también en el filme en calidad de productora e impuso su criterio en la elección de los papeles. Nunca sabremos qué hubiese sido de la carrera de DiCaprio sin esta película, pero sí que después de ella vendría Titanic y posteriormente otros tantos grandes títulos.
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El último de ellos, Los asesinos de la luna, nos ha traído precisamente un DiCaprio muy distinto al que estábamos acostumbrados a ver. Su Ernest Burkhart es uno de los pocos personajes que no parece en el control de la situación, que aspira a tener mucho poder pero que a efectos prácticos depende enteramente de lo que diga su tío, William ‘King’ Hale (Robert De Niro). Por no hablar de su gran cambio físico, luciendo totalmente demacrado fruto también de la deshumanización que va sufriendo su personaje.